El día después del bochorno en Brasil-Argentina: ¡jaque a la FIFA!

Una mirada jurídica sobre el episodio que conmovió al fútbol mundial. Cuáles son las facultades de Anvisa, el organismo que detuvo el juego. Por qué Infantino deberá tomar fuertes decisiones tras el fallido partido de San Pablo

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El partido ya fue suspendido y la selección argentina se va al vestuario tras la irrupción de los funcionarios de Anvisa en el terreno de juego
El partido ya fue suspendido y la selección argentina se va al vestuario tras la irrupción de los funcionarios de Anvisa en el terreno de juego

A esta altura del tránsito por la pandemia del coronavirus es indudable que a la humanidad le costará retomar su antigua normalidad. El fútbol y sus autoridades a nivel mundial no escapan a esta encrucijada global. La interrupción del partido por las eliminatorias sudamericanas entre Brasil y Argentina deja abierta una puerta con varios interrogantes. ¿Podrá la FIFA sortear a quienes desafían su autoridad dentro del fútbol? ¿Las burbujas sanitarias son una ficción ideada para disputar los torneos?

El camino hacia las respuestas se vislumbra tal como a los laberintos borgeanos: encriptado, fantasioso y sin fin. Como los hechos son sagrados, pero el comentario es libre, comencemos por lo primero. Un hecho irrebatible ha recorrido en minutos todo el planeta: la irrupción en el campo de juego de funcionarios de Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria).

Unos cuantos millones de televidentes se alarmaron cuando personal armado de Anvisa invadió el campo de juego a 5 minutos de iniciado el superclásico sudamericano. Los jugadores de ambos equipos, con Neymar y Messi a la cabeza, permanecieron atónitos sin entender lo que estaban viviendo.

Anvisa es un ente autárquico federal vinculado al ministerio de Salud con sede en Brasilia. Según la ley de su creación en 1999, el organismo se encarga de proteger la salud de los consumidores mediante el control sanitario de la producción, comercialización y uso de productos y servicios sujetos a regulación sanitaria. También actúa junto al Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, como co-responsable del control en puertos, aeropuertos y fronteras en las cuestiones relacionadas con la vigilancia de la salud. La dirección y administración de la Agencia es ejercida por una Junta Colegiada integrada por 5 miembros, uno de ellos como Director General. Todos los miembros deben ser brasileños y son designados por el Presidente de la República previa aprobación del Senado Federal, con mandato por 5 años.

Por una enmienda a la ley, en junio de 2019 se estableció que el Director-Presidente de la Agencia será designado sólo por el Presidente de la República.

Entre las facultades otorgadas a la Agencia (Anvisa) figuran las siguientes:

• Prohibir -como medida de prevención sanitaria- la fabricación, control, importación, almacenamiento, distribución y venta de productos y servicios relacionados con la salud, en casos de violación a la ley o riesgo inminente para la salud.

• Requerir información sobre producción, insumos, materias primas, ventas y cualquier otro dato, en poder de personas de derecho público o privado.

• Examinar las existencias, papeles y escritos de aquellas empresas o personas de derecho público o privado que se dediquen a la producción, distribución y comercialización de bienes y servicios del rubro, manteniendo el secreto legal cuando corresponda.

• Cuando exista prueba de infracciones a la ley por aumentos injustificados de precios o imposición de precios excesivos, convocar a los responsables en un plazo máximo de diez días hábiles para justificar la conducta respectiva.

• Realizar vigilancia epidemiológica y control de segmentos relacionados con puertos, aeropuertos y fronteras, bajo la orientación técnica y normativa del Ministerio de Salud.

• Regular, controlar e inspeccionar los productos y servicios que supongan un riesgo para la salud pública.

Según la propia ley brasileña, las funciones específicas no están enfocadas a los futbolistas profesionales, salvo que en un simulacro de emergencia se establezca: a) calificar al partido Brasil-Argentina como un “producto a consumir” proclive a provocar contagios masivos; b) considerar a los futbolistas -y a sus selecciones nacionales- sujetos al sistema de control de migraciones y de aduanas de rutina, por fuera de la “burbuja sanitaria” aprobada por FIFA y Conmebol; c) evaluar la irrupción de funcionarios al campo de juego como una medida preventiva ante un riesgo flagrante a la salud pública.

Por una rara analogía, los cuatro futbolistas argentinos fueron asimilados a “bienes, productos y servicios” bajo el control de la Agencia sanitaria. En ese mismo rango de “inspección” se encuentran medicamentos, alimentos, bebidas, envases, plaguicidas, cosméticos, kits de limpieza y desinfección para hospitales, perfumes, materiales médico-hospitalarios, odontológicos, de laboratorio e imágenes, radioactivos para diagnóstico y terapia, órganos y tejidos humanos y veterinarios para trasplantes, cigarrillos o cualquier otro derivado del tabaco, cualquier producto de riesgo para la salud, obtenido por ingeniería genética o sometido a fuentes de radiación, servicios médicos ambulatorios o de internación con incorporación de nuevas tecnologías, entre otros.

El presidente de la FIFA, Infantino, deberá dar fuertes señales al universo del fútbol tras los sucesos de San Pablo
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El factor externo, según el árbitro. Como se publicó, el juez venezolano Jesús Valenzuela indicó en su informe que “se hicieron presentes, personal de vigilancia sanitaria del estado comunicando que el encuentro no podría seguir por haber jugadores (Emiliano Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero y Emiliano Buendía) que no habían hecho la cuarentena, según la legislación del estado de San Pablo. Procediendo a la suspensión del encuentro”.

El exárbitro internacional argentino Héctor Baldassi declaró en una entrevista por Cadena 3: “Todos pensamos que FIFA se encargaba del tema de la burbuja, hacía 72 horas que estaban en Brasil y antes en Venezuela y en Argentina, como se hizo en la Libertadores y en la Copa América, es el mismo protocolo siempre”. Y agregó: “El árbitro había parado, estaba todo apurado, los jugadores que querían ir a la platea, ya había un movimiento raro que venía desde los vestuarios. Es el delegado de FIFA el único con la autoridad de suspender el partido, el árbitro no es responsable de algo externo”.

En este punto, vale aclarar que el “factor externo” está dado por la invasión de funcionarios federales de la Agencia sanitaria, interrumpiendo un partido de fútbol. Ese acto ajeno a las autoridades deportivas, se observa como exagerado y precipitado por razones extradeportivas. Aun cuando hubiese correspondido deportar a los jugadores argentinos por infracción a una ley sanitaria, no era el lugar ni la forma ni el momento adecuados.

El partido debió disputarse y recién a su finalización, darle curso al procedimiento previa orden judicial, en aras de respetar los derechos y libertades individuales (derecho a ser oído) expresamente reconocidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos-Pacto de San José de Costa Rica-(1969). Este hecho insólito -aún para estos tiempos de pandemia- ocurrió también a contramano de las normas FIFA sobre seguridad en los estadios, resultando afectados los futbolistas por el accionar directo de terceros ajenos a la organización de un partido por las eliminatorias al Mundial Qatar 2022.

La burbuja sanitaria de la FIFA y CONMEBOL. Los protocolos COVID-19 fueron aprobados en Sudamérica en agosto de 2020, siguiendo las instrucciones de la FIFA, asumiéndose “un riesgo médico aceptable” en el reinicio de las competencias. Según publicó Infobae, el secretario general adjunto de la Conmebol, el argentino Gonzalo Belloso se encargó de despejar las dudas: “Anvisa y el Ministerio de Salud aprobaron este corredor sanitario en el que se juegan los partidos. Ellos saben cómo se juega y saben que se hizo esto para evitar la cuarentena. Los jugadores se hacen PCR cada 48 horas y el día antes del partido, todos están en el mismo hotel, las habitaciones separadas. Lo que hubo acá es un no reconocimiento del derecho que tienen todos los equipos a utilizar este corredor sanitario”.

Sin embargo, en una escueta declaración subida al sitio web oficial se advierte: “La FIFA puede confirmar que, siguiendo la decisión de los oficiales del encuentro, el partido por el clasificatorio para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™ entre Brasil y Argentina ha sido suspendido. Se darán más detalles a su debido tiempo”.

Apenas una semana atrás, ante la negativa de los clubes ingleses de la Premier League a ceder a sus jugadores, (con la pronta adhesión de las ligas de España, Italia y Portugal), un comunicado de la FIFA preanunciaba: “La decisión del TAS confirma la legalidad de la decisión de la FIFA y rechaza por completo los argumentos esgrimidos por LaLiga de España. El miércoles, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, hizo un llamamiento a la solidaridad de todas las asociaciones miembro, las ligas y los clubes, para hacer lo que es correcto y justo para el juego mundial. Ahora esperamos que la liberación de jugadores para los próximos partidos de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA en Sudamérica se produzca de acuerdo con la reciente decisión de la FIFA, cuya legalidad y legitimidad ha sido reconocida hoy en la sentencia del TAS”.

Según declaraciones de Alex Campos, director de Anvisa, se acusa a los cuatro jugadores argentinos de violar la cuarentena tras una presunta declaración jurada con datos omitidos o falsos al ingreso al país. “Se les dijo a los cuatro jugadores de Argentina la tarde anterior que no podían salir del hotel porque no estaban cumpliendo con las normas sanitarias”, apuntó el funcionario en una entrevista por TyC Sports. Y además precisó con evidente ironía: “Ellos dijeron que venían de Caracas y podía ser que hubieran hecho la cuarenta allí, no teníamos cómo confirmarlo en ese instante”.

Es público y notorio que los cuatro jugadores argentinos viajaron desde Inglaterra hacia la Argentina y luego rumbo a Venezuela. Así lo testimonian la prensa internacional y sus respectivos pasaportes. Alguien debería advertirle al funcionario brasileño que la información publicada (que gira y gira en el mundo de los internautas) no puede ser falseada ni siquiera por el propio interesado.

Una mirada al código disciplinario. Por sobre los aspectos reglamentarios, se aprecia un hecho anormal ocurrido en medio de restricciones y medidas de prevención general a causa del COVID-19. Esto último, debe considerarse como una “excepcionalidad” que impide el cabal encuadramiento en normas disciplinarias establecidas para situaciones de “normalidad”. Causa asombro que entre los actores del fútbol mundial no se repare que la controversia sobre ceder o no a jugadores seleccionados traspasa el ámbito meramente deportivo.

La política suele hacerse eco de la “pasión del fútbol”, haciendo guiños cómplices para evitar los abucheos de las multitudes, ocultando los trapos sucios. Las desafortunadas y públicas actitudes del presidente Jair Bolsonaro desde el inicio de la pandemia (léase cabalgatas, caminatas, excursiones en moto y actos callejeros rodeado de cientos de seguidores sin distancia social ni barbijos) no guardan sintonía con la estrictez exhibida este domingo por las autoridades sanitarias del país vecino.

Ignorar el “corredor sanitario de 72 horas” (excepción a la regla) por parte de uno de los 211 países cuyas federaciones adhieren a la FIFA, es un acto de interferencia en las eliminatorias del Mundial de Qatar 2022. De generalizarse esta postura podría forzarse una suspensión temporaria de las competencias hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare el fin de la pandemia (o cuando el mundo así lo decida).

La prensa del mundo resaltó el bochornoso final anticipado del clásico sudamericano que apenas se jugó unos minutos...
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También es cierto que el seleccionado brasileño se vio privado en esta triple fecha FIFA de contar con 11 de sus figuras por imposición de sus respectivos clubes de la Premier League. En cambio, el arquero argentino Emiliano Martínez declaró: “Los cuatro de Inglaterra decidimos ir (a las eliminatorias) por el amor a la camiseta. Por más que los de la Premier no querían dejarnos venir, nosotros decidimos viajar igual. Después de ganar la Copa América, todos querían estar en el grupo. Es algo hermoso. Asumimos las consecuencias”.

Algunos analistas atribuyen lo ocurrido a la “viveza criolla”, aunque vale aclarar que no es patrimonio único de los argentinos sino que se ha expandido sin parar por el amplio mapa futbolero. Como solía decir el legendario periodista Dante Panzeri, el fútbol es el arte del imprevisto y del engaño. En el fútbol todo es posible.

A los cultores del Derecho del Deporte nos ilusiona pensar que el partido habrá de jugarse al amparo de una salida equitativa y razonable, “en salvaguarda de la integridad deportiva” tal como se sostiene desde el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).

El valor de la táctica. Con el hecho consumado, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino manifestó su sorpresa: “Los dos equipos más gloriosos de Sudamérica, un partido en el que algunos oficiales de seguridad y policías entraron en el campo y se llevaron a jugadores”. Y añadió de cara al futuro: “Es una locura, pero necesitamos abordar estos retos COVID. Pido a todos, clubes, asociaciones y gobiernos, que demuestren solidaridad y no discriminen. Muchos gobiernos la han demostrado, porque estamos respetando en todo el mundo, de forma estricta, los protocolos de sanidad. Porque es nuestra responsabilidad. Debemos dar esperanzas a los países que sufren y aquellos donde sólo ven a sus mejores jugadores cuando juegan con sus selecciones”.

Conocedor de la tensa puja de intereses entre ligas y clubes europeos, Infantino cambió su táctica y deslizó a modo de prédica: “La puerta de la FIFA está abierta a cualquier idea para hacer el fútbol global más fuerte. Necesitamos unidad, equilibrio y cooperación, y hacer mejor el fútbol, y FIFA está abierta a debatir”. Ante el bochornoso (y evitable) espectáculo ofrecido desde el Arena Corinthians de San Pablo, la FIFA reconoce que le han cantado jaque al Rey.

Está en manos de las autoridades del fútbol mundial retomar el control y revertir el caos que se avecina. Para ello, podrá utilizarse la táctica del contragolpe. Como en las batallas del medioevo, a veces alcanza con mostrarle las armas al oponente para persuadirlo de que el mejor camino es la retirada. La FIFA deberá ejercer su poder y fijar rápidamente una nueva fecha para que el partido se juegue. Ello hará pensar que las reglas del juego están intactas, por encima de cualquier oportunismo.

El autor es Abogado UBA. Director de Iusport Latinoamérica.