Si el del fútbol es un ambiente históricamente machista en todo el planeta, mucho más lo es en una sociedad del mundo árabe como la de Qatar. Allí, las mujeres siguen luchando para tener los mismos derechos y espacios que los hombres en la vida en general y en el fútbol en particular. Por eso mismo, Fatma Ali Al Nuaimi cuenta con naturalidad que salió en los noticieros de su país cuando en 2013 ingresó al Comité Supremo de Entrega y Legado (SC), uno de los organismos que forman parte del Comité Organizador del Mundial de Qatar 2022. Primero fue la Gerente Senior del Comité Supremo y hoy es la Directora Ejecutiva de Comunicaciones de la organización encargada de entregar la infraestructura y las operaciones para el próximo Mundial. Para llegar a ese cargo, antes pasó por la organización de otros eventos deportivos: “Yo estaba trabajando junto a una amiga para la candidatura de los Juegos Olímpicos de Doha 2020 y había muchas activaciones diferentes. Lanzamos y construimos un sitio web innovador. Fue una competencia regional donde hubo más de 10.000 solicitudes enviadas. Estuvo reñido, pero logramos el primer lugar después de ser las primeras mujeres en participar. Fue un gran logro. Al final ganó Tokio. Sin embargo, dada la buena promoción que realizamos de Doha, el Comité Supremo se interesó y ahí es donde me uní a ellos”.
Pese a que en el mundo árabe las mujeres no tienen los mismos derechos que en Occidente, Fatma aclara que no se trata de una rareza la presencia de muchas mujeres en el Comité Organizador del Mundial que se desarrollará del 21 de noviembre al 18 de diciembre del año próximo. Y lo atribuye a la progresiva apertura de Qatar para con los derechos laborales femeninos y a que es el más moderno de esa región, especialmente si se tiene en cuenta que es un país joven que se independizó de Gran Bretaña recién en 1971. “Hay un gran porcentaje de mujeres en mi equipo y en otras áreas. Por ejemplo, nuestra asesora legal es una mujer y la vicepresidenta de funcionamiento y preparación del Comité Supremo, también. Tenemos bastante presencia en diferentes roles de puestos superiores”, celebra en diálogo con Infobae desde Qatar. Para poner en contexto: recién en la década de los 90, la mujer empezó a tener conquistas sociales y laborales en Qatar, considerado el más moderno de los países árabes. Más: recién en 1999 Qatar le permitió votar a las mujeres y tener cargos altos en el gobierno.
- ¿Cómo son los derechos de las mujeres en Qatar? ¿Cómo está evolucionando ese tema y cómo la afecta a usted?
-La gente que venga al Mundial tendrá la oportunidad de aclarar sus conceptos erróneos sobre Qatar, como los derechos de la mujer. Cuando vengan y experimenten, todo esto cambiará. Somos una sociedad muy equilibrada y moderna, además de rica en cultura e historia. Yo vengo de una familia en la que mi abuelo fue un pionero de los derechos de las mujeres hace muchos años. Luchó por el acceso a la educación superior y las oportunidades cuando había menos universidades en Doha. Mi tío, quien cuidó a la familia después de la muerte de mi abuelo, siempre buscó la educación adecuada para ellos. Todos tienen un doctorado y viajan constantemente para seguir su educación en el extranjero. Algunos de ellos estudiaron y trabajan en la Universidad de Qatar. En mi país, su Alteza Sheikha Moza lideró todas las iniciativas para abrir las puertas a muchas mujeres y convertirse en un modelo a seguir desde 1995. El porcentaje de mujeres graduadas anualmente es mucho más alto que el de los hombres. Las mujeres han comenzado a destacarse en industrias dominadas generalmente por los hombres, como ingenieros de petróleo y gas o en el sector bancario. La ministra de Educación, la exministra de las Tecnologías de la Información, la ministra de Salud, la ministra adjunta de Relaciones Exteriores o diplomáticas de la Misión de las Naciones Unidas, son todas mujeres. Las mujeres se desarrollan, contribuyen y progresan aquí en una variedad de campos que dan forma a la visión de este país.
- ¿Se considera una luchadora por los derechos de las mujeres?
- No, es una palabra muy fuerte. Me alegra y me siento privilegiada de ser parte de este país que brinda las mejores oportunidades que cualquiera podría pedir, incluidas las mujeres que vivimos aquí: desde la educación, una oportunidad de trabajo o apoyo económico para cada ciudadano.
La charla con Fatma se realiza por video conferencia y se la escucha hablar en un inglés perfecto. En Buenos Aires son las 10 y en Doha, las 16. Es el final de la jornada laboral para ella y la vestimenta que usa deja ver solo dos cosas: su rostro, ya que el velo le tapa hasta el cabello, y la sonrisa amable que muestra de vez en cuando. Sonríe, por ejemplo, cuando comenta que estuvo en Argentina sola una vez: fue en 2019, cuando hizo una fugaz visita desde Porto Alegre a las Cataratas del Iguazú en un alto del trabajo que le encomendaron cuando le tocó ir a la Copa América de Brasil. En esa competencia, estuvo atenta junto a sus compañeros de trabajo a la organización del certamen y a las cuestiones de seguridad que lo rodearon.
Fatma también ofrece una mueca sonriente cuando escucha los nombres de Diego Maradona y de Lionel Messi. “Maradona es muy conocido en Qatar. Es una leyenda histórica. En 2006, Maradona vino aquí con Pelé y abrieron las instalaciones de la Academia Aspire, que es nuestro programa de desarrollo futbolístico. Hay bastante amor por Diego y también mucho por Messi gracias a la cantidad de fanáticos de Barcelona y Argentina que tenemos en Qatar. Vi a Argentina ganar la Copa América por televisión, así que felicidades por eso. ¡Qué momento tan emotivo para Messi y toda su hinchada!”, exclama y luego comenta dos cosas: que no se pierde un solo partido del seleccionado de su país y que es simpatizante del Manchester United.
Fatma prefiere no contar detalles sobre ella ni sobre su círculo íntimo. Es soltera y creció en el seno de una familia de buen pasar y con profundas raíces en la cultura de la educación. “Estudié una licenciatura en lengua inglesa y literatura. Más tarde, cursé una maestría en negocios. Formé parte del programa de transporte marítimo global para jóvenes, que es parte del Foro Económico Mundial, donde seleccionan a jóvenes de todo el mundo para tratar de aportar a sus comunidades”, comenta. Su papá fue embajador en distintos países, entre los que se encuentran Túnez y Yemen. Por eso, de chica solía pasar tres o cuatro meses del año fuera de su casa para compartir tiempo con su padre y de paso disfrutar de sus vacaciones. “Siempre volvía a Doha después de las vacaciones porque mi papá no quería que interrumpiera el año escolar. El siempre quiso la mejor educación posible para nosotros aquí en nuestro país”.
Siempre tuvo trabajos calificados. “Comencé mi carrera en la industria de las tecnologías. Trabajé principalmente con ICT Qatar, el Consejo Supremo de Tecnología de la Información y la Comunicación del gobierno. Nos enfocamos en la sociedad y en muchas iniciativas tecnológicas para el mercado de Qatar, para intentar transformarla en una sociedad digitalizada. A fines de 2012 me uní al Comité Supremo de Entrega y Legado (SC, por su nombre en inglés: Supreme Commitee for Delivery & Legacy). Empecé con los programas de legado de los estadios, donde queríamos aprender de diferentes eventos importantes. En 2017 pasé al equipo de Comunicaciones, cuyo alcance ha crecido durante mi mandato”, comenta.
A contrapelo del imaginario popular, Fatma asegura que “hay similitudes” entre la cultura del mundo árabe y la latinoamericana. “En ambas culturas crecimos con familias numerosas con vínculos muy estrechos. En realidad, somos muy cercanos. Parte de los valores que queremos proyectar con este torneo es el de una Copa del Mundo orientada a la familia. Habrá algo que hacer para cada miembro, esto es lo que estamos tratando de ofrecer. Nuestra hospitalidad incluye elementos que rodean a las familias, sus reuniones y que generan que la mayoría se involucren. Creo que esa es la belleza de nuestra sociedad y la cultura: nos educaron dando prioridad a la familia y a que los valores van primero”.
Desde que se eligió a Qatar como sede del Mundial, organizaciones LGBT advirtieron sobre las injusticias que se cometen en suelo árabe al no estar permitidas las relaciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, Fatma garantiza total libertad para los integrantes de la comunidad LGBT que visiten ese país durante el Mundial. “Siempre hemos dicho: todos son bienvenidos a nuestro país. La bandera de este torneo es para todos y no nos importa la religión, la raza o el género de las personas. Todos, desde la perspectiva de la humanidad, somos iguales. Queremos que vengan a celebrar con nosotros el fútbol y el Mundial”.
A fines de 2010, el anterior presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, protagonizó una fuerte polémica al declarar públicamente, y en tono jocoso, que los gays y lesbianas que visiten Qatar para el Mundial deberán abstenerse de cualquier actividad sexual durante el tiempo que dure la competencia. El comentario de Blatter generó la indignación de asociaciones internacionales de gays y lesbianas. Hoy, la postura del Comité Organizador del Mundial es completamente diferente a la verbalizada en su momento por Blatter, a juzgar por las palabras de Fatma Ali Al Nuaimi.
La qatarí estuvo en los últimos dos Mundiales (Brasil 2014 y Rusia 2018) y aguarda con ansiedad que la máxima cita del fútbol desembarque en su tierra. “Será la primera vez que el Mundial ocurra en el mundo árabe y en Medio Oriente. Vendrán 1.500.000 fanáticos de todo el mundo y explorarán la región. Somos una nación hospitalaria. Esto forma parte de nuestra tradición y cultura. Creo que será una oportunidad para que conozcan nuestra cultura. Quiero que la gente disfrute y vea el fútbol, y que también explore el país. Ese será el recuerdo que se lleven consigo al volver a casa”.
Fatma remarca que el de Qatar 2022 será diferente a todos los Mundiales anteriores. Y lo explica así: “Será la primera vez que la gente pueda asistir a más de un partido por día, lo que nunca había sucedido en un torneo anterior. Casi todos los estadios quedan a una distancia en la que prácticamente se puede ir caminando de uno a otro. La proximidad más cercana entre dos estadios es de cinco kilómetros y la más lejana, de una hora en automóvil o transporte público. Las personas pasarán menos tiempo viajando o buscando diferentes hoteles cuando sigan a sus equipos. Aquí no tendrán que pasar por esa molestia. Podrán permanecer en el mismo hotel durante todo el mes”, indica, como si fuera una agente de turismo.
La pandemia de coronavirus y la seguridad son las principales alertas para los organizadores del Mundial. “Con las vacunas que se están implementando en todo el mundo, esperamos que para fines de 2022, como máximo, la vida vuelva a la normalidad y que la gente pueda disfrutar del juego como solía hacerlo”, dice sobre el Covid-19. En eventos de la trascendencia de los Mundiales o los Juegos Olímpicos, el temor a que se produzcan actos violentos siempre está latente. En Qatar están trabajando al respecto desde 2010. “Tenemos un comité de seguridad que durante los últimos once años ha estado trabajando con diferentes países y asociaciones. Estuvieron en las finales de la Champions League y de la Eurocopa, por ejemplo, para intercambiar los conocimientos y las lecciones aprendidas de estos torneos. Hemos tenido equipos integrados en los comités de seguridad de esos eventos. También tenemos asociaciones con gobiernos que tienen experiencia en el manejo de fanáticos hostiles del fútbol como hooligans y acuerdos con sus fuerzas policiales, que están mejorando las nuestras. De hecho, Qatar contará con policías de todo el mundo para que cuiden de sus propios fanáticos”, sostiene, deseosa de que el Mundial sea “una fiesta”.
Después de tanto trabajo, a Fatma le gustaría tomarse un año sabático luego del Mundial que se realizará en su país. “Quiero visitar la mayoría de los países de América Latina. Me gustaría ir a Argentina, México, Cuba… Me siento muy atraída por las muchas similitudes entre árabes y latinoamericanos. Me fascina lo apasionados que son los hinchas en América Latina, la forma en que animan y cantan. Son el corazón del juego y eso coincide con lo que queremos transmitir en Qatar.
-¿Qué le sugeriría a un hincha argentino antes de viajar al Mundial de Qatar?
-Que venga a Doha y disfrute de primera mano de toda la experiencia de la Copa del Mundo. Esta edición va a ser muy especial. Si es un fanático del fútbol, recomendaría aprovechar la oportunidad de asistir a más de un partido durante la primera etapa. ¡A mucha gente le encantaría disfrutar eso! Es el evento más grande posterior a la pandemia. Este será el Mundial mejor conectado y todavía estamos aprendiendo mucho para mejorar la experiencia de los fanáticos. Y aprovecho este contacto para invitarlos a que vengan a ver la Copa Arabe que se celebrará a fines de este año, ya que será nuestra prueba final antes del Mundial. La Copa Arabe es el reemplazo de la Copa Confederaciones. Que todos los fanáticos argentinos y latinoamericanos vengan y vean para luego hablar de sus experiencias personales sobre el país y el torneo.