Boca Juniors, Jorge Griffa y Mauricio Macri: el título de México en el Mundial Sub-17 de Perú 2005 tuvo influencia xeneize

La selección mexicana de fútbol sorprendió al ganar la Copa Mundial Sub-17 en 2005, un título que quizás no habría sido posible alcanzar de no ser por la influencia de Boca Juniors

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Aquel éxito se considera como un parteaguas en la historia del fútbol mexicano (Foto: Cuartoscuro)
Aquel éxito se considera como un parteaguas en la historia del fútbol mexicano (Foto: Cuartoscuro)

Este 2 de octubre se cumplieron 14 años de aquel sorpresivo título obtenido por la selección de fútbol de México en el Mundial Sub-17 de Perú 2005. El equipo azteca goleó 3-0 a Brasil y consumó su primer gran logro en selecciones menores, mismo que quizás no habría sido posible sin la influencia de Mauricio Marci y Boca Juniors.

A principios de este siglo, los xeneizes dominaban el continente. Ganaron la Copa Libertadores en el 2000, 2001 y 2003 gracias a una prodigiosa generación de futbolistas. Pero el entonces presidente del club y ahora de Argentina, quería más.

Macri soñaba con conquistar el mundo del fútbol y desarrollar cada vez más talentos. Para ello contaba con el respaldo del legendario Jorge Griffa y Lucio Bernasconi, además de un mexicano poco conocido en ese entonces.

Boca Junior tenía en Juan Román Riquelme a su más grande figura (Foto: Archivo)
Boca Junior tenía en Juan Román Riquelme a su más grande figura (Foto: Archivo)

Jesús Ramírez había sido elegido por los Potros de Hierro del Atlante para terminar su formación como entrenador en Casa Amarilla.

Necaxa, América y Atlante hicieron un convenio de intercambio deportivo con Mauricio Macri, entonces presidente deportivo de Boca. Tuvimos la oportunidad de ir como dirigente yo y como técnico Jesús Ramírez, que empezaba su carrera. Lo elegimos porque tenía el perfil idóneo y se pasó un año trabajando con Boca, directamente con Jorge Griffa, y observó el desarrollo de las fuerzas básicas de ese equipo”, dijo a ESPN Alejandro Bocardo, ex presidente del Necaxa.

Fue así que de Griffa aprendió detalles tácticos, pero sobre todo, la capacidad de detectar talento joven y moldearlo cual diamante en bruto.

Macri, cuando era presidente del xeneize (Foto: Baires)
Macri, cuando era presidente del xeneize (Foto: Baires)

“Chucho veía los trabajos del primer equipo, la reserva, fuerzas básicas y los sistemas que se aplicaban en esa época, era algo muy completo”, explicó José Antonio García, entonces directivo del Atlante.

Macri contó a su entonces homólogo necaxista que su plan era que “Boca Juniors se convirtiera en la Fábrica del Mundo”. Pero para ello había que refinar los métodos de captación de talento.

“Chucho” Ramírez atestiguó en primera fila los intentos de los encargados de las inferiores de Boca por cumplir la encomienda del hoy presidente de Argentina. Así como Marcelo Bielsa se subió a su auto y recorrió ese país para detectar talentos ocultos para formar a aquel mítico Newells de principio de los 90, los entrenadores de Boca buscaron en cada rincón.

Jesús Ramírez con Mauricio Macri antes de unirse a Boca (Foto: ESPN)
Jesús Ramírez con Mauricio Macri antes de unirse a Boca (Foto: ESPN)

“‘Chucho’ empezaba su curso como técnico, en las fuerzas básicas del Atlante. Tenía buen ojo para el fútbol y (el dueño del Atlante, Alejandro) Burillo aceptó que se fuera a Argentina por un año”, comentó Bocardo.

“A Chucho lo trataron muy bien, lo integraron como uno más y con él estaba mucho Abel Alves, que era parte del grupo de trabajo de Griffa y después vino a México. A veces jugábamos picaditos con Macri y platicamos del proyecto de hacer a Boca Juniors una marca internacional”, insistió el ex directivo del Necaxa.

Ramírez permaneció un año en Argentina y cuando regresó a México se encargó de la selección Sub-15. “De ahí pasó a la Sub-17 e hizo su propia historia, la que todos conocemos, la del campeón del mundo”, recordó José Antonio García.

Tan pronto comenzó a trabajar con las selecciones menores aztecas, imprimió el estilo xeneize en sus entrenamientos, algo que rindió rápidamente frutos y dio a México el primer gran logro de su historia en el balompié.

Jugadores como Carlos Vela, Giovani dos Santos, Héctor Moreno, Adrián Aldrete, Patricio Araujo y Efraín Juárez deben, en gran medida, el éxito de sus carreras a Jesús Ramírez y su aprendizaje en la Casa Amarilla.