Se jugaban 10 minutos del segundo tiempo, el Partick Thistle ganaba 1 a 0 sobre el Greenock Morton y tenía un tiro de esquina a su favor. Tras una serie de rebotes, Kris Doolan capturó el balón y se despachó un un remate fantástico que se clavó en el ángulo.
El delantero corrió para festejar su conquista junto con el resto de los compañeros, al tiempo que uno de los rivales pateaba el balón de la bronca hacia el lateral. Tras las celebraciones, los futbolistas se dieron cuenta que el árbitro no había convalidado el tanto.
El juez, Barry Clark, se acercó para dialogar con uno de los asistentes y ambos coincidieron en cobrar lateral, debido a que el esférico había sido despejado por la defensa. Lo que ninguno de los dos vio, es que antes la pelota se clavó en el ángulo.
Aunque suene insólito, el árbitro y el juez de línea nunca vieron el gol y pensaron que la pelota no había ingresado al arco, aunque ésta incluso tocó la red.
"Hay otros dos jueces allí también. El árbitro podría haberlo invalidado [al juez de línea], lo ha visto, y el otro juez de línea puede verlo y decir: 'el juez de línea ha tenido un mal día allí, podemos ayudarlo?'", declaró Alan Archibald, entrenador del Partick. "Es increíble", sostuvo.
"Estoy tranquilo porque ganamos el juego. Si el juez de línea comete un error horrible, alguien debería ayudarlo", insistió.
El partido terminó con victoria para el local con 1 a 0, afortunadamente para la terna que le arruinó un gran gol Doolan, por un fallo que a muchos les cuesta entender.
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