Después de cuatro años de ausencia, volvió a jugarse el "Old Firm" entre el Celtic F.C. y los Glasgow Rangers. Un partido que tuvo de todo, una goleada, un cantante londinense bailando en las gradas y un triste episodio de instalaciones destrozadas por fanáticos enojados.
Moussa Dembélé fue el protagonista dentro del campo el sábado, convirtió tres goles y asistió en el otro para la victoria de "los católicos" contra "los protestantes".
El Celtic Park albergó nuevamente el gran clásico de Escocia, que desde 2012 estuvo interrumpido ya que el Glasgow Rangers descendió a causa de una deuda cercana a los 200 millones de dólares.
La gran rivalidad de estos dos grandes de la Scotish Premiership se manifestó tanto dentro, como fuera del campo. El sabor de la victoria se amargó con los disturbios de los derrotados.
Con Rod Stewart como espectador, el Celtic salió a la cancha buscando un resultado que alegre a su afición. Tanta fue la felicidad que dejó ese 5-1 que el cantante londinense aprovechó para relajarse y bailotear en su asiento.
#RodStewart disfruta y baila en el triunfo del @celticfc con Emilio Izaguirre en el banco. pic.twitter.com/aomsjmNcF6
— BantuSportsNews (@BantuSportsNews) 10 de septiembre de 2016
El partido se tiñó de color verde y blanco. El protagonista de la goleada fue el francés de 20 años Moussa Dembélé. Convirtió tres goles y asistió en otro para irse aplaudido del campo de juego.
Finalmente el equipo de Brendan Rodgers se despegó del Rangers en la tabla general. Con esa victoria quedó como único líder, a cuatro puntos y con un partido por jugar.
La otra cara del derby, el más viejo del mundo y que llegó el domingo a su edición número 305, tuvo como intérpretes a los aficionados de los Gers. La furia, causada por la derrota, hizo que los fanáticos destruyeran por completo las instalaciones del estadio.
La policía local se enfrentó ante el grupo de agresores y, según un comunicado oficial, pudieron interceptarlos para que la situación no pase a mayores.