Narrar contra el estereotipo, según Maye Primera y Rocío Puntas

El festival Basado en Hecho Reales tuvo una mesa para pensar las estrategias y metodologías que los periodistas utilizan para no caer en lo obvio, lo preestablecido, el lenguaje oficial

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Maye Primera y Rocío Puntas (Nicolás Stulberg)
Maye Primera y Rocío Puntas (Nicolás Stulberg)

Desde que el mundo es mundo, alguien lo narra. El tiempo pasa, la marea erosiona los múltiples brillos, desgarra la multiplicidad, y en el museo de historia siempre termina por quedar una gran piedra uniforme, opaca, grosera, totalitaria; como si solamente hubiese existido ella. ¿Qué sucede con todos esos discursos que lucharon, generalmente en inferioridad de condiciones, contra un gran montículo narrativo oficial? Olvidados, desaparecen, y prima el estereotipo.

"Romper los estereotipos es lo primero del periodismo, es un trabajo inherente al que hacemos, no responder al lenguaje oficial". La que habla es la venezolana Maye Primera —autora de diversos libros periodísticos y editora para América Latina de Univision Noticias Digital— en el día uno del festival Basado en Hechos Reales que se realizó el fin de semana pasado. A su lado, Hinde Pomeraniec, y más allá la española Rocío Puntas, que vive en Suiza desde donde hace la revista  bimestral de crónica Reportagen, pubicada en Alemania, Austria y Suiza. Menos de un metro de alto tiene el escenario donde las tres conversan —la charla la modera Silvina Heguy— bajo el título de "América Latina: narrar contra el estereotipo". Son las 17:35 minutos de la tarde de un jueves y la Sala 121 del CCK está llena de gente. Muchos estudiantes de periodismo, con los ojos bien abiertos, toman apuntes en sus libretas.

Rocío Puntas y Maye Primera (Nicolás Stulberg)
Rocío Puntas y Maye Primera (Nicolás Stulberg)

¿Es posible narrar contra el estereotipo, fijar una posición alternativa o, si se quiere, contrahegemónica y expresarla hasta que la balanza se incline en igualdad? Para estas dos escritoras, la respuesta es afirmativa, y también necesaria. "Cuando la conversación se da entre iguales es mucho más difícil darse cuenta que hay un discurso establecido y roles establecidos de antemano", dice Primera, una vez finalizada la charla en un breve mano a mano con Infobae. A su lado e igual de concentrada, Puntas asiente. "En la medida en que conoces otras realidades —continúa Primera— te vas dando cuenta de cuáles son tus prejuicios como reportero. Es muy importante saber qué es lo que uno ignora, no tenemos mucha conciencia de eso. Creo que en la ignorancia es donde comienzan los prejuicios y los estereotipos. La idea es vencerlos. En la medida que te vas informando y ves que otras realidades distintas a la tuya, que no eres el ombligo ni el centro del mundo, te das cuenta de lo injusto que es que se encasille a una sociedad o a un grupo étnico dentro de un rótulo".

Por su parte, Rocío Puntas le dice a Infobae: "Es importante ver el trasfondo porque así ya puedes decir: 'ah muy bien, esto es lo que pensamos que tiene que ser, el estereotipo'. Si no quieres entrar en eso, la forma de evadirlo es defendiéndote a tí mismo con la sabiduría, quitando la ignorancia. Luego tienes que ir abierto como periodista. No puedes decir 'el pobre' o 'qué malo aquel'. Tienes que narrar lo que realmente has vivido. Si cumple el estereotipo o no ya es otra cosa. También puedes cambiar la forma de contarlo y pasar de la convencionalidad a un nuevo tipo de texto. Hay que estar muy informado y muy abierto y tratar de transmitírselo al lector para que se ponga en la misma posición, para agrandar su visión o reciba luz donde no la tenía".

Maye Primera, Hinde Pomeraniec, Rocío Puntas y Silvina Heguy (Nicolás Stulberg)
Maye Primera, Hinde Pomeraniec, Rocío Puntas y Silvina Heguy (Nicolás Stulberg)

A diferencia de lo que celebraron los profetas optimistas de internet, con la llegada de las redes sociales esa voz totalitaria, ese lenguaje oficial se recrudeció. Es cierto, la posibilidad de que haya nuevas voces existe y posibilita que el diálogo exista, pero estamos muy lejos de adentrarnos en el paraíso de la diversidad. Sí aquí afuera las desiguales son desorbitantes, ¿por qué en el mundo online eso debería cambiar?

"A veces, sobre todo en las redes sociales, pero también sucede en otros ámbitos, lo más escandaloso pareciera que domina el debate —reflexiona Maye Primera—; los trolls, por ejemplo. No necesariamente representan al amplio espectro de la sociedad. Se da el riesgo también de que termines en un diálogo de sordos. Las redes, al menos para nosotros, son una oportunidad, son un canal de distribución muy importante. Pero sí, tienes que aprender a lidiar con que no sea el algoritmo el que decida qué es lo que lees o lo que tu audiencia lea, sino tratar de llegar más cerca". Rocío Puntas completa la idea: "Los que hacen ruido son los que se escuchan, evidentemente, pero no podemos dejar que sólo los que hacen ruido sean los escuchados. Eso lo tenemos que filtrar, llevarlo por una vía que lo haga fiable".

Una charla a sala llena (Nicolás Stulberg)
Una charla a sala llena (Nicolás Stulberg)

¿Por qué es necesario que el periodismo se plantee la tarea de narrar contra el estereotipo? Porque tal vez así, sólo tal vez, exista una posibilidad de que lo que se exponga en el museo de la historia, eso que las generaciones futuras visitarán y se sacarán selfies con filtros alienígenas, no sea una aburridísima piedra uniforme, opaca, grosera, totalitaria. La realidad nunca lo es.

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