Aliste el bolsillo, estos productos que se consiguen en tiendas de barrio subirían de precio con la reforma tributaria de Gustavo Petro

Con el impuesto a las bebidas y a los alimentos ultraprocesados, planteado con el Gobierno, el precio de muchos productos subirá 10 %

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Las tiendas de barrio son el canal con mayor tráfico en Colombia. FOTO: Kantar
Las tiendas de barrio son el canal con mayor tráfico en Colombia. FOTO: Kantar

El típico combo colombiano, conformado por gaseosa con un paquete de papas y un ponqué cubierto de chocolate (también acompañado de salchichón u otro snack), se encarecería significativamente si prospera el impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos procesados que propone el Gobierno de Gustavo Petro en el proyecto de reforma tributaria, unido a los altos costos de los insumos, producto de la inflación que vive el país.

El presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), Jaime Alberto Cabal, alertó sobre el efecto que tendría la imposición de un nuevo impuesto del 10 % a productos como refrescos, gaseosas y pasabocas, no solo en el bolsillo de los tenderos y consumidores, sino sobre toda la cadena de valor.

Los productos agrícolas provenientes mayoritariamente de Boyacá, Cundinamarca, Risaralda y Nariño, como por ejemplo, la papa, el plátano, la yuca, los cereales y la leche, que surten de materia prima a la industria de alimentos empacados se verían impactados por la medida.

Todos los productos intermedios de la cadena de valor también sufrirían una afectación, al igual que la red de distribución logística, la cual surte a las tiendas aún en los más apartados lugares.

“Los hogares colombianos, en particular los de estratos populares, tendrían que pagar un sobreprecio en estos alimentos, lo que generaría automáticamente un impacto en el costo de la canasta familiar’', subrayó el gremio de los comerciantes.

Fenalco recordó que recientemente la firma Raddar señaló que gravar las bebidas azucaradas y los productos ultraprocesados, tal como se propone en la reforma, provocará un aumento de la inflación del 1.89 % y Fedesarrollo calcula que el impacto sobre el costo de vida de las familias de bajos ingresos sería del 3 %.

En la actualidad la compra de una gaseosa, un paquete de papas y un ponqué cubierto de chocolate, en una tienda de barrio, en promedio cuesta alrededor de 4.700 pesos: 1.800 pesos la gaseosa, 1.100 pesos las papas y 1.800 pesos el ponqué.

Entonces, al reajustarse el precio un 10 % en promedio, el valor a desembolsar sería de 5.250 pesos, pues el tendero reajusta hacia arriba el costo de cada uno de los productos, ya que no es posible dar vueltas que impliquen moneda fraccionaria inferior a 50 pesos. Por lo anterior, el incremento final sería de 11.7 %, esta cifra sin considerar la inflación actual y el incremento del precio de la gasolina, que también repercuten en los costos finales de los productos.

“En Fenalco somos reiterativos en advertir que los micro y pequeños empresarios del canal tradicional necesitan con urgencia medidas que propendan por su reactivación y no por su desaparición. De hecho, alertamos que están en peligro de desaparecer cerca de 250.000 tiendas. Los ingresos de los tenderos se encuentran muy por debajo de los niveles registrados en 2019, según encuestas nuestras y la Encuesta de Microestablecimientos, que el Dane recién publicó”, afirmó el vocero de los comerciantes.

La categoría de refrescos y bebidas azucaradas es vital para las ventas de una tienda y además es gancho para el consumo de otros productos como pasabocas, panadería y alimentos preparados, como las tradicionales empanadas.

De acuerdo con cifras de Fenaltiendas, los snacks y las bebidas azucaradas son dos de los productos que en promedio dejan mayor margen de rentabilidad en las tiendas: entre 11 % y 15 %. El resto de las categorías tienen una utilidad promedio entre 6% y 10%.

“Medidas que perjudiquen a las familias de menores ingresos y a las micro y pequeñas empresas truncan la posibilidad de reactivación de este segmento, tan necesitado de apoyo para salir de la crisis. Bajo esta perspectiva, sugerir un impuesto para financiar, así sea el más loable propósito, sin reparar en el daño que una iniciativa de esta magnitud pueda tener sobre numerosas actividades empresariales, es una opción inconveniente y desacertada. Es un grave error en esta coyuntura de alta inflación”, concluyó Cabal.

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