Expertos ambientales piden al gobierno Duque enfrentar la deforestación en la Amazonía

Un grupo de 190 profesores de universidades e investigadores solicitaron adelantar medidas que detengan esta tragedia ambiental que ha afectados miles de hectáreas de áreas protegidas

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 Los incendios en Colombia vienen registrando índices alarmantes en los inicios de 2022. De hecho, un reciente informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible dio a conocer nuevos datos que incentivaron la preocupación de la comunidad ambiental. EFE/Joédson Alves/Archivo
Los incendios en Colombia vienen registrando índices alarmantes en los inicios de 2022. De hecho, un reciente informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible dio a conocer nuevos datos que incentivaron la preocupación de la comunidad ambiental. EFE/Joédson Alves/Archivo

Un grupo de académicos y expertos en temas ambientales solicitaron al Gobierno nacional tomar medidas urgentes para detener la deforestación en la Amazonía Colombiana, luego de que en los últimos días se presentaran graves incendios que afectan amplias áreas protegidas en los departamentos de Caquetá, Guaviare, Meta y Putumayo.

Los académicos pidieron al presidente Iván Duque y al ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, diseñar una estrategia que detenga esta tragedia ambiental que actualmente está afectando al Parque Nacional Natural Tinigua, la Serranía de la Macarena y la Serranía de la Lindosa en la que los bomberos están necesitando de voluntarios y “no cuentan con agua ni sistemas aerotransportados para sofocar los incendios”.

“Coincidimos en que es necesario tomar medidas inmediatas para frenar esta alarmante situación. Es urgente diseñar e implementar una hoja de ruta que movilice articuladamente al Ejército Nacional, los Bomberos de todo el país, la defensa civil y las Fuerzas Aéreas Colombianas para que con su intervención se detenga esta tragedia ambiental que supone enormes costos sociales y ecológicos”, señalaron los 190 firmantes de la carta.

En ese sentido, señalaron que las acciones que se tomen deben ser “preventivas” mas no “reactivas”, y manifestaron que durante noviembre y diciembre del año pasado se presentaron las condiciones idóneas para que se generaran los peores incendios que se habían registrado desde hace 15 años, con grandes cantidades de madera acumulada, más de 40 días sin lluvia, y dinámicas fortalecidas de apropiación de tierras.

Asimismo, señalaron que la “impunidad frente a los grandes deforestadores, y la falta de una respuesta oportuna y efectiva del Estado”, han ocasionado que el norte del Amazonas se dirija a un punto de daños irreparables, debido a que lo que se encuentra en juego es la pérdida de la biodiversidad de la que “depende la vida en el planeta y el agudizamiento de la crisis climática”.

“El bioma Amazónico tiene un papel vital en la disponibilidad de agua para el consumo humano a través de los “ríos voladores”, la capacidad de retención de agua, y la evapotranspiración. Por cuenta de los incendios estamos emitiendo monóxido de carbono y dióxido de azufre, que son gases de efecto invernadero en unas magnitudes que afectan inclusive a otros países, lo que nos hace responsables internacionalmente en caso de no actuar de inmediato”, indicaron los expertos.

En ese sentido, explicaron que los actuales niveles de emisión son tan grandes que tan solo se podrían comparara con algunas zonas industriales de China, lo que representaría una contradicción con el Acuerdo de París, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) y la declaratoria en Glasgow sobre la deforestación de la que Colombia hace parte.

Por tal razón, señalaron que es fundamental una medida de choque contra las conflagraciones, con una mayor presencia del Estado en las zonas más afectadas y sanciones contra los financiadores de las quemas y acaparadores de tierra, a la vez que solicitan fortalecer la detección de incendios con mecanismos tecnológicos y sanciones ejemplares contra quienes cometan delitos ambientales en el país.

“La falta de acción inmediata puede llevar a una catástrofe sin precedentes en el país, con implicaciones locales y globales, además de irreversibles. Es más, el 5 de febrero Bogotá declaró alerta ambiental y emergencia hospitalaria, en parte, por cuenta de la contaminación del aire resultado de los incendios en Guaviare y la Orinoquía. La magnitud de la incidencia de puntos de calor en esta semana, tal como se observa en el mapa aportado por Parques Nacionales Cómo Vamos, se suma a un proceso histórico de deforestación asociado al aumento del hato ganadero en esta región y la consolidación de mercados especulativos de tierras”, indicaron los académicos.

Por último, manifestaron que permitir estos incendios es una “ataque frontal contras las áreas de suprema importancia para la conservación de la biodiversidad en el planeta”, razón por la cual solicitaron herramientas que contribuyan a mitigar esta tragedia ambiental y que se activen los canales internacionales para solicitar la ayuda de otros países en el control de estos incendios “que no fuimos capaces de prevenir”.

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