Mal comienzo de Gilinski en Sura y Nutresa: crecen tensiones en juntas directivas

Tras bambalinas, el GEA y el Grupo Gilinski han iniciado una disputa que podría no beneficiar a los accionistas minoritarios

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FILE PHOTO: Jaime Gilinski (R), GNB Sudameris bank's board chairman, speaks next to Camilo Verastegui, president of Sudameris Colombia, during a news conference in Bogota May 14, 2012. REUTERS/Fredy Builes/File Photo
FILE PHOTO: Jaime Gilinski (R), GNB Sudameris bank's board chairman, speaks next to Camilo Verastegui, president of Sudameris Colombia, during a news conference in Bogota May 14, 2012. REUTERS/Fredy Builes/File Photo

Es bien sabido que, cuando los pragmáticos Gilinski llegan a una organización, esta toma un giro de 180 grados para que su nueva adquisición funcione a su favor, sin importar los viejos paradigmas que allí se manejaban.

De acuerdo con un reciente artículo de El Espectador, el panorama que se avecina para las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño estaría causando molestia en sus juntas directivas.

Grandes compras

En los años 80 Jaime Gilinski tomó la decisión de comprar la filial colombiana del Banco Internacional de Crédito y Comercio (BCCI), en ese entonces conocido por ser la entidad financiera más corrompida del mundo. Sin contemplaciones, el joven Jaime le cambió el nombre, renovó a su junta directiva y lo dejó en números negros en cuestión de meses.

A comienzos de este siglo, la familia adquirió el Banco Sudameris, al cual puso su apellido y fusionó con el Banco Tequendama, la filial colombiana de HSBC y la red de cajeros Servibanca. El éxito de esos movimientos metió a Jaime a los primeros puestos de la lista Forbes de los hombres más ricos de Colombia.

Hasta las ofertas públicas de adquisición hacia las empresas del GEA, la compra más visible de la familia en los años recientes fue el Grupo Publicaciones Semana. En enero de 2019 compró el 50% de las acciones, con lo cual el grupo mantuvo cierta autonomía editorial. En noviembre de 2020 compraron el 50% restante y causaron un revolcón en la nómina. Con todo ello, el medio es el tercero más consultado del país.

Un revolcón así podría asomarse en las tres empresas que están adquiriendo paulatinamente, pero podrían encontrar cierta resistencia.

Las juntas

Según El Espectador, conformar las juntas directivas de Sura y Nutresa implica aplicar una serie de reglamentos estrictos. Uno de ellos es garantizar la participación de un número mínimo de accionistas minoritarios para proteger sus intereses. Además, los miembros son propuestos mediante listas y asignados por un cociente electoral.

Al obtener el resultado de la fórmula matemática, los Gilinski obtienen un 1,93: ya tendrían asegurado al menos un puesto en la junta directiva de Sura y Nutresa y, además, tienen una gran probabilidad de tener puestos adicionales —lo cual depende del resultado de las otras listas—.

En contra

Las juntas directivas actuales de estas importantes empresas están compuestas por personas de alto prestigio y preparación, por lo cual prestan mucha atención a los movimientos de la bolsa de valores para proteger sus intereses.

Al analizar las OPA recibidas, todas las juntas directivas concluyeron que el precio ofrecido era insuficiente para el valor de sus empresas. Además, según una denuncia de Daniel Coronell en la emisora La W, Sura hizo una reclamación ante la SIC por haber mantenido reserva sobre la existencia de la OPA, la cual existía desde 2020 e impidió desde entonces que otros interesados presentaran mejores ofertas.

Asimismo, se reclamó ante la Superfinanciera que el director de esa entidad de vigilancia siempre debía dar el visto bueno antes de ejecutar una transacción que implicara hacerse con más del 10% de una entidad. Dicha venia ocurrió después, lo cual es legal pero inédito.

Entonces, la familia Gilinski entrará a una junta directiva que no los acogerá con agrado y se concentrará en evitar adquisiciones mayores.

En medio de la pelea

Un enfrentamiento así podría reducir el valor de la acción. Si eso pasa, el Grupo Gilinski buscará más poder en la junta directiva —y posiblemente podría ganarlo—.

De acuerdo con el profesor Javier Mejía, doctor en Economía de la Universidad de los Andes, en entrevista para El Espectador, los principales afectados en la batalla financiera que se avecina son los accionistas minoritarios, puesto que las personas con voz y voto estarán más ocupadas en restarle control a la contraparte que en darle más valor a su inversión.

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