Fiscalía imputó cargos por homicidio culposo a tres profesionales de la salud en Tolima

Dos médicos y un enfermero habrían cometido errores en tratamientos que resultaron en la muerte de dos pacientes

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Personal médico trabaja en una unidad de cuidados intensivos. EFE/Carlos Ortega/Archivo
Personal médico trabaja en una unidad de cuidados intensivos. EFE/Carlos Ortega/Archivo

La Fiscalía General de la Nación dio a conocer, este lunes 10 de diciembre, que la psiquiatra Mónica Julieth Suárez Díaz, el médico Álvaro Leal Rodríguez y el enfermero Julián Edilberto Rincón Díaz fueron imputados por un despacho de la Unidad de Vida de la Fiscalía Seccional Tolima, por el delito de homicidio culposo bajo responsabilidad médica.

Presunto error en el tratamiento

Un primer caso está relacionado con la muerte de Jorge Eduardo Rodríguez, quien según información de la Fiscalía “fue ingresado por sus familiares y la Policía el 10 de enero de 2018 a la sala de urgencias de un hospital de la capital tolimense, tras presentar un estado psicótico agudo y agresivo”.

Del mismo modo, explicó que fue hospitalizado en la unidad mental del centro asistencial, luego de ser valorado y sometido a exámenes. Después le fue iniciado un tratamiento con medicamentos como clonazepam, clozapina y midazolam, pero en el paciente persistió una agitación sin mejoría.

Los detalles de la Fiscalía precisaron que el 13 de enero siguiente, “la víctima se cayó mientras se bañaba y sufrió una herida en una de sus cejas, por lo cual requirió de cirugía”. Tres días después fue valorado por la psiquiatra Suárez Díaz, quien al no ver evolución incrementó la dosis de los medicamentos. Finalmente, el 18 de enero el paciente fue encontrado sin signos vitales en su cama, en horas de la madrugada.

“Para la Fiscalía, la dosis ordenada por la psiquiatra supera lo que está establecido en las guías médicas. Por lo cual se presume que la muerte de Jorge Eduardo Rodríguez, debido a un paro respiratorio, habría sido consecuencia del incremento en dichos medicamentos”, precisó la entidad.

“La profesional no fue idónea en su evaluación con respecto al estado del paciente (...) le faltó meticulosidad y diligencia en la evaluación clínica”, algo que para el ente acusatorio la llevó a cometer un error que pudo ser evitado.

Presunta falla en el rigor médico

Otro de los casos fue el del médico Álvaro Leal Rodríguez y el enfermero Julián Edilberto Rincón Díaz, quienes enfrentan un proceso legal por hechos ocurridos a partir del 13 de enero de 2016, “cuando Eduardo Miranda Vargas fue programado para una cirugía de columna vertebral en una clínica de Ibagué, la cual se realizó en horas de la tarde”.

Luego del procedimiento, el anestesiólogo dispuso su trasladado a la unidad de cuidados intermedios, donde fue valorado por Leal, médico intensivista, quien sería el especialista responsable de su cuidado postoperatorio.

Los detalles precisaron que durante la noche, “el paciente se quejó por falta de sensibilidad y motricidad en sus piernas, situación que informó el auxiliar de enfermería a su jefe Rincón Díaz, quien, de forma verbal le ordenó administrarle un ansiolítico oral, interpretando la queja como una manifestación de ansiedad”.

Esta orden al parecer se impartió sin habérsele realizado un examen físico al paciente para tal medicación, pero además se llevó a cabo “sin que el médico lo hubiera valorado durante su turno para descartar otra causa”.

De esta manera, el 14 de enero, el paciente fue valorado nuevamente y se le encontraron signos de compromiso neurológico, por lo que un neurocirujano le ordenó un TAC que mostró un sangrado epidural, algo que lo llevó a ser intervenido de urgencia.

Durante la cirugía se le detectó un hematoma epidural espinal que propició un daño medular irreversible que le generó cuadriplejia, por lo que continuó hospitalizado por cerca de un mes más en cuidados intensivos con ventilación mecánica.

Aún así, el paciente falleció por complicaciones derivadas de su estado neurológico. Además, el fiscal encargado señaló que la atención fue deficiente, “pues el objetivo principal de su hospitalización en la Unidad de Cuidados Intensivos era el seguimiento neurológico, lo cual no se le habría brindado ni por el especialista ni por el jefe de enfermería”.

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