Indígenas emberá ubicados en el Parque La Florida retornarán a sus territorios en Risaralda

La Unidad para las Víctimas informó, este martes 30 de noviembre, que las 127 familias de la comunidad indígena emberá chamí que se encuentran en la Unidad de Protección e Integración (UPI) de La Florida, al occidente de Bogotá, retornarán a sus territorios en Risaralda, luego de permanecer casi dos meses en este espacio dispuesto por el distrito.

Los cerca de 430 indígenas que se encontraban en las instalaciones iniciarán su traslado desde este miércoles 1 de diciembre a los municipios de Pueblo Rico, Santa Cecilia y Dokabú, desde donde se vieron desplazados por el accionar de los grupos armados.

“Existe la voluntad de todas las entidades para trabajar con ellos, para lograr la caracterización y construir el plan de retorno concertado con la comunidad. Todas las entidades estamos prestas para adelantar el proceso y para hacer la reubicación de las familias que quieran, pero también acompañar todos los procesos de retorno”, indicó el director de la entidad, Ramón Rodríguez, con relación a los indígenas que permanecen asentados en el Parque Nacional.

Asimismo, el funcionario señaló que se hará una revisión en temas de salud, educación y en la oferta de servicios que se encuentran disponibles en el territorio al que serán retornados los miembros de la comunidad emberá, que se encontraban en la capital a causa de la violencia que se presenta en sus territorios y que se asentó en el Parque Nacional, en el centro de Bogotá,

Según indicó la Alta Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación de Bogotá, desde este martes iniciará el traslado de los enseres de los indígenas que permanecen en el parque La Florida y 16 buses los retornarán a sus territorios, en los que se deberán adelantar las labores de acompañamiento para comprobar el bienestar de las comunidades.

“El retorno de los más de 400 indígenas lo acompañará la Alta Consejería, y fue un proceso que lideran la Unidad Nacional de Víctimas, los gobiernos territoriales, y de Bogotá. Para lograr esto se tuvo que adelantar una valoración médica y, luego de recibir el concepto favorable, se confirmó entonces la primera ruta de retorno al territorio ancestral”, señaló el alto consejero de paz de Bogotá a El Espectador.

De igual manera, mencionó que algunos de los miembros de la comunidad que aún permanecen en el Parque Nacional, luego de dos meses, no han manifestado su disposición a un diálogo para su reubicación o retorno, argumentos que se encuentran contrastados por representantes de esta comunidad, quienes han mencionado que no encuentran los canales ni espacios de diálogo para concertar soluciones.

El pasado domingo 28 de noviembre se conoció el lamentable caso de un menor de 1 año y 9 meses, perteneciente a la comunidad indígena emberá, que murió en el Parque Nacional, en el centro de la capital, donde estas personas se han asentado hace más de dos meses. Ante la alerta que generó este caso, se ha conocido que dos hermanos del niño fallecido, también están en peligro ante su mal estado de salud.

El menor que falleció fue identificado como Yhosquin Murry Queregama, quien presentó un paro cardiorespiratorio y falleció en medio de reclamos por parte de la comunidad indígena y la Secretaría de Salud. Mientras los primeros señalaron que el menor no recibió atención médica oportuna, la entidad afirmó que fue la comunidad la que no lo permitió.

Sin embargo, lo que ha trascendido en las últimas horas es la denuncia que hizo Miguel Ángel Sintuá, líder de los indígenas embera en el Parque Nacional, quien además de respaldar a la comunidad en que las autoridades no atendieron rápido al menor, agregó que sus dos hermanos tienen un grave estado de salud por desnutrición y fiebre, y que no serían los únicos.

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