“Esto es volver a nacer”, soldado que sobrevivió a una caída desde un helicóptero en Tolemaida

El uniformado ya empezó a dar sus primeros pasos, luego de tres cirugías y casi un mes de extensas terapias físicas de rehabilitación

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Helicóptero
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Durante el pasado mes de octubre, se viralizó, a través de las redes sociales, el video en el que se veía a un soldado cayendo en picada, varios metros, tras lanzarse desde un helicóptero en la Base Militar de Tolemaida. El uniformado se encontraba adelantando su curso en la Escuela de Paracaidismo, y sobrevivió luego de golpearse fuertemente contra el suelo al registrar fallas con su equipo de aterrizaje. Ahora, en proceso de recuperación, Luis Alfonso Garcés habló de lo que fueron los segundos más eternos de su vida, aquellos en los que pensó que serían los últimos de su existencia. El hombre define su situación como un milagro, pues pudo haber fallecido ese día de manera instantánea.

En el video, registrado por uno de los testigos, se ve como uno a uno van saltando los soldados del helicóptero. Los tres primeros militares saltan y abren su paracaídas con normalidad, sin embargo, la historia de Garcés no fue la misma. “No abrió, no abrió”, se le escucha decir a uno de los ciudadanos que observa la angustiante situación. Luis Alfonso se ve diminuto y cayendo a toda velocidad, mientras que sus otros compañeros flotan por los aires, gracias al buen funcionamiento de sus equipos.

En el aire, Garcés entró en pánico cuando, luego de un fallido primer intento, su segundo paracaídas, el de reserva, no se abrió. “Yo iba de cuarto hombre, saltó el primero, saltó el segundo, saltó el tercero, salté yo (...) Cuando miro hacia arriba pues veo el paracaídas entorchado, cruzadas las líneas. Yo alcancé a hacer de tres a cuatro giros, al ver que no me abrió el paracaídas, que ya vi que venía en caída libre, operé la reserva, tampoco me abrió”, detalló ante los micrófonos del noticiero del Canal Caracol. Garcés, de acuerdo con lo que comentó, tuvo 17 segundos exactos para hacer que su caída no fuera mortal.

Aquel 9 de octubre, el helicóptero, contó Luis Alfonso, para el momento en el que tuvo que saltar, se encontraba en una altura de 1.500 pies, la ideal para realizar este tipo de prácticas. “Ese día me equipé para dar un salto táctico, ya el último, con un equipo aproximadamente de unos 20 kilos que llevaba ligado entre el abdomen y mis piernas”, explicó. Según informó Noticias Caracol, la distancia a la que saltó el hombre era equivalente a tres veces la altura de la Torre Colpatria de Bogotá.

El hombre, de acuerdo con lo que reportó la Revista Semana, medio de comunicación que también habló con él, es enfermero en el Batallón de Operaciones Especiales. “Yo salvo vidas, haciendo evacuaciones aeromédicas en todo el país. Tengo el don de ayudar a mis compañeros y a quienes no son mis compañeros”, le comentó a la redacción de ese impreso.

Al saltar, su equipo se encontraba enredado, por lo que tuvo que buscar alternativas para hacer que su caída fuera de bajo riesgo de letalidad. Para cumplir con su cometido, y sobrevivir al que parecía ser un accidente mortal, acomodó su cuerpo de tal manera para que la caída le hiciera el menor daño posible. “Agarrar los elevadores, apretar bien las piernas, esperar el golpe y hacer la complexión de la caída. Esos son póngale de 15 a 20 segundos (...) apretar las piernas, caer en planta de pies, segundo punto de contacto son las pantorrillas, ponerlas, el tercer punto son los muslos, ir haciendo el giro al momento de la caída, el cuarto, los glúteos y el músculo dorsal”, argumentó para el informativo de ese canal de televisión.

El momento de la caída llegó, luego de varios segundos de angustia. Luis nunca perdió la consciencia y, por el contrario, estuvo todo el tiempo alerta de los síntomas que su cuerpo pudiera presentar mientras recibía atención médica. “Yo me sentí que estaba vivo, no sentía la pierna, tenía problemas respiratorios, tenía problemas del tórax, yo me escupí la mano, me veía sangre, pensé que estaba reventado por dentro”, dijo el uniformado que, luego de la revisión por parte de profesionales de la salud, se enteró de que había sufrido fracturas en su tibia derecha, en sus vértebras torácicas y lumbares.

“Esto es todo un milagro de mi Dios (...) Esto es volver a nacer, empezar como un niño otra vez, pero darle las gracias a Dios porque sin él no hubiera sido posible estar con vida”, aseguró el joven soldado respecto a su actual estado de salud, luego de tres cirugías y casi un mes de ejercicios de rehabilitación física.

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