La apicultura, opción de vida para desplazados por la violencia en Colombia

La miel tomó un nuevo significado para siete familias que, luego de perder sus tierras a manos de paramilitares, vuelven a sus orígenes para convertir esos espacios en zonas productivas y sostenibles.

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En la vereda Florisanto, corregimiento de Las palomas, en Montería, en una parcelación llamada Londres, siete familias que fueron desplazadas en medio del conflicto armado colombiano recuperaron sus tierras y, ahora, hacen de ellas espacios sostenibles para ellas mismas y la comunidad. A través de la apicultura, las siete familias esperan hacer crecer su negocio de miel, y reconciliarse con aquellos espacios que, en algún momento, fueron sinónimo de terror. Noticias Caracol, medio de comunicación que decidió visibilizar la historia de estas personas, habló con ellas y con las autoridades que están detrás del proyecto.

“Estamos empeñados en las ganas de meterle el hombro a esto, como se dice. Es algo nuevo para los que estamos en este proyecto”, le dijo al informativo Judith Mazo, una de las beneficiarias de Unidad de Restitución De Tierras (URT) en la parcelación Londres.

De acuerdo con el portal de la URT, estas familias fueron desplazadas, bajo amenazas de paramilitares, en 1999, particularmente, por hombres comandados por el Clan Castaño y Don Berna, “con la justificación de que las necesitaban para construir una base de entrenamiento”.

“Nuestras parcelas nos las adjudicó el extinto Incora en 1997, las estuvimos trabajando tranquilamente hasta que en el 99 los grupos armados nos exigieron salir en pocos días y malvender los animales y la tierra”, relató Próspero Zarza, beneficiario de la Unidad de Restitución de Tierras, en el portal de la entidad.

En 2013, según la cronología que ofrece la página web de la Unidad, las familias iniciaron el proceso de restitución, situación que se concretó en 2019 a través una sentencia proferida por la Sala Civil Especializada en Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Antioquia.

En la actualidad, tienen 78 hectáreas de terreno restituidas, es decir, entre 12 y 14 hectáreas para cada familia, y decidieron apostarle a la crianza de abejas para la producción y comercialización de miel.

“La restitución de tierras va más allá de la entrega de la tierra, transforma vidas y territorios con la implementación de proyectos productivos sostenibles y así se está demostrando con los beneficiarios de la parcelación Londres del corregimiento Las Palomas en Montería, a quienes la Unidad de Restitución de Tierras ha entregado alrededor de $240 millones para la puesta en marcha de sus proyectos de apicultura y de ganadería”, afirmó Dina Montalvo, directora territorial de la Unidad de Restitución de Tierras en Córdoba y Bajo Cauca.

De acuerdo con Nerys Solano, una mujer campesina que se vio beneficiada con ese proyecto apicultor, lo importante es mirar hacia el futuro, “nos han entregado unas 25 colmenas; estamos empezando, pero tenemos que salir adelante y sacar nuestro proyecto hacia un mañana mejor”. Según lo relatado por los trabajadores de este espacio al Canal Caracol, las familias esperan tener, para el segundo semestre de este año, la primera cosecha de miel. Con este crecimiento, para el primer semestre del 2022 esperan que la segunda cosecha esté lista, con la que proyectan recolectar 4,5 toneladas entre ambas.

Para Judith Mazo, el proyecto, además de reiniciar con sus vidas en las tierras que les fueron arrebatadas a ella y a las otras seis familias, tiene un gran significado para honrar la labor de la mujer campesina, una de las poblaciones más golpeadas y vulneradas en el conflicto armado, “para mí es muy importante como mujer hacer parte de este trabajo, porque también podemos, nosotras somos emprendedoras, productivas y muy dedicadas. Veo este proyecto como una fuente de trabajo, no es necesario salir a trabajar a otra parte, sino que con la apicultura podemos conseguir nuestro sustento y preservar el medio ambiente”.

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