Muere en un operativo militar “Mocho Leiber”, de las disidencias de las Farc

Nelson Lerma Giraldo estuvo por más de 20 años en la extinta guerrilla de las Farc y era la mano derecha de “Iván Mordisco” y “Gentil Duarte”.

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El Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo anunció la muerte de “Mocho Leiber”, en medio de una operación conjunta contra las disidencias. - Foto Ministerio de Defensa
El Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo anunció la muerte de “Mocho Leiber”, en medio de una operación conjunta contra las disidencias. - Foto Ministerio de Defensa

Este martes 3 de noviembre, el presidente de la República, Iván Duque, anunció la muerte de Nelson Lerma Giraldo, conocido como Mocho Leiber, tras un operativo militar en contra de la estructura conocida como “Carolina Ramírez”. Se sabe que Giraldo era coordinador de la disidencia de las Farc llamada “Jorge Briceño Suárez”, que operaba en los departamentos de Putumayo y Caquetá.

infobae

En la operación coordinada entre Ejército, Policía y Fiscalía, en el municipio de Puerto Guzmán -Putumayo-, fue dado de baja Giraldo, de 43 años, que hizo parte de las Farc durante 22 años y era, según información del Gobierno Nacional, uno de los hombres de confianza de los comandantes “Iván Mordisco” y “Gentil Duarte”, quienes nunca se acogieron al proceso de paz.

Por su parte, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, dijo, en un video publicado en su cuenta de Twitter, que en el tiempo que Mocho Leiber perteneció a las extintas Farc hizo “cursos de guerrilla, francotirador, inteligencia delictiva, fuerzas especiales, manejo de explosivos, finanzas, así como cursos políticos y de mando”.

Durante 2002 y 2005, Mocho Leiber participó en acciones armadas contra la fuerza pública en Guaviare, que incluyen la instalación de campos minados y ataques con francotiradores. Su apodo proviene de un accidente que tuvo cuando en 2007 perdió la mano izquierda al manipular explosivos.

El Gobierno Nacional aseguró que en enero de 2020, Mocho Leiber dio la orden de asesinar a alias Abelardo, presunto colaborador de la comisión de alias Tigre a quien acusó de ser colaborador del GAO residual E-48.

“Mocho Leiber ordenó el asesinato de alias Jeison, exintegrante de la disidencia “Carolina Ramírez” en el casco urbano de Puerto Leguízamo, Putumayo, y el homicidio de cinco ciudadanos señalados de ser colaboradores del GAO-r E-48, en riveras del Río Putumayo sobre el sector Lupita Perú”.

Este hombre operaba, según lo revelado por la cartera de Defensa, en las veredas Nuevo Horizonte, Tres Bocanas, La Conga, La Torre, Puerto Girasoles, El Cuatro, Los Muñecos, sector Los Mangos del municipio de Puerto Guzmán y las veredas El Diamante, Puerto Mazo, La Esperanza, La Paya, Puerto Boy, inspección El Yurilla, corregimiento El Mecaya, municipio de Puerto Leguizamo.

‘Disidencias, culpables del recrudecimiento de la guerra’

La violencia en Colombia se ha recrudecido. Así lo evidencian las 70 masacres perpetradas durante este año, según Indepaz, que doblan las registradas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) durante 2019. Aunque no todas se le pueden atribuir a las disidencias de las FARC, la lucha territorial de estos grupos con otras estructuras armadas ilegales sí ha detonado en expresiones de violencia, de acuerdo con el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).

Son 30 estructuras criminales en el país las que se presentan como disidentes de la extinta guerrilla, que firmó los acuerdos de paz con el Gobierno Nacional el 24 de noviembre de 2016, según el Cerac. Para los expertos, la situación actual con estas estructuras criminales tiene similitud con lo acontecido tras el fin del proceso de dejación de armas por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006, año a partir del cual comenzaron a nacer las conocidas Bacrim, una de ellas, los Rastrojos.

Las estructuras detractoras del más reciente proceso de paz perdieron el carácter ideológico que tenían las Farc, aseguró el director del Cerac, Jorge Restrepo. “Su único fin es lucrarse de las economías ilegales como el narcotráfico y la minería ilegal”, explicó el experto al diario El Tiempo.

La teoría del Cerac la comparte el director de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Paz y Reconciliación, Juan Carlos Garzón, quien recientemente le dijo a Infobae que, “ahora tenemos estructuras más fragmentadas, con múltiples organizaciones, influencia local y, en algunos casos, regional. Son actores cuya ideología ha perdido fuerza, con ciertas excepciones”.

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