Playa Blanca reabre sin autorización de la alcaldía de Cartagena

El secretario del Interior, David Múnera, invitó a los habitantes a no concurrir a la zona, pues su apertura es irregular.

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Playa Blanca en Isla Barú, Cartagena.
Playa Blanca en Isla Barú, Cartagena.

Los habitantes de Playa Blanca, en Cartagena, retomaron sus labores sin autorización de la alcaldía de La Heroica, después de que este lugar turístico fuera cerrado por las autoridades ante las aglomeraciones de turistas en septiembre.

A falta de una decisión clara de la alcaldía con relación al piloto de bioseguridad entregado por parte de los trabajadores a la entidad desde hace más de un mes, los comerciantes decidieron retomar sus actividades, de manera unilateral.

“Los más de 150 restaurantes decidieron habilitar las playas para los turistas”, le dijo Mayra Martínez, propietaria de uno de los negocios, al periódico El Universal, argumentó que llevan siete meses sin trabajar.

La Dirección General Marítima explicó que solo unas playas de Cartagena habían sido autorizadas a reabrir desde el primero de octubre, tras hacer una inspección detallada de los protocolos que iban a ponerse en práctica y, que por el momento, Playa Blanca no está considerada para ser abierta.

Mayra Martínez defendió la reactivación de Playa Blanca asegurando que la decisión “no se tomó a la ligera”, sino, que, por el contrario, se había hecho un plan estratégico de protocolos para ofrecer y reforzar la seguridad sanitaria de los habitantes, turistas y comerciantes.

Según el protocolo que no ha sido respondido por la alcaldía de Cartagena, la limpieza y desinfección de los locales es constante, incluso, se le dedicará el último jueves de cada mes a hacer descontaminaciones detalladas de los establecimientos.

Martínez explicó también que se conformaron tres grupos de jóvenes que tendrán la tarea de acomodar a los visitantes del balneario de la manera correcta y en la distancia requerida, para evitar posibles contagios.

Cada trabajador de la zona estará identificado con uniformes que los mismos comerciantes mandaron a hacer para diferenciar a sus empleados de los turistas y los nativos.

Las normas de autocuidado también quedaron claras en el documento que tiene en poder la administración local; todas las personas que ingresen al balneario tendrán que usar el tapabocas de manera obligatoria y serán sometidas a protocolos de desinfección y toma de temperatura para evitar riesgos sanitarios dentro de los establecimientos.

La vocera de los comerciantes le solicitó al alcalde William Dau Chamatt, “que nos deje trabajar. Nosotros estamos acatando las medidas necesarias para prestar un buen servicio a los visitantes para evitar la propagación de la covid-19”.

En respuesta, el secretario del Interior, David Múnera, acusó a los comerciantes de irresponsables, por no seguir las instrucciones de cierre que había ordenado la administración ante las aglomeraciones previas. “Ellos abrieron de manera inconsulta e irresponsable, sin una seguridad, sin salvavidas y sin cumplir con todas las medidas de bioseguridad establecidas por el gobierno. Este sitio no cumple con las garantías en medio de la pandemia que estamos viviendo”, manifestó el funcionario a El Universal.

Múnera explicó que el estudio a los protocolos que ellos entregaron sí se está haciendo, y que en los próximos días se daría respuesta, e incluso se reforzarían para que todo funcione correctamente.

Añadió que los cierres se habían hecho por incumplimientos al protocolo emitido por el Ministerio de Salud, que alertaba que la playa debía cumplir nuevas medidas de bioseguridad y readecuación de espacios para continuar con sus labores

Múnera explicó que Playa Blanca no tiene las dimensiones correctas para cumplir las exigencias del ministerio y que “no dan para implementar un piloto que garantice el distanciamiento”.

El funcionario advirtió que, para siquiera pensar en abrir bajo las medidas del Ministerio de Salud, debían “tumbar las construcciones de las zonas de bajamar”.