Lograron decodificar los gruñidos de los cerdos con inteligencia artificial para determinar su estado de salud mental

Los investigadores desarrollaron un algoritmo para clasificar las emociones que sienten los animales y ayudar a los granjeros en su crianza

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Según los científicos identificar las emociones de los animales sirve para los granjeros y su proceso de crianza de los cerdos. REUTERS/Phil Noble
Según los científicos identificar las emociones de los animales sirve para los granjeros y su proceso de crianza de los cerdos. REUTERS/Phil Noble

Científicos de la Universidad de Copenhague están usando la Inteligencia Artificial para inferir cómo se sienten los cerdos por medio del análisis de sus gruñidos.

Los científicos creen que el traductor de cerdos de IA, que convierte los oinks, gruñidos y chillidos en emociones, podría usarse para monitorear automáticamente el bienestar de los animales y allanar el camino para un mejor tratamiento del ganado en las granjas y en otros lugares.

“Hemos entrenado el algoritmo para decodificar gruñidos de cerdo”, dijo la Dra. Elodie Briefer, experta en comunicación animal que codirigió el trabajo en la Universidad de Copenhague. “Ahora necesitamos a alguien que quiera convertir el algoritmo en una aplicación que los granjeros puedan usar para mejorar el bienestar de sus animales”.

Trabajando con un equipo internacional de colegas, Briefer entrenó una red neuronal para saber si los cerdos estaban experimentando emociones positivas, como felicidad o emoción, o emociones negativas, como miedo y angustia, utilizando grabaciones de audio y datos de comportamiento de cerdos en diferentes situaciones desde el nacimiento hasta la muerte.

En el artículo publicado por Scientific Reports los investigadores describen cómo usaron la IA para analizar las firmas acústicas de 7414 llamadas de cerdos grabadas de más de 400 animales. Si bien la mayoría de las grabaciones procedían de granjas y otros entornos comerciales, otras procedían de recintos experimentales donde a los cerdos se les daban juguetes, comida y objetos desconocidos para olfatear y explorar.

Cerdos en el corral de una granja, en una imagen de archivo. EFE/ Orlando Barría
Cerdos en el corral de una granja, en una imagen de archivo. EFE/ Orlando Barría

Los científicos utilizaron el algoritmo para distinguir las llamadas vinculadas a emociones positivas de aquellas vinculadas a emociones negativas. Los diferentes ruidos representaban emociones de todo el espectro y reflejaban situaciones positivas, como acurrucarse con compañeros de camada, amamantar a sus madres, correr y reunirse con la familia, a situaciones negativas que iban desde peleas de lechones, aplastamiento, castración y espera en el matadero.

Los investigadores encontraron que había más chillidos agudos en situaciones negativas. Mientras tanto, se escucharon gruñidos y ladridos de tono bajo en todos los ámbitos, independientemente de su situación. Sin embargo, los gruñidos breves eran generalmente una buena señal de satisfacción porcina.

“Hay claras diferencias en las llamadas de cerdo cuando observamos situaciones positivas y negativas”, dijo Briefer. “En las situaciones positivas, las llamadas son mucho más cortas, con fluctuaciones menores en la amplitud. Los gruñidos, más específicamente, comienzan altos y gradualmente bajan en frecuencia”.

Según los investigadores, el algoritmo clasificó correctamente el 92% de las llamadas como emociones positivas o negativas. Con más grabaciones, el traductor de cerdos puede aprender a distinguir un repertorio más amplio de emociones y arrojar luz sobre el bienestar mental de otros animales.

Los científicos determinaron que el tono y la intensidad de los gruñidos de los animales estaban relacionados con sus emociones positivas o negativas.
Los científicos determinaron que el tono y la intensidad de los gruñidos de los animales estaban relacionados con sus emociones positivas o negativas.

Mientras que los granjeros tienden a reconocer que la salud mental de los animales es importante para su bienestar, la mayoría de los esfuerzos por el bienestar animal se centran en la salud física. Briefer y sus colegas creen que su algoritmo puede allanar el camino para nuevos sistemas automatizados en la industria ganadera que controlen los sonidos en las granjas y otros sitios para evaluar el bienestar psicológico de los animales.

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