La industria refresquera respondió al informe que ligó el consumo de sodas con muerte temprana

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(FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM)
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Luego de que un estudio señalara al consumo regular de refrescos-tanto azucarados como endulzados artificialmente- como un generador de diversas enfermedades, la Asociación Internacional de Endulzantes (ISA) se pronunció al respecto y aseguró que no es posible establecer una relación de causa y efecto entre las sodas y ciertos padecimientos.

Sobre esta temática surgió la investigación publicada esta semana en JAMA Internal Medicine, en la que todos los participantes que bebieron dos o más vasos de refrescos por día tuvieron un mayor riesgo de mortalidad que otros que consumieron menos de un vaso por mes.

El estudio, uno de los más largos de este tipo, evaluó a 451,743 hombres y mujeres de 10 ciudades en Europa. Encontró que el consumo de dos o más vasos de refrescos endulzados artificialmente por día estuvo asociado con la muerte por enfermedades circulatorias. Para refrescos azucarados, uno o más vasos por día se asociaron a la muerte por enfermedades digestivas, incluidas las enfermedades de hígado, apéndice, páncreas e intestinos.

El estudio reclutó personas de Inglaterra, Dinamarca, Francia, Alemania, Crecía, Italia, Países Bajos, Noruega, España y Suecia entre 1992 y 2000, encuestados sobre su consumo de alimentos y bebidas. Los participantes eran eliminados del proyecto si reportaban cáncer, enfermedades de corazón, accidentes cerebrovasculares o diabetes.

Resultados similares han mostrado varios estudios recientes, pero la investigación advierte que el elevado consumo de refresco puede ser una marca de un estilo de vida poco saludable.

"En nuestro estudio, las personas con altos niveles de consumo tuvieron un Índice de Masa Corporal (IMC) más alto y fueron más propensos a convertirse en fumadores de tabaco", dijo el jefe de la investigación, Neil Murphy de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer.

Las investigaciones mostraron asociaciones similares en fumadores y no fumadores, así como en participantes delgados y obesos, lo que indicó que la asociación entre los refrescos y la mortalidad no está fuertemente influenciada por el hábito de fumar y el IMC.

Keri Peterson, asesora médica del Consejo de Control de Calorías, quien representa a edulcorantes bajos o sin calorías, dijo que numerosos estudios han probado que los edulcorantes usados en los refrescos de dieta son uno de los ingredientes más seguros y estudiados del suministro de alimentos.

"La seguridad de los edulcorantes bajos o sin calorías han sido reafirmados una y otra vez por las principales agencias reguladoras y gubernamentales alrededor del mundo", mencionó la especialista.

Al respecto, la Asociación Internacional de Endulzantes (ISA)señaló la naturaleza observacional de este estudio, que, como también reconocieron los autores, no puede probar ninguna relación de causa y efecto. Además, en línea con la abrumadora cantidad de evidencia científica disponible, la seguridad de todos los edulcorantes bajos en calorías aprobados ha sido reiterada y consistentemente confirmada por las autoridades reguladoras de todo el mundo.

"Dado el diseño observacional del estudio, no es posible establecer la causalidad entre el consumo de refrescos y la mortalidad, y reconocemos que las asociaciones observadas pueden estar sesgadas debido a la confusión residual", la ISA en un comunicado.

El organismo encargado de informar sobre el uso, función y seguridad de los edulcorantes bajos en calorías indicó que es crucial destacar que los estudios observacionales, por su naturaleza, no prueban ni pueden probar causa y efecto. Por lo tanto, se debe tener extrema precaución al considerar los resultados de este tipo de estudios, ya que el sesgo en la selección, la confusión residual y la causalidad inversa pueden afectar las asociaciones observadas.

"Es fundamental que el público cuente con información confiable basada en ciencia sobre la seguridad y la utilidad de los edulcorantes bajos en calorías, respaldada por las autoridades de seguridad alimentaria y las organizaciones de salud de todo el mundo, añadió el organismo regulador.

Agregó que no hay evidencia de que el consumo de edulcorantes bajos en calorías aumentaría el riesgo de enfermedades circulatorias en humanos, pero por el contrario, los datos de estudios clínicos muestran que los edulcorantes bajos en calorías no afectan negativamente los factores de riesgo conocidos, como presión arterial, niveles de lípidos en sangre, glucemia o peso corporal.

"Desde una perspectiva de análisis estadístico, es interesante observar también que la información de referencia de este estudio muestra que los sujetos que bebían 2 o más bebidas dietéticas por día tenían un IMC más alto, eran menos educados y fumaban con más frecuencia. Si bien esas variables se ajustaron en el análisis, la confusión residual es posible y probable, y esto puede tener implicaciones, particularmente para la asociación encontrada con la enfermedad vascular. Con frecuencia, los consumidores de 2 o más refrescos por día tenían una serie de indicadores socioeconómicos y hábitos de vida más pobres, y esto, en parte o en gran parte, explica las aparentes asociaciones", sentenció el ISA.

Destacó, además, una serie de limitaciones adicionales de este estudio, que incluyen el uso de datos de referencia, donde la evaluación de la exposición (medida de la ingesta) se recopiló solo una vez (entre 1992 y 2000), y esto se ha asociado a eventos de hasta 20 años después; así como el hecho de que el uso de los datos de ingesta recopilados varía según el país.

"Estas limitaciones pueden producir asociaciones inconsistentes y sesgadas entre las bebidas dietéticas y la mortalidad o los resultados cardiometabólicos. En realidad, los estudios que han utilizado medidas repetidas para evaluar los cambios en la ingesta de bebidas azucaradas bajas en calorías no han encontrado, o encontraron un leve, vínculo entre su consumo y el riesgo de enfermedad, después del ajuste por adiposidad", finalizó.