Toxinas y "humo de tercera mano": cómo afectan los adultos que fuman a la salud de niños y adolescentes

Los residuos que quedan en la ropa, la piel y las superficies de casas y automóviles por la combustión del cigarrillo son potencialmente más dañinos que el de segunda mano, según dos estudios. El peligro persiste aun si las personas no fuman delante de los menores

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Los adultos que quieren evitar quedar expuestos al tabaquismo pasivo cuentan con muchas estrategias para mantenerse alejados de los fumadores. En cambio, los niños no pueden elegir padres, familiares, cuidadores, conductores de buses o maestros que no fumen. Y aunque esas personas se abstengan de encender cigarrillos delante de ellos, someten a los menores a toxinas, o humo de tercera mano: los residuos de sustancias químicas que quedan en la ropa, la piel y los muebles por la combustión del tabaco.

En los Estados Unidos, aunque sólo el 20% de la población fuma, se estima que la mitad de los menores quedan expuestos de manera crónica al humo de segunda y de tercera mano. Y según un estudio realizado por el Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati, pagan el costo con su salud.

Los menores expuestos al humo de tercera mano tienen problemas respiratorios. (Getty Images)
Los menores expuestos al humo de tercera mano tienen problemas respiratorios. (Getty Images)

Así como el polvo en las superficies es una fuente de plomo y pesticidas, también conserva nicotina y otras sustancias derivadas del acto de fumar. La investigación tomó a niños de un promedio de cinco años que llegaron a la sala de emergencia del hospital con un cuadro potencialmente asociado al humo de segunda mano, tal como se comprobó al medir el nivel de cotinina —un alcaloide del tabaco— en su saliva. Se analizó a continuación si tenían residuos en sus manos. Los investigadores comprobaron que así era.

"Los niveles de nicotina, más altos que los esperados, y su importante vínculo con la cotinina indican que el humo de tercera mano puede cumplir un papel en la exposición en general de los niños a los tóxicos del tabaco para fumar", sintetizó el trabajo, en el que también participaron la Universidad de Cincinnati y la Universidad Estatal de San Diego.

Las toxinas del humo se quedan en las superficies de las casas, los autos, la ropa. (Getty Images)
Las toxinas del humo se quedan en las superficies de las casas, los autos, la ropa. (Getty Images)

El humo del cigarrillo contiene unos 4.000 químicos, varios de ellos peligrosos y 50 de ellos causantes de cáncer. "Los bebés que viven con fumadores tienen un riesgo mayor de muerte súbita", según The New York Times. "Los niños que respiran humo de segunda mano tienen un riesgo mayor de sufrir infecciones en los oídos, catarros, resfríos, bronquitis, neumonía y caries".

Con más frecuencia que aquellos que no sufren esa exposición, tienen problemas respiratorios, rinitis, dolor de cabeza, dolor de garganta, irritación de los ojos y ronquera. La situación es más grave para los que tienen tendencia al asma: "Sufren más ataques, más ataques serios y tienen más posibilidades de ir a la sala emergencia y ser hospitalizados".

En el largo plazo, agregó el periódico, aun aquellos que no fumen tienen más riesgo de desarrollar problemas cardíacos, cáncer de pulmón, cataratas y artritis reumatoide.

Aun si los padres no fuman en la casa, los hijos de fumadores hacen más visitas a las salas de urgencias que aquellos cuya familia no fuma. (Adrián Escandar)
Aun si los padres no fuman en la casa, los hijos de fumadores hacen más visitas a las salas de urgencias que aquellos cuya familia no fuma. (Adrián Escandar)

Ahora el estudio indicó que también el humo de tercera mano es un factor a considerar: "Nuestros hallazgos indican que los niños presentan tóxicos del tabaco en las manos, aun si nadie a su alrededor está fumando", dijo al Times la autora principal de la investigación, Melinda Mahabee-Gittens. Los residuos "se acumulan en el polvo, en los objetos, en las superficies del hogar y en la piel y la ropa de los fumadores", dijo. De allí pasan a las manos de los niños, y de allí a sus bocas y el resto de sus cuerpos.

En 25 niños con al menos un padre fumador, Mahabee-Gittens y sus colegas encontraron pruebas de altos niveles de nicotina acumulados en las manos. Además, advirtió la médica, el humo de tercera mano podría ser muy peligroso porque contiene "nuevos contaminantes que no se hallan en el de segunda mano, tiene múltiples vías de exposición y una duración mucho más extensa".

El humo de tercera mano es más peligroso que el de segunda, pues tiene mayor exposición.
El humo de tercera mano es más peligroso que el de segunda, pues tiene mayor exposición.

El periódico cito otro estudio, también de la Universidad de Cincinnati, realizado sobre 7.389 adolescentes no fumadores encontró que aquellos que vivían con un fumador y sufrían la exposición al humo de tercera mano, sufrían más problemas de salud que los demás.

Tuvieron un riesgo más alto de "sufrir falta de aire, dificultades para hacer ejercicios, agitación durante o después de hacer ejercicio y tos seca durante la noche", según los resultados. También manifestaron más silbidos pulmonares, interferencias en el sueño, ausencias de la escuela por motivos de salud y visitas a las clínicas de atención inmediata.

"Los niños y los adolescentes expuestos al humo de tercera mano tienen hasta 3,5 veces más probabilidades de necesitar una visita a la sala de emergencia", dijo al Times la autora principal de este trabajo, Ashley Merianos. "Los adolescentes que viven con fumadores que no fumen dentro de la casa siguen potencialmente expuestos al humo del tabaco y sus tóxicos derivados".

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