Encontraron a un hombre decapitado en un barrio de Guayaquil

Una escena de terror vivieron los moradores de Bastión Popular, un barrio urbano del norte de Guayaquil, en Ecuador. Los vecinos encontraron el último fin de semana el cadáver de un hombre que había sido decapitado. El cuerpo estaba envuelto en fundas negras y sábanas. La cabeza del asesinado fue encontrada a unos metros del cuerpo. Este es el segundo decapitado que aparece en el barrio en menos de dos meses.

El decapitado tendría entre 30 y 40 años y su identidad aún es desconocida. El coronel Henry Herrera, jefe de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida de la Zona 8, indicó que el cadáver “estuvo en condiciones de embalaje con plásticos, atado de sus extremidades y desprendimiento de su cabeza, que fue levantada por Criminalística. Las extremidades estaban incorporadas”. El asesinado no registraba impactos con bala.

Cuando los vecinos del sector encontraron el cuerpo, el hombre tenía menos de ocho horas de fallecido, según indicaron los técnicos de Criminalística.

Junto al cadáver se encontró un mensaje, como imitando a un “comunicado”. En el panfleto hay advertencias en contra de algunas bandas criminales que operan en esa zona. El comunicado incluso tenía una fotografía y descripciones alusivas a alias Fito, el jefe de Los Choneros, la megabanda criminal más grande del Ecuador.

Para las autoridades, el mensaje encontrado en la escena podría ser un elemento distractor para intentar desviar la atención del verdadero motivo del atroz crimen.

El 20 de febrero pasado los moradores de Bastión Popular encontraron a otro hombre decapitado. El informe policial explica que la decapitación de esa persona se dio a través de un artefacto explosivo.

El barrio urbano de Bastión Popular es uno de los epicentros de las muertes violentas en Guayaquil. Es común que cada semana se reporten muertes violentas relacionadas a las peleas entre pandillas que controlan el microtráfico en el sector. De los atentados han resultado víctimas colaterales como mujeres y niños.

Guayaquil, que es parte de la Zona 8 también conformada por Samborondón y Durán, es una de las ciudades con mayor índice de muertes violentas. En el primer trimestre del 2022, se han contabilizado al menos 328 homicidios.

La violencia del narcotráfico

Las autoridades gubernamentales sostienen que el incremento de las muertes violentas está directamente relacionado con las incautaciones de droga y la lucha en contra del narcotráfico que ha emprendido la administración del presidente Guillermo Lasso. En los primeros meses de este año, las muertes violentas se han triplicado en comparación con el 2021 y las incautaciones de droga, también se han duplicado.

Desde febrero de 2022, en Ecuador han existido escenas impactantes nunca antes vistas en el país sudamericano. Por ejemplo, hasta ahora, se han observado tres cadáveres colgados en puentes peatonales en distintas ciudades del país. Esta práctica es conocida de los carteles mexicanos y tiene múltiples significados como la impunidad, las amenazas y las pugnas de territorio entre bandas.

También en febrero se encontró la cabeza de un hombre frente a una terminal portuaria del Ecuador. Aunque el país no es considerado productor de drogas, sí es una de las rutas por la que se envía droga a Europa, Centroamérica y Norteamérica. A los estupefacientes se los esconde en los contenedores que salen desde los puertos de la costa ecuatoriana.

Los cadáveres que han sido colgados o decapitados y se han podido identificar corresponden a personas que registran antecedentes penales relacionados con el tráfico de drogas.

Según un artículo científico de la investigadora Nuria Carton de Grammont, de la Universidad de la Concordia, los cadáveres colgados “representan marcas territoriales que identifican un territorio señalado con la sangre y los cuerpos de quienes caen muertos en manos del crimen organizado”. La exposición de los muertos de una forma tan grotesca y morbosa se vuelven “marcas que trazan una cartografía de la muerte que pone en relieve las pugnas internas por el mercado de narcóticos y el control del territorio”.

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