Un mes después de acudir a las urnas, los peruanos siguen sin conocer al ganador oficial del polarizado y ajustado balotaje que enfrentó a Pedro Castillo y Keiko Fujimori, a la espera de que la corte electoral resuelva los pedidos de nulidad presentados por el partido fujimorista Fuerza Popular.
Con el escrutinio completo, el candidato izquierdista y maestro de escuela rural se impone en la contienda con el 50,12% de las preferencias, tras superar a su rival por apenas unos 44.000 votos.
Pero el dato objetivo ha sido frenado por los recursos legales del fujimorismo, que han dilatado la proclamación oficial de quien tomará las riendas del país a partir del próximo 28 de julio, cuando concluirá el régimen de transición que preside Francisco Sagasti.
Según la información más reciente de los entes electorales, se estima que el anuncio del vencedor se ofrecerá, a más tardar, a fines de la primera quincena de julio, por lo que esta sería la primera vez que la oficialización de un gobernante peruano se estira tanto en el tiempo.
Mientras tanto, partidarios de Castillo y de Fujimori decidieron acampar en plazas de Lima para “defender” sus votos.
En medio del frío del invierno limeño, cientos de simpatizantes de Castillo, provenientes de la sierra y la selva, pernoctan en unas 180 carpas en la Plaza de la Democracia, frente al edificio del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que está dirimiendo impugnaciones de votos antes de proclamar al vencedor.
Los primeros se instalaron en la plaza hace más de tres semanas. Muchos visten trajes típicos andinos o amazónicos mientras aguardan pacientemente que el maestro de escuela rural izquierdista de Cajamarca sea declarado ganador.
“El Jurado ya debe proclamar a Pedro Castillo para que se termine todo esto”, dijo Martín Quispe, de 35 años, del distrito de Santa Teresa en la región andina del Cusco.
“Vivir en una carpa es tener frío y no dormir bien, pero todo vale la pena por la lucha que estamos haciendo”, agrega Quispe, quien acampa con su esposa y su hija en una pequeña carpa amarilla forrada con plástico azul para protegerse de la alta humedad de Lima.
También acampa un líder del pueblo indígena amazónico awajún, Merino Trigoso, de 66 años, quien luce corona de plumas y un collar tradicional. “Me pienso quedar hasta combatir la corrupción”, afirmó.
“Vamos a quedarnos hasta que proclamen a Castillo, si no, vamos a emprender algo más radical”, expresó de su lado Maruja Inquilla, de 45 años, oriunda de Coata, un municipio próximo al lago Titicaca, en la frontera con Bolivia.
En la plaza fueron instaladas casetas de baño químico y una carpa médica. Estos activistas provincianos cuentan que se alimentan con donaciones.
Unos 200 “ronderos” -miembros de las rondas de vigilancia rural a las que pertenece Castillo- custodian el improvisado campamento. Portan látigos para mantener el orden y, en caso necesario, repeler a adversarios políticos.
“Vamos a ayudar a Keiko”
A solo siete cuadras, aproximadamente 700 metros, seguidores de Fujimori instalaron este fin de semana un campamento “por la Democracia y la Libertad” en el Paseo de los Héroes Navales, frente al Palacio de Justicia.
A pesar de la alta tensión, no se han registrado disturbios tras el balotaje del 6 de junio y todas las actividades se desarrollan normalmente en el país.
Vestidos principalmente con camisetas de la selección peruana de fútbol, estos fujimoristas proceden de distritos pobres de Lima y buscan “defender” sus votos, según afirman.
Fujimori denunció que hubo “fraude” en el balotaje, sin aportar pruebas concluyentes, pero las autoridades peruanas, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) afirman que los comicios fueron limpios sin “graves irregularidades”.
“No queremos un país comunista, queremos un país libre para que nuestros hijos no sufran del terrorismo como en los años 80”, con la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, dijo la peluquera Dina Amaya, de 55 años, del distrito limeño de La Victoria.
“Venimos acá para luchar por la democracia. Si proclaman a Castillo, vamos a ayudar a Keiko todos los peruanos a ir al palacio”, agrega sentada sobre un colchón inflable en su carpa azul.
“Estas elecciones son inconstitucionales. Nos encontramos en una incertidumbre, nos hemos dado cuenta de que la democracia la negocian”, indicó Erick Luque, un trabajador independiente de 30 años.
Fujimori visitó el domingo el campamento y pidió a sus seguidores que no claudiquen: “Los invoco a seguir en esta lucha, éste es el momento, no podemos dar un paso atrás, vamos a seguir con más firmeza”, dijo la hija del encarcelado ex mandatario Alberto Fujimori, quien deberá ir a juicio por lavado de dinero si no gana la presidencia.
Con información de AFP y EFE
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