Jair Bolsonaro volvió a protagonizar una polémica por no respetar las normas de higiene y aislamiento y después criticó a periodistas por acercársele

El presidente de Brasil, que se opone a las cuarentenas y el distanciamiento para enfrentar a la pandemia de coronavirus, visitó varios negocios en Brasilia en un recorrido en el que fue abucheado y celebrado. Pero en un momento las cámaras captaron un desagradable momento

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El momento en el que Bolsonaro se frota la nariz y luego estrecha la mano de una anciana

El mandatario brasileño Jair Bolsonaro volvió a desafiar este viernes las recomendaciones de permanecer en casa y de aumentar la higiene debido a la pandemia de coronavirus, y escuchó tanto aplausos como cacerolazos de vecinos recluidos en casa por la cuarentena. Incluso en un momento se limpió la nariz y luego estrechó la mano de una anciana, según mostró un video difundido en redes sociales.

El mandatario, que minimiza el peligro del COVID-19 y hasta ha calificado al virus de “gripecita”, dejó su residencia oficial por la mañana y se dirigió con un nutrida comitiva al acomodado barrio de Sudoeste, en Brasilia.

Primero visitó una farmacia, donde los automóviles de la caravana oficial fueron recibidos con algunos aplausos pero también con el ruido de cacerolas golpeadas por muchos vecinos que, desde sus balcones y ventanas, le exigían en alta voz que volviera a su casa y respetara la cuarentena impuesta por el Gobierno regional.

Luego se dirigió a un edificio residencial, donde también hubo una cierta división entre aplausos y cacerolas, y finalmente, antes de regresar a su residencia, hizo una escala en el Hospital de las Fuerzas Armadas para comprar medicamentos en una segunda farmacia.

Bolsonaro sale de la farmacia Rosário y es rodeado por los periodistas

Volviendo del hospital de las Fuerzas Armadas paré para comprar medicinas en la farmacia Rosário. Contrariando a las normas del ministerio de Salud los periodistas se aglomeraron”, expresó irónicamente Bolsonaro en su cuenta de Twitter, en referencia a los reporteros que intentaron hablarle. En la misma publicación el presidente también compartió un video del momento.

Durante ese encuentro el líder de la ultraderecha brasileña se limitó a decir a la prensa que apenas ejercía “el derecho constitucional de ir y venir libremente”.

En un momento de su gira el presidente fue captado en cámara limpiándose la nariz con su mano derecha. Luego, con la misma extremidad estrechó la mano de una anciana con barbijo que se había acercado para saludarlo, violando las estrictas recomendaciones de higiene lanzadas en todo el mundo para intentar contener al virus.

Bolsonaro, quien ha criticado desde el principio las medidas de restricción a la circulación de personas impuestas por gobernadores o alcaldes para frenar al coronavirus, ha desafiado esas decisiones en forma permanente y sobre todo los fines de semana, en los que ha recorrido algunos de los pocos comercios abiertos en Brasilia.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en el barrio Sudoeste de Brasilia (REUTERS/Adriano Machado)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en el barrio Sudoeste de Brasilia (REUTERS/Adriano Machado)

El jueves había sido visto en una panadería de la capital brasileña comiendo un bocadillo, tras lo cual fue también abucheado y celebrado en las calles.

Según sostiene el mandatario, las cuarentenas tendrán un impacto en la economía del país que será “mucho peor” que el propio coronavirus y, así como es necesario preservar la salud de la población, es más urgente mantener los empleos y la actividad económica, porque “el hambre también mata”.

La firme posición de Bolsonaro es radicalmente opuesta a la que defiende su propio Gobierno a través del Ministerio de Salud, cuyo titular, Luiz Henrique Mandetta, insiste una y otra vez en que el aislamiento social es el único método eficaz para reducir el número de contagios, lo que muchos temen que le pueda costar el cargo.

Diversas encuestas indican que cerca del 75% de los brasileños aprueba la forma en que Mandetta gestiona la crisis sanitaria, en tanto que el resto coincide con Bolsonaro en que la gravedad de la pandemia ha sido “exagerada”, en buena medida por la prensa.

Según los últimos datos oficiales, al menos 1.057 personas han fallecido y otras 19.638 han sido contagiadas en Brasil, cuando aún no se alcanza el pico de la pandemia, que en el país se espera para principios de mayo.

Con información de EFE

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