El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, disputó este domingo en San Pablo un partido de fútbol junto a sus sus principales aliados para celebrar su libertad, que recobró en noviembre tras pasar 580 días preso como consecuencia de una condena por corrupción ratificada en segunda instancia.
“Mientras ellos transmiten odio, nosotros vamos aquí transmitir alegría, fútbol y amor”, dijo el ex mandatario. Hacía alusión al Gobierno de Jair Bolsonaro, su mayor adversario político, quien el próximo 1 de enero cumplirá un año en el poder.
Lula pretende, a partir de enero, recorrer el país para hacer oposición a Bolsonaro y apuntalar los apoyos para el Partido de los Trabajadores (PT) de cara a las elecciones municipales de 2020.
El acto de este domingo, celebrado en la localidad de Guararema, interior del estado de San Pablo, reunió a intelectuales, parlamentarios, líderes sociales y artistas afines a Lula. Entre ellos se encontraba el cantautor Chico Buarque, uno de los más famosos representantes de la Música Popular Brasileña.
El ex gobernante, vestido con un uniforme gris y blanco, lució en buen estado físico a sus 74 años de edad y anotó un gol de penal que celebró levantándose la camiseta antes los cientos de seguidores instalados en el campo “Dr. Sócrates Brasileiro”, que él mismo inauguró en diciembre de 2017.
En ese entonces, sólo había sido condenado una vez en primera instancia por el actual ministro de Justicia, el ex juez Sergio Moro, y estaba dispuesto a presentarse a las elecciones presidenciales de 2018.
Sin embargo, esa sentencia fue ratificada poco después en segunda instancia, lo que le inhabilitó políticamente y provocó su ingreso en prisión en abril de 2018, en una cárcel de la ciudad de Curitiba, ubicada en el sur del país.
Durante su encarcelamiento a Lula se le prohibió su candidatura para los comicios y recibió además una segunda condena también por corrupción pasiva y lavado de dinero, en un caso igualmente relacionado con la operación Lava Jato, que investiga millonarios desvíos ocurridos en la petrolera estatal Petrobras.
Su defensa apeló los fallos ante las distintas instancias judiciales para que liberaran al ex mandatario, algo que finalmente sucedió el mes pasado luego de que la Corte Suprema declarara inconstitucional que una pena comience a ser cumplida cuando todavía restaran instancias judiciales ante las cuales recurrir.
Actualmente, la primera condena -de 8 años y 10 meses de cárcel pero de la que ya ha cumplido 1 año y 7 meses- ha sido ratificada en tercera instancia, aunque aún falta el análisis del Tribunal Supremo para que quedé firme. Mientras tanto, el ex mandatario continuará en libertad.
La segunda fue ratificada en noviembre por un tribunal de segunda instancia que le aumentó el castigo hasta los 17 años y 1 mes de prisión. Además, tiene abiertos en la Justicia otros procesos penales, también relacionados con hechos de corrupción.
Cristiano Zanin Martins, uno de los abogados de Lula, participó este domingo en el partido de fútbol, que calificó de “simbólico” porque “marca y celebra” la libertad del hombre que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.
El letrado afirmó que en 2020 seguirán buscando la “nulidad total” de todos los procesos contra Lula, pues, en su opinión, no tuvo el derecho a “un juicio justo e imparcial”.
En este sentido, recordó que aún tramitan dos recursos en el Tribunal Supremo que piden la suspensión de los procesos abiertos por el entonces juez Moro y otro contra los fiscales de la Lava Jato.
Por su parte, el diputado federal del PT Paulo Teixeira subrayó que la formación progresista “se siente con más fuerza” con la libertad de su líder. Aseguró que les ha servido para “renovar energías” de cara al ciclo electoral del próximo año.
“Ahora necesitamos anular los procesos contra él y que tenga restaurados sus derechos políticos, y al mismo tiempo recorrer Brasil para fortalecer la oposición” con el objetivo de “ganar las elecciones [municipales] en 2020 y volver a gobernar Brasil en 2022”, señaló.
Con información de EFE
MÁS SOBRE ESTE TEMA: