Para la viuda del "Che" Guevara, los juicios y fusilamientos en Cuba fueron "un acto legítimo de justicia revolucionaria"

Un fragmento del libro Evocación, escrito por Aleida March de La Torre, fue compartido por portales castristas y repasa su visión sobre un tema que considera "controversial"

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Ernesto Guevara y Aleida March de La Torre, en su boda
Ernesto Guevara y Aleida March de La Torre, en su boda

A 60 años de la revolución cubana, el castrismo continúa celebrando la fecha repasando las memorias de sus protagonistas. Aleida March de La Torre, viuda de Ernesto Guevara, fue una de las tantas voces que publicaron sus memorias, en las cuales consideró que los juicios y fusilamientos contra partidarios del dictador derrocado Fulgencio Batista fueron "un acto legítimo de justicia revolucionaria".

March, quien publicó el libro Evocación, recuerda en dicho libro cómo en enero de 1959 se establecieron los "tribunales revolucionarios", que iniciaron los procesos contra "esbirros de la tiranía", según escribe la madre de los hijos de Guevara.

Fusilamientos en Cuba
Fusilamientos en Cuba

"Este [los fusilamientos] ha sido siempre un tema controversial y tergiversado por nuestros enemigos, a pesar de que representó un acto legítimo de justicia revolucionaria, en el que no medió el ensañamiento ni la improvisación", escribió.

La segunda esposa de Guevara, hoy de 82 años, aseguró en sus memorias que el líder revolucionario no participó en los juicios ni presenció los fusilamientos. Según la ONG Archivo Cuba, 93 de estas ejecuciones pueden atribuirse directamente al "Che", y 66 ocurrieron mientras él comandaba la Fortaleza de la Cabaña.

El libro asegura que Guevara recibió a familiares de los acusados que pedían clemencia. "Era una decisión que, aunque justa, no dejaba de ser desagradable", escribió sobre los juicios.

infobae

March, quien preside el Centro de Estudios Che Guevara, también repasa cómo fue el momento en que se tomó el complejo militar. Según escribió, las fuerzas del régimen de Batista no ofrecieron resistencia y los integrantes de la comandancia se ubicaron en la casa del teniente coronel Roberto Fernández Miranda, cuñado del dictador.

"La mayoría durmió en el cuarto grande y a mí me dejaron el más pequeño", indicó, y recordó que hurgó en las pertenencias de la esposa de Fernández Miranda y usó su ropa.

"Éramos los desposeídos, quienes por primera vez nos sentíamos dueños de nuestro destino. Nos enfrentábamos a las primeras brisas. El 'Che' ya había advertido que a partir de ese instante era que comenzaba la verdadera lucha revolucionaria", señaló.

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