Este año tres elegantes edificios se levantaron a pocos metros del Malecón en La Habana Vieja. Uno de ellos, un hotel cinco estrellas gestionado por la española Iberostar es la joya de la corona del turismo en Cuba.
Desde sus ventanas se ve el mar turquesa bañado por el sol y la entrada a la bahía salpicada de reflejos plateados. Pero a unas cuadras, opacando el encanto del casco histórico, se observan contenedores de basura repletos con su cortejo de moscas y gatos callejeros.
"Esperaba ver edificios derruidos, pero no tanta basura", dijo a The Associated Press Rosario Aneas, una profesora de arte española de 38 años que llegó para pasar unas dos semanas en la isla. "Afecta la imagen, la afea y es una lástima para una ciudad tan bella".
El plan del la dictadura de La Habana es crear una empresa con capitales foráneos para gestionar los residuos urbanos que implicaría una inversión millonaria en la Isla, que no puede por si sola resolver su problema.
"Nosotros llegamos a concluir las negociaciones con una empresa española, lamentablemente después la empresa no pudo cumplir con los compromisos y ahora estamos negociando con otras", comentó el ministro de Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.
En La Habana se producen unas 2.400 toneladas de residuos diarios. Comparativamente, la colombiana Medellín, con casi la misma cantidad de habitantes, genera 1.800 toneladas mientras que Monterrey en México -donde vive más de 1,1 millón de personas- produce unas 4.000.
En la capital cubana la cifra se incrementó en los últimos tiempos debido a las reformas económicas que permitieron a los cubanos comprar y vender casas o poner negocios, ocasionando un auge de las tareas de reconstrucción de viviendas y la instalación de comercios particulares.
La principal queja de los vecinos es la falta de constancia y periodicidad en la recolección -a veces pueden pasar días o semanas-, mientras los funcionarios y trabajadores comunales señalan la indisciplina de los vecinos, que dejan abandonadas sus bolsas de cualquier manera, y la permanente rotura de equipos.
Aunque en Cuba predomina el sector estatal, algunas experiencias de compañías mixtas se desarrollaron exitosamente, como la gestión hídrica realizada por Aguas de La Habana en sociedad con el grupo español AGBAR que se fundó en el año 2000.
Para algunos la inversión extranjera en el sector sería "una óptima solución" a la problemática de la basura en las calles de La Habana, algo que parece expandirse afeando la ciudad.
Con información de AP
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