Bajo la consigna "¿Qué crisis? Los Dilemas y el Futuro de la Política en América Latina", tres prestigiosos analistas debatieron este viernes sobre la situación política y económica de la región tras el fin de casi dos décadas de gobiernos populistas y en un contexto de bajo crecimiento, inestabilidad y la sombra del colapso en Venezuela.
El ex Ministro de Economía argentino aseguró que la dolarización de la economía argentina "es un disparate", luego de que la posibilidad trascendiera en boca de un asesor económico del presidente estadounidense Donald Trump como respuesta la inflación y la reciente devaluación en el país.
"Yo creo que sería un disparate. Creo que no se puede renunciar a un instrumento de política económica como ése", dijo Machinea durante el seminario organizado por la Universidad de Bologna, sede Buenos Aires, durante el relanzamiento de su maestría en Relaciones Internacionales.
El ex funcionario entre 1999 y 2001, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, formó parte de una mesa junto al politólogo argentino Marcos Novaro y el historiador italiano Loris Zanatta, moderada por la periodista conductora de la edición internacional del noticiero de la Televisión Pública de Argentina y editora de Cultura en Infobae, Hinde Pomeraniec.
"Yo no lo recomendaría. Creo sinceramente que al gobierno [de Mauricio Macri] en ningún momento se le ocurrió eso, dolarizar, creo que este es un invento de los muchachos de Trump", explicó.
Consultado por Pomeraniec sobre la experiencia ecuatoriana y la promesa incumplida del ex presidente Rafael Correa de terminar con la dolarización en ese país, Machinea comentó que habló del tema varias veces con el ex mandatario y consideró que "no pudo hacerlo porque no se puede hacer".
"Terminar con la dolarización significa romper todos los contratos, y no hay gobierno que esté dipuesto a romper todos los contratos. Una cuestión es discutir si uno tiene que entrar o no en la convertibilidad. Y otra muy distinta es qué es lo que uno hace cuando está adentro", explicó Machinea, quien ocupó el cargo de ministro de Economía durante la llamada convertibilidad, período durante el cual el peso argentino estuvo atado al valor del dólar estadounidense.
"En Argentina se han confundido estas dos preguntas todo el tiempo. Cuando uno está adentro la única manera de salir es rompiendo todos los contratos de la economía, lo cual significa caos. A lo mejor está bien en el largo plazo, pero nadie comete semejante suicidio político", agregó.
"El mejor momento para salir es cuando a uno le va bien, porque uno sale y en lugar de devaluarse se revalúa. Y el peor momento para salir es cuando los mercados lo están corriendo", concluyó.
El populismo como religión
Zanatta, director de la maestría en Relaciones Internacionales que la Universidad de Bologna dicta en Buenos Aires, aseguró durante su presentación que "el populismo propone una visión religiosa del mundo".
"Si se cae en el relato apocalíptico, y es lo que está pasando en Europa y que pasó en América Latina al comienzo del siglo populista que ahora se está cerrando, se favorece el relato populista. Frente al apocalipsis, la redención", explicó. "Pero el populismo es cada vez menos creíble", agregó.
Además, Zanatta insistió en la necesidad de poner frenos institucionales: "La mejor manera para debilitar al populismo, aunque el populismo sea un gran destructor de instituciones, es obligarlo a vivir dentro de la democracia".
"Porque la democracia, mala o buena, le limita la retórica unanimista, maniquea, del bien contra el mal. Le saca su epopeya de tipo religiosa", elaboró.
Al respecto, Novaro destacó que los populismos en América Latina tuvieron un éxito inicial, en momentos de grandes recursos, que "generó un espacio para que la tradición democrática, ya precaria en la región, se reinterpretara".
De esta manera, y en forma gradual, el analista político y también profesor en la Universidad de Bologna, destacó el "gradualismo" con el cual los populismos en la región se "radicalizaron" peligrosamente, como en el caso de Venezuela y Nicaragua.
"En los momentos en los que hubo quiebres institucionales serios, la gravedad se percibió mucho después. La lógica de la radicalización fue adelante de la percepción del rumbo que llevaba el proceso", explicó.
El peso de la corrupción
En un contexto de corrupción generalizada en la región y el avance de grandes juicios contra funcionarios y empresarios en Brasil, Argentina, Ecuador o Perú, entre otros, los integrantes del panel matizaron su opinión sobre el fenómeno, especialmente en su relación con el crecimiento económico.
"La relación entre desarrollo y transparencia es complicada. En el largo plazo nos beneficia, pero la transición es complicada", señaló Novaro en relación al efecto negativo que los juicios están teniendo en la economía y el crecimiento de los países a raíz del freno de la obra pública.
"No diría que la corrupción fue el principal problema de esos regímenes", agregó.
Machinea ofreció una opinión similar. "No creo que la corrupción sea tan relevante desde el punto de vista económico. Es relevante desde el punto de vista político, ético. Pero tomemos el caso de China, el país más corrupto que ha crecido más que ninguno", señaló.
"A veces se simplifica el análisis al decir que si se acaba de la corrupción, vamos a crecer. Cuando dejen de robar, el país despega. Y es un poco más complicado", finalizó.
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