La inspección también permitió la incautación de 3.038 "objetos de posesión prohibida", como dinero o electrodomésticos, según un comunicado del Ministerio.
La operación, llevada a cabo entre el 17 de enero y el 3 de marzo, se centró en diez cárceles de cinco estados distintos, que solicitaron apoyo de las Fuerzas Armadas luego de las matanzas que se registraron a inicios del año en tres de ellas.
Desde comienzos de 2017 se han registrado más de 130 muertes en el interior de las cárceles brasileñas por enfrentamientos entre facciones rivales, las cuales se disputan el control del tráfico de drogas en los presidios.
"Se trata de una acción complementaria a la actuación de los órganos de seguridad pública en este momento de tensión", explicó el ministro de Defensa brasileño, Raul Jungmann, que indicó que "la duración de la 'Operación Barrido' es de un año, pero es importante que las autoridades locales puedan dar seguimiento".
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