Mogadiscio, 12 sep (EFE).- La filial del Estado Islámico (EI) en Somalia se ha convertido en un "componente clave" de la red mundial del grupo yihadista debido a su capacidad para generar ingresos principalmente mediante la extorsión, según advirtió este jueves el laboratorio de ideas International Crisis Group (ICG).
A pesar de su "escaso peso operativo" actual en la región, esta filial del EI radicada en el estado semiautónomo de Puntlandia (norte), ha adquirido una notable relevancia en la organización terrorista a nivel global, afirmó el ICG en un informe basado en entrevistas con funcionarios de seguridad, lugareños e investigadores en Puntlandia y Mogadiscio, capital de Somalia.
Ese ascenso se debe a la obtención de ingresos sustanciales a través, fundamentalmente, de la extorsión, por lo que la rama somalí del EI "ha enviado fondos a sucursales en toda África" e, incluso, a "lugares tan lejanos como Afganistán".
El laboratorio de ideas reconoció que Al Shabab, grupo afiliado a la red yihadista de Al Qaeda desde 2012, representa una amenaza mayor y mejor establecida en el país del Cuerno de África.
Los principales rivales del EI en Somalia –Al Shabab y las autoridades de Puntlandia– "han logrado limitar su propagación, pero no han logrado eliminarlo", precisa.
También ha adquirido gran relevancia el líder de la filial somalí del EI, Abdul Qadir Mumin, quien ahora "puede servir como el nuevo califa del Estado Islámico".
"Aunque el Estado Islámico no ha hecho un anuncio formal, algunos funcionarios creen que el líder del EI-Somalia, Abdul Qadir Mumin, se ha convertido en el nuevo líder del grupo", explica el director del programa para África del ICG, Murithi Mutiga.
"La selección de un califa de África, si se confirma, sería un avance fundamental para el grupo, destacando cómo el continente se ha convertido en un nuevo centro para la actividad yihadista tras los reveses del Estado Islámico en Irak y Siria", agrega Mutiga.
Un ataque aéreo perpetrado el pasado 31 de mayo por Estados Unidos cerca de la ciudad de Dhaardar, en Puntilandia, tenía como objetivo a Mumin, quien logró sobrevivir, según recuerda el informe.
El centro de pensamiento remarca que el Gobierno somalí, las autoridades de Puntilandia y los aliados extranjeros "deben realizar esfuerzos más concertados para hacer retroceder a los militantes" del EI porque "el yihadismo global puede haber encontrado un nuevo bastión" en el país africano.
La filial del EI en Somalia surgió en octubre de 2015, cuando algunos miembros de Al Shabab, liderados por Mumin, le juraron lealtad tras negarse el grupo somalí a romper su alianza con Al Qaeda.
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra. EFE
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