Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 9 sep (EFE).- El sistema energético ucraniano evita el peor de los escenarios y mantiene su integridad, pues los cortes de electricidad han terminado gracias a reparaciones de emergencia en la infraestructura dañada, aunque el impacto del último ataque ruso recuerda los riesgos de largos cortes de luz al que se van a enfrentar los ucranianos en invierno.
Este lunes, por tercer día consecutivo, no se produjeron cortes de electricidad programados, tras varias semanas de extensos cortes en todo el país provocados por el mayor ataque ruso hasta la fecha, hace dos semanas.
No obstante, ante la previsión de nuevos grandes ataques rusos, el gobierno y expertos ucranianos instan a empresas y hogares ucranianos a acumular sistemas de energía de reserva, como generadores diésel, baterías, estaciones de carga o paneles solares.
Los generadores portátiles de electricidad han vuelto por fin al silencio al regresar la electricidad a las calles de las ciudades ucranianas.
Sin embargo, el personal de comercios y restaurantes no tiene prisa por esconderlos, ya que muchos permanecen junto a sus entradas o en el interior de sus locales, listos para ser puestos en marcha.
"El sistema ha resistido los últimos golpes, pero sigue estando extremadamente desequilibrado", declaró a EFE el experto en energía Volodímir Omelchenko, del Centro Razumkov de Kiev.
Cualquier día puede producirse otro gran ataque ruso que provoque nuevos cortes de electricidad, cuyos efectos se dejarán sentir con mayor intensidad a medida que las temperaturas empiecen a bajar en otoño.
La mayoría de los ucranianos han aceptado la necesidad de adaptarse a los cortes de electricidad, pero Rusia espera que puedan suponer una carga adicional para la moral, la logística y la economía del país invadido durante el oscuro y frío invierno.
Es difícil predecir las consecuencias de nuevos ataques rusos o pronosticar con exactitud las condiciones meteorológicas, indicó el gubernamental Centro para Contrarrestar la Desinformación, al tiempo que ofrece varios escenarios para este invierno.
Según el optimista de Yurí Korolchuk, experto del Instituto de Estrategias Energéticas, si todas las centrales nucleares funcionan eficazmente, los ataques rusos no causan daños masivos y las reparaciones se realizan con rapidez, los ucranianos tendrán que pasar hasta 12 horas al día sin electricidad.
Si los ataques rusos son más destructivos y las temperaturas son especialmente bajas, es posible que los ucranianos tengan que contar con sólo cuatro horas diarias de electricidad, sostiene el experto.
Según Serhíi Nagorniak, miembro de la comisión de energía del Parlamento, los ucranianos dispondrán de electricidad entre 12 y 14 horas al día si la temperatura desciende a -10 grados centígrados.
Si Rusia sigue lanzando entre 150 y 200 misiles al mes, la situación se volverá "crítica e impredecible", señaló Omelchenko a EFE.
El nuevo enfoque de Rusia consistente en atacar la red eléctrica supone una nueva gran amenaza, mientras que la capacidad de generación sigue muy dañada tras los ataques anteriores.
Cuatro reactores nucleares fueron desconectados de la red por el último ataque ruso hace dos semanas.
Algunos expertos ucranianos sugieren que la capacidad de algunos reactores no se ha recuperado totalmente, tanto por los ataques como por las dificultades surgidas tras los trabajos de mantenimiento de este verano.
Cada nuevo ataque ruso aumenta el riesgo de avería e incidente radiactivo en los reactores nucleares ucranianos, según Omelchenko y otros expertos.
Con la energía nuclear como clave del sistema, cada incidente puede provocar tanto largos cortes de electricidad como un posible éxodo de la población.
A pesar de sus esfuerzos por proteger el sistema energético contra nuevos ataques, Ucrania sólo puede esperar minimizar los daños, en medio de la escasez de defensas aéreas y la imposibilidad de proteger por completo de los misiles rusos las estructuras tan grandes.
Se necesita más tiempo, de 12 a 18 meses, así como crear más estímulos para los posibles inversores y para el desarrollo de una generación más descentralizada, subrayó Omelchenko.
Los aliados de Ucrania en el extranjero podrían ayudar suministrando los equipos necesarios para las reparaciones de emergencia y, lo que es más importante, ejerciendo más presión contra Rusia a través de estructuras como la OIEA para disuadirla de apuntar a la red eléctrica que rodea los reactores nucleares del país, concluyó el experto. EFE
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