El documental "20 Días en Mariúpol" lleva a los ucranianos a evocar el cerco de esa ciudad

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Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 20 sep (EFE).- El documental "20 Días en Mariúpol", nominado a los Óscar, se proyecta estos días en los cines ucranianos, llevando al público, entre el que se encuentran testigos directos de los hechos, a revivir la destrucción de la ciudad -otrora un bullicioso nodo industrial y portuario- durante el asedio ruso.

"Me gustaría olvidarlo todo. Pero mi cámara no me lo permite", dice el director y narrador del documental, el periodista ucraniano Mstyslav Chernov, en un momento del filme.

Fueron las informaciones de Chernov, corresponsal de la agencia AP junto con sus compañero Yevgeniy Maloletka y la productora Vasilisa Stepanenko, las que conmocionaron al globo al alarmar del sufrimiento de los civiles en la ciudad cercada.

Sus imágenes de un hospital maternoinfantil bombardeado, de niños moribundos y padres desesperados, así como de cuerpos lanzados a fosas comunes aparecen de nuevo en el documental, para recordar al mundo la devastación causada por la invasión rusa.

"No podemos olvidar la guerra. Cada día se nos recuerda, con los ataques contra nuestras ciudades y con la matanza de nuestros amigos y familiares", dijo a EFE Orest, un espectador en la treintena.

Acudió a ver el documental en un cine de Leópolis el mismo día que un dron suicida ruso mató a una persona en esta ciudad, situada a aproximadamente un millar de kilómetros del frente.

"Es el resto del mundo el que necesita verla", subrayó.

Los 95 minutos de la cinta atrapan al público desde el principio y muchos lloran al ver cómo el fuego de los tanques hace estallar edificios de viviendas, cómo ancianos y niños se esconden en oscuros y fríos sótanos y cómo médicos exhaustos lloran sobre los cuerpos de personas a las que ya no pueden salvar.

Sviatoslav Siryi, un soldado de permiso, de 26 años, también está entre el público, aunque no parece mostrar ninguna emoción. Sviatoslav estuvo allí, en Mariúpol, al mismo tiempo que los periodistas, antes de ser herido y capturado.

Mientras que los corresponsales estaban sobre todo en las zonas más alejadas del enemigo, Sviatoslav y sus compañeros se encontraban en el límite del perímetro de defensa, en inferioridad numérica pero aún así tratando de detener a las fuerzas rusas.

"Es una película importante, aunque sólo muestra una parte de lo que pasó. Después de que los periodistas se fueran la situación empeoró todavía más. Ya nadie enterraba a los muertos. Y había tantos de ellos...", dijo a EFE.

Los periodistas consiguieron enviar al exterior algunas imágenes desde uno de los pocos lugares con conexión a internet, pero, después de que éstas dieran la vuelta al mundo y Moscú asegurase que se trataba de un montaje, sintieron que se encontraban en peligro.

"No nos hacíamos ilusiones con respecto a lo que ocurriría con nosotros si nos capturaban", afirma Chernov en el documental, mientras un tanque ruso gira su torreta hacia el hospital en que se ocultaban los periodistas.

Finalmente, lograron abandonar la ciudad de incógnito, como parte de una columna de evacuación, gracias a la ayuda de Volodímir, un agente de policía que comprendió la importancia de ayudarles a evitar el cautiverio ruso con todo su metraje intacto.

"Hay tanto que no fuimos capaces de filmar, por la artillería o por falta de electricidad. La cinta muestra el 1 % de lo que pasó en Mariúpol, mientras que lo que pasó en Mariúpol muestra el 1 % de lo que está ocurriendo en Ucrania", afirmó el director en una entrevista reciente con la cadena "Somos Ucrania".

En un momento en el que el país sigue dependiendo de la ayuda militar y financiera desde el extranjero, la decisión de la Academia Nacional de Cine de nominar la cinta para representar a Ucrania en la próxima edición de los Óscar no ha resultado una sorpresa.

"Queremos que los espectadores en el extranjero entiendan que lo que muestra la cinta no ha acabado, sino que sigue ocurriendo en otras ciudades ucranianas atacadas", indicó Chernov, antes de agregar: "Espero que los rusos también la vean. Quizá más adelante, cuando estén preparados". EFE

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