Una tímida protesta deplora el 59 aniversario del último golpe en Brasil

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Sao Paulo, 1 abr. En un poco concurrido acto, grupos de derechos humanos protestaron este sábado en Sao Paulo contra el "autoritarismo", en ocasión del 59 aniversario del golpe que instaló en Brasil una dictadura que gobernó el país durante 21 años.

La manifestación se concentró a las puertas de un edificio que, en la época de la dictadura, fue uno de los principales centros de reclusión y tortura del régimen militar, y reunió a poco más de un centenar de personas, que protestaron por la "impunidad" de "los torturadores y asesinos de ayer y de hoy".

Aludieron así a los crímenes de la dictadura, pero también a una "policía que mata en democracia" y los diversos procesos judiciales que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro, ultraderechista derrotado en las últimas elecciones por el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.

Entre los diversos procesos contra Bolsonaro, figura uno por las supuestas omisiones de su Gobierno frente la pandemia de la covid-19, que ya deja más de 700.000 muertos en el país y cuya gravedad fue minimizada desde el propio inicio por el líder de la ultraderecha.

La poca respuesta a esa manifestación fue atribuida por Fernanda Acevedo, una de las organizadoras del acto, a la "falta de memoria" que, en su opinión, existe en Brasil.

"Es una falta de memoria construida, porque fue una construcción política", que hasta llevó a que el período de la dictadura no sea bien estudiado en las escuelas, y de la cual responsabilizó hasta a "los partidos progresistas, que de cierta forma secuestraron a los movimientos sociales y los sacaron de las calles", dijo a EFE.

Según Acevedo, "hay una cuestión histórica en Brasil", un país que "todavía no juzgó los crímenes de la esclavitud, los genocidios indígenas y muchos menos los crímenes de la dictadura" instalada el 1 de marzo de 1964, cuando fue derrocado el entonces presidente Joao Goulart, y que se prolongó hasta 1985.

En el mismo sentido se expresó Débora Mariana Silva, miembro del movimiento Madres de Mayo, nacido en 2006 después de una violenta ola de violencia policial que dejó unos 600 muertos en un mes, en su mayoría jóvenes de origen pobre, y por la que aún no hay condenados.

"Fue la mayor masacre posdictadura" y la prueba de que Brasil no es un real "estado democrático de derecho", pues "la democracia es solo para los blancos que tienen dinero", declaró Silva a EFE.

Los manifestantes centraron buena parte de su protesta en los activistas de la ultraderecha que apoya a Bolsonaro, que el pasado 8 de enero asaltaron las sedes de los tres poderes de la Nación en Brasilia para intentar forzar un golpe de Estado contra Lula. "Sin amnistía", clamaron al exigir que los culpables de esos sucesos sean juzgados y condenados.

Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, fue "repudiado" también en el acto por su permanente defensa de la dictadura y las celebraciones que ordenó en los cuarteles cada 1 de marzo mientras estuvo en el poder, que ejerció entre 2019 y 2022.

En la manifestación se volvió a reclamar contra una amnistía dictada en 1979 por la propia dictadura, que benefició tanto a militares como a miembros de grupos de izquierda que se alzaron en armas contra el régimen.

Esa amnistía, según una Comisión de la Verdad que presentó sus conclusiones en 2014, impidió juzgar a 377 agentes de la dictadura identificados como responsables de crímenes de lesa humanidad.

Según esa comisión, los 21 años de régimen militares, en los que imperaron la censura y la represión, dejaron 434 muertos y desaparecidos por razones políticas y miles de casos de tortura. EFE

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