Jerusalén, 1 abr. Testigos que presenciaron como la Policía israelí mató esta noche a un joven árabe-israelí en la Ciudad Vieja de Jerusalén niegan la versión policial y dicen que no hubo amenaza para la vida de los agentes, mientras los familiares de la víctima reclaman ahora que se publique el vídeo del incidente.
Anoche, mientras miles de personas paseaban por la Ciudad Vieja en medio del ambiente festivo del Ramadán -cuando la parte antigua de la urbe se llena de musulmanes tras romper el ayuno por la tarde-, agentes israelíes mataron a un joven de 26 años de una aldea beduina del sur de Israel en un acceso a la Explanada de las Mezquitas.
Según la versión policial, las fuerzas de seguridad pararon al hombre para ser interrogado, tras lo que este presuntamente "atacó repentinamente a los agentes", quitó la pistola a uno de ellos y disparó dos balas con el arma que no impactaron contra nadie.
Ante ello, "los policías sintieron que su vida corría peligro" y dispararon de vuelta al joven, al que se declaró muerto en el lugar, dijo un portavoz de los cuerpos de seguridad, que concretó que el incidente será ahora revisado en una nueva investigación interna.
Con todo, según palestinos citados por el diario israelí Haaretz, el fallecido -que hacía poco que había acabado sus estudios de Medicina en Rumania- recibió el impacto de unos diez disparos.
La víctima habría intentado intervenir al haber una discusión entre agentes y palestinos en el lugar, tras lo que según testigos citados por Haaretz, "fue tiroteado a corta distancia sin motivo".
Su familia no confía en la versión policial, y sospechan del hecho que la Policía no haya publicado vídeos de las cámaras de seguridad de la zona, como suelen hacer en gran medida en estos incidentes.
Los parientes reclaman que se publiquen las imágenes. "Sabemos que cada metro de calle de la Ciudad Vieja está grabado, y se supone que la Policía tiene cámaras (corporales), dijo un familiar del muerto entrevistado por Haaretz.
El Ayuntamiento de Houra, pueblo del muerto, reaccionó declarando una huelga de dos días como protesta, y la ciudad beduina de Rahat, en la misma región, convocó también huelga para mañana domingo.
El partido islamista Raam, con representación en el Parlamento israelí e influencia entre comunidades beduinas de Israel, condenó la muerte del joven y denunció que la Policía "está mintiendo".
Hasta ahora, pese a la fuerte escalada de violencia del conflicto palestino-israelí que vive la región desde inicios de 2023, los días de Ramadán habían transcurrido con relativa calma y sin incidentes violentos importantes, mientras las fuerzas de seguridad israelíes se mantenían en alto estado de alerta ante la situación.
Ayer, unos 250.000 palestinos rezaron en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén por el segundo viernes de Ramadán, después de que Israel permitiera el acceso a la Ciudad Santa de unas 70.000 personas procedentes de Cisjordania.
Las autoridades israelíes se hicieron con el control de territorio cisjordano y Jerusalén Este en 1967, y desde entonces mantienen una larga ocupación y colonización en estas áreas. EFE
jma