Padres de joven asesinado en Argentina, "aliviados" pero "empiezan a caer"

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Buenos Aires, 7 feb. Los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en 2020 a la salida de una discoteca en una localidad costera argentina, se encuentran "aliviados" pero "empiezan a caer" ante la pérdida de su hijo, dijo este martes uno de sus abogados, al día siguiente de que sus homicidas recibieran una dura condena.

"Obviamente empiezan a caer. Porque la expectativa de la sentencia era el cumplimiento de un objetivo que se trazaron a partir de que se conoció la muerte de su hijo", dijo el abogado Fabián Améndola.

"A partir de ahora seguramente es una nueva etapa. En la que vamos a tener que ayudarlos, no solamente desde la parte jurídica sino también la anímica, para que puedan sostenerse y puedan encontrar una forma de canalizar ese dolor que los va a acompañar toda la vida", agregó el letrado al canal TN.

Un tribunal condenó este lunes a prisión perpetua a cinco jóvenes y a 15 años de prisión a otros tres por el asesinato en enero de 2020 a Báez Sosa, de 18 años, a la salida de una discoteca, un caso que conmocionó a la opinión pública en Argentina y en Paraguay, de donde son originarios sus padres.

En la ciudad de Dolores (200 kilómetros al sur de Buenos Aires), la Justicia dio a conocer la pena de prisión perpetua para Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Luciano Pertossi, solicitada por los fiscales y los abogados de la familia de la víctima en el juicio que comenzó en enero.

Pero Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de prisión, por ser considerados partícipes secundarios del homicidio.

El abogado de la familia de Báez Sosa reiteró que se apelará el fallo para que todos reciban prisión perpetua, porque aseguró tuvieron "una participación necesaria para cometer el crimen" y, por lo tanto, "primaria".

Pero Améndola agregó que los padres "están aliviados", "más allá de la diferencia que tengan con el fallo", que reconoció que "es duro".

Los condenados son parte de un grupo de amigos de Zárate (provincia de Buenos Aires) que jugaban juntos al rugby y que habían ido de vacaciones a Villa Gesell (380 kilómetros al sur de Buenos Aires) en enero de 2020.

La víctima es Báez Sosa, residente en Buenos Aires e hijo de inmigrantes paraguayos, que fue emboscado al salir de la discoteca Le Brique, a la que también había ido el grupo de amigos, con quienes dentro del local había protagonizado un incidente.

Los condenados atacaron brutalmente a Báez Sosa con patadas y golpes de puño en todo el cuerpo, pero puntualmente en cabeza, abdomen y mandíbula. También golpearon a algunos de sus amigos cuando estos se acercaron a defenderlo.

El juicio fue seguido de manera exhaustiva por la prensa, lo que fue criticado por los padres de los "rugbiers", pero Améndola consideró que la repercusión del fallo tendrá una función preventiva para futuros hechos.