Un marchito Partido Socialista francés busca su futuro dividido en dos

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Marsella (Francia), 27 ene. Tras el bochornoso resultado de las elecciones presidenciales de 2022, el Partido Socialista francés tenía este fin de semana una cita con la historia para renacer de sus cenizas. Muy al contrario, el 80 congreso del partido que empezó hoy en Marsella lo hizo marcado por las grescas y la desunión.

La reunión podría haber sido el marco para asentar el liderazgo del primer secretario, Olivier Faure, y para relanzar -incluso había quien hablaba de refundar- un bloque que, en tan solo cinco años, pasó de ocupar el Elíseo con François Hollande (2012-2017) a obtener un irrisorio 1,74 % de votos con la candidatura presidencial de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, el año pasado.

Faure, sin embargo, dista de haber consolidado a la familia socialista a sus espaldas, y muy especialmente detrás de la estrategia de unir fuerzas con la pujante formación, más a su izquierda, de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.

Las divisiones internas del partido quedaron agriamente a la vista en las últimas semanas, en las cuestionadas elecciones en las que Faure resultó reelegido como primer secretario.

De acuerdo al recuento de votos comunicado por la dirección saliente que él lidera, un 51,09 % de los militantes que votaron el pasado 19 de febrero el futuro del partido lo hicieron por Faure.

Sin embargo, su contrincante en la carrera, el alcalde de Ruan, Nicolas Mayer-Rossignol, denunció graves irregularidades en la elección y la opinión pública francesa asistió a un espectáculo de anuncios sin verificar y cruces de acusaciones desde la misma noche de la votación.

"Si hay fraudes, no me voy a callar", aseveró en televisión el primer edil de la capital de Normandía, que contaba con el respaldo de pesos pesados como Hollande o la propia Hidalgo frente a la visión de partido que propone Faure.

En un intento de calmar las aguas, este último ofreció una dirección colegiada tripartita (sumando a Hélène Geoffroy, alcaldesa de Vaulx-en-Velin que no llegó a la última ronda de votaciones), pero en la que él mantendría el cargo de primer secretario.

La oferta no convenció ni a Mayer-Rossignol ni a Geoffroy, que piden una dirección compartida igualitaria o una repetición de la votación.

La cuestión del liderazgo del partido, clave para que se dé un verdadero relanzamiento, llega, por tanto, sin zanjar a Marsella.

"La contestación del liderazgo es siempre un mal punto de partida -explica a EFE el historiador y politólogo Vincent Martigny, profesor de la Universidad de Niza y de la Escuela Politécnica- Es difícil pensar que este congreso de Marsella va a ser de refundación".

UNA DIVISIÓN MÁS ESTRATÉGICA QUE IDEOLÓGICA

Esta guerra esconde, más que una batalla personal, una diferencia importante en términos de estrategia.

Faure es el gran impulsor, desde el lado socialista, de la inédita coalición de fuerzas de izquierda Nupes, que aglutinó para las elecciones legislativas de 2022 tanto al PS como a La Francia Insumisa de Mélenchon, a los ecologistas de EELV y al Partido Comunista francés.

Esa unión logró la segunda posición en los comicios legislativos de junio pasado, con un total de 151 diputados, solo por detrás del bloque gubernamental de Emmanuel Macron, que perdió la mayoría absoluta.

El bando del primer secretario defendió -y defiende- esa alianza como la única herramienta posible para evitar que el bloque socialista pasase a ocupar una posición casi irrelevante en la vida política, a la vista de los penosos resultados de las presidenciales que habían tenido lugar solo unos meses antes.

Esa estrategia de acercamiento a la izquierda radical, sin embargo, supuso también, para los expertos, "dar la espalda" al PS más "de Estado" y cercano al centro.

"Yo pienso que al viejo Partido Socialista de Hollande, de (François) Mitterrand ya no se le parece, está ya muerto (...) La cuestión es qué va a ser el nuevo PS", evalúa Martigny.

Esa pregunta, sin embargo, parece difícil que vaya a quedar resuelta en Marsella, ni siquiera cuando Faure se suba el domingo al escenario para clausurar el 80 congreso del partido. EFE

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