FIDA: "La producción agrícola en África está mermada por falta de inversión"

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Dakar, 26 ene. "La producción agrícola (de África) se ha visto mermada por las sequías, el cambio climático, pero también por una falta de inversión", declara a EFE Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en el marco de la Cumbre Alimentaria Africana Dakar 2 que Senegal acoge esta semana.

En un continente que cuenta con el 65 % de las tierras más cultivables del mundo, pero en el que 249 millones de personas padecen hambre, el experto español en financiación para el desarrollo internacional asegura que las razones detrás de esta paradoja son la falta estructural de inversiones, compromiso y producción local, así como el cambio climático y la deuda.

"África importa buena parte de la comida, cuando en realidad podrían ser ellos los que tendrían que estar exportando y las razones en muchos casos también son esa falta de redes locales, de producción local y de inversión", explica Lario.

"En el 2003, en la Declaración de Maputo, los países africanos se comprometieron a invertir un 10 % de su producto interior bruto (en agricultura) y eso no se ha producido", recuerda.

El presidente del FIDA, organización que trabaja en 93 países, advierte de que la crisis climática ocasiona "fenómenos extremos cuya frecuencia, impacto y magnitud" en la seguridad alimentaria "se han ido incrementando".

"Antes hablábamos cada tres, cuatro o cinco años, ahora es el mismo año. Tienes desde sequías muy brutales a inundaciones, cambios muy bruscos", subraya.

Las soluciones abarcan desde tecnologías complicadas a otras más básicas, como "cultivos que sean resistentes, semillas, métodos de producción que permitan hacer frente a ello o construcción de pozos".

La deuda, además, "hace que muchos de estos países no puedan y no tengan tampoco el espacio, ni fiscal ni de endeudamiento, para invertir más" en este sector.

"LOS GRANDES PROBLEMAS SON ESTRUCTURALES"

Interrogado por la respuesta de África ante la interrupción del suministro de alimento, sobre todo de trigo y maíz, derivada de la guerra de Rusia contra Ucrania, Lario explica que al cabo de tres a seis meses muchos países africanos encontraron otros mecanismos para provisionarse de grano, como los subsidios.

Según el presidente del FIDA, ésa "es una respuesta en el corto plazo, que puede funcionar, pero en el medio no".

"Lo que hemos visto es que se han ido ajustando, pero claro, los grandes problemas son estructurales", añade, al considerar necesaria una "inversión" porque, de lo contrario, "dentro de un tiempo estas disrupciones se producirán por otros elementos, pero se volverán a producir".

La guerra en Ucrania también afectó a la agricultura en el caso de los fertilizantes, provocando situaciones en que "muchos de los pequeños agricultores han tenido que decidir entre plantar y comer en muchos casos, dado el nivel de incremento de precios".

ERRADICAR EL HAMBRE EN ÁFRICA PARA 2030

Larios asegura que es posible erradicar el hambre en África para 2023.

"Lo que tenemos que hacer lo sabemos y no es una cuestión técnica, no es una cuestión de capacidad de producir, porque existe; ni de tecnología ni de instituciones", argumenta.

Se trata, concreta, de "una cuestión de voluntad política, de inversión. Es la voluntad política de hacia dónde van dirigidas las inversiones".

Este experto certifica que existe voluntad de invertir en agricultura por parte del sector privado, pero "hay que asegurarse tanto de la parte normativa, como de la posibilidad de tener ciertas partes de la cadena de valor en las cuales el sector privado pueda invertir, y de tener una cierta rentabilidad".

"Las inversiones que son demasiado riesgosas, a lo mejor las tenemos que tomar nosotros y luego el sector privado debe ir detrás", matiza.

Para Lario, esto es fundamental porque "sólo con la ayuda al desarrollo" o "sólo con las inversiones de los gobiernos locales, no se va a solucionar tampoco el hambre".

Pero para desarrollar estos proyectos se necesitan de cinco a siete años y deben mantenerse en el tiempo.

En su opinión, "se trata de que ellos tengan la capacidad de producir por sí mismos y de que tengan la capacidad de alimentarse y de exportar los excedentes o ser capaces de traer los beneficios a la comunidad".

"Lo hemos visto en buena parte de nuestros proyectos. Tenemos los datos, analizamos el impacto después de siete, ocho años y somos capaces de demostrar si estas personas han tenido más acceso a mercados, a mayores ingresos, si sienten que son más resilientes a los shocks que aparecen", añade.

¿Se imagina una África sin hambre? "Me encantaría", responde el presidente de la FIDA.

"Posible es -concluye-, pero necesitamos un aumento de la inversión masiva para ser capaces de responder de manera política".

María Rodríguez