Bombardeo en capital de región etíope de Tigré, donde rebeldes siguen su ofensiva

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La capital de la región del Tigré, en el norte de Etiopía, fue golpeada el martes por un ataque aéreo nocturno, horas después de que los rebeldes de esta zona anunciaran que quieren seguir su "contraofensiva".

Después de cinco meses de tregua, las hostilidades se reanudaron el 24 de agosto en el extremo sureste de Tigré entre tropas progubernamentales etíopes y rebeldes de esta región septentrional, escenario de una guerra desde noviembre de 2020.

"Ataque nocturno con drones en Mekele. Ningún objetivo militar concebible", publicó en Twitter Getachew Reda, el portavoz del rebelde Frente de Liberación del Pueblo del Tigré (TPFL).

"El hospital de Mekele entre los blancos, al menos tres bombas lanzadas", agregó.

Kibrom Gebreselassie, director clínico del hospital de referencia Ayder, en Mekele, indicó también en Twitter que hubo un ataque con drones "cerca de la medianoche" en las inmediaciones del hospital general de Mekele.

"Las víctimas están llegando al hospital Ayder", señaló.

El ataque fue reportado pocos días después de que al menos cuatro personas murieron, incluidos niños, en otro ataque aéreo a Mekele, en el que los rebeldes acusaron al gobierno de atacar una zona residencial y un jardín infantil.

Los periodistas no pueden acceder al norte de Etiopía, lo que hace imposible verificar estos hechos. La cobertura telefónica y de internet en esas zonas no son estables.

El servicio de comunicación del gobierno etíope no pudo ser contactado de inmediato.

- Avance rebelde -

Horas antes de este ataque, el portavoz rebelde Getachew Reda aseguró que sus tropas, tras haber inicialmente "defendido sus posiciones", iban a lanzar una contraofensiva más allá de las fronteras de Tigré.

"Desplegamos una guerra defensiva" y "seguimos abiertos a toda negociación", aseguró el portavoz, aunque justificó esta contraofensiva para "neutralizar" los refuerzos militares enviados por el gobierno hacia el norte de Etiopía.

Interrogado por AFP el martes, el gobierno etíope reivindicó sus "esfuerzos en favor de la paz y las medidas concretas tomadas" en este sentido y se dijo "determinado a resolver pacíficamente el conflicto".

En las últimas jornadas, según fuentes diplomáticas, humanitarias y de los habitantes de la zona, los rebeldes se han internado unos 50 kilómetros hacia el sur en la región de Amhara y al sureste hacia la región de Afar.

"No estamos particularmente interesados en el control de esta zona, pero mientras las fuerzas lanzadas contra nosotros continúan amenazando la seguridad de nuestro pueblo, continuaremos tomando las medidas apropiadas para neutralizarlas", dijo el portavoz Getachew.

El conflicto estalló en noviembre de 2020 cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envió al ejército a Tigré para expulsar al gobierno regional, que rebatía su autoridad desde hacía varios meses y que, según el ejecutivo, había atacado bases militares.

Este conflicto ha dejado un número difícil de determinar de muertos y obligó a dos millones de personas a dejar sus hogares.

La tregua que comenzó en marzo frenó en parte el derramamiento de sangre y permitió que los convoyes de ayuda regresaran lentamente a Tigré, donde la ONU afirma que millones de personas pasan hambre.

La crisis en Tigré genera preocupación en la comunidad internacional, que desde el fin de la tregua insta al cese de las hostilidades y a una resolución pacífica del conflicto.

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