Nuevas e innovativas soluciones para fortalecer el suelo pélvico

La actriz estadounidense Kate Winslet declara en un programa de entrevistas que sufre de incontinencia después de tres partos. La presentadora alemana de televisión Amira Pocher promueve los ejercicios del suelo pélvico, y la ginecóloca y autora germano-estadounidense Sheila de Liz publica en YouTube vídeos sobre el "músculo del sexo". Un dispositivo de entrenamiento con juegos controlados por una app para el abdomen inunda los canales de las redes sociales. El suelo pélvico, como también confirman los ginecólogos, va camino de convertirse en un tema candente tras décadas de mantenerse oculto.

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Una mujer sostiene un dispositivo de entrenamiento para el suelo pévico que se conecta por Bluetooth a una aplicación en el móvil. Foto: Sandra Trauner/dpa
Una mujer sostiene un dispositivo de entrenamiento para el suelo pévico que se conecta por Bluetooth a una aplicación en el móvil. Foto: Sandra Trauner/dpa

La actriz estadounidense Kate Winslet declara en un programa de entrevistas que sufre de incontinencia después de tres partos. La presentadora alemana de televisión Amira Pocher promueve los ejercicios del suelo pélvico, y la ginecóloca y autora germano-estadounidense Sheila de Liz publica en YouTube vídeos sobre el "músculo del sexo". Un dispositivo de entrenamiento con juegos controlados por una app para el abdomen inunda los canales de las redes sociales. El suelo pélvico, como también confirman los ginecólogos, va camino de convertirse en un tema candente tras décadas de mantenerse oculto.

El suelo pélvico es un conjunto de varios músculos y tejido conectivo que cierra la cavidad abdominal por la parte inferior y se curva hacia arriba en los bordes como una hamaca. Por delante se une al hueso púbico, por detrás al coxis y lateralmente a las tuberosidades isquiáticas. En las mujeres, hay una abertura en el centro que puede ensancharse para el parto. Hacia arriba, el suelo pélvico sostiene la vejiga, el útero y el recto; hacia abajo, encierra la uretra, la vagina y el intestino.

Cuando la fuerza del músculo del suelo pélvico disminuye, pueden surgir problemas médicos. Los más comunes son la debilidad y el prolapso del suelo pélvico, trastornos que pueden provocar la incontinencia urinaria y tener efectos negativos en la sexualidad.

Según la Sociedad Alemana de Ginecología y Obstetricia (DGGG), la incontinencia urinaria es "un grave problema de salud en las mujeres de todas las edades", tal y como se recoge en la directriz alemana para el tratamiento de la incontinencia femenina aprobada en 2022. No está claro el número de personas afectadas. La asociación parte de la base de que existe un elevado número de casos no registrados.

Según la DGGG, el número de mujeres afectadas aumenta con la edad. En una encuesta realizada en 2005, solo el 7,8 por ciento de las menores de 40 años indicó que no siempre podía retener la orina. En el caso de las mayores de 60 años fue un 27,1 por ciento. Un estudio germano-danés de 2017 estima que el porcentaje de mujeres afectadas asciende a un 48,3 por ciento.

Thomas Fink, director de un centro berlinés especializado, explica las variantes más comunes: en el caso de la "incontinencia de esfuerzo", se pierde orina involuntariamente al toser, estornudar o hacer deporte. La "incontinencia de urgencia" es la pérdida involuntaria de orina asociada a una necesidad urgente de orinar. Si se producen ambas, se habla de "incontinencia urinaria mixta".

Una causa común son los partos, explica el uroginecólogo, especialista en la interfaz entre la ginecología y la urología: "El desarrollo del parto es decisivo para el riesgo de sufrir posteriormente un trastorno del suelo pélvico". Este es problemático, por ejemplo, si el niño es muy grande y pesado o si se utilizan fórceps. Otros factores de riesgo son el levantamiento de objetos pesados, la obesidad, el tabaquismo y la edad del primer parto.

Durante mucho tiempo, la obstetricia no había prestado la suficiente atención a este tema, señala Fink, que imparte cursos para matronas sobre "partos respetuosos con el suelo pélvico". Después del parto, prosigue, el suelo pélvico solo se examina más detenidamente si se sospecha que hay daños graves, por ejemplo, que se haya desgarrado. Pero cada parto supone un gran esfuerzo: "Durante un parto, algunas partes del suelo pélvico se extienden hasta tres veces su tamaño. Pero pueden pasar años o incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas", explica Fink.

La importancia de volver a tonificar el suelo pélvico después del parto también es destacada por la ginecóloga alemana Sheila de Liz, autora de un libro sobre salud femenina. En uno de sus vídeos de YouTube explica: "Es muy importante fortalecer los músculos del suelo pélvico porque también juegan un papel en la vida sexual".

Según de Liz, las mujeres que tienen un buen suelo pélvico pueden apretar mejor la vagina, lo que aumenta el placer de ambos miembros de la pareja: "Los orgasmos son mucho más intensos con unos músculos del suelo pélvico sanos y fuertes".

Los hombres también tienen un suelo pélvico, pero su construcción es diferente y, por lo tanto, más estable. La debilidad del suelo pélvico en los hombres es rara, como informa Fink. A veces se produce después de una operación de próstata. Según el especialista, muchos hombres ni siquiera saben que tienen un suelo pélvico y no pueden contraerlo conscientemente. "Sin embargo, los hombres también se beneficiarían del entrenamiento del suelo pélvico, por ejemplo para la potencia", explica Fink.

Según la nueva directriz alemana, la práctica habitual para los casos de trastornos del suelo pélvico es "probar primero las terapias no quirúrgicas". Para ello se suele prescribir fisioterapia, en la que las mujeres aprenden ejercicios específicos para fortalecer el suelo pélvico. La electroestimulación es también una de las medidas posibles. En el caso de que el daño sea tan grave que sea necesario operar, Fink explica que hay varios procedimientos: se puede intentar reparar el daño con el propio tejido de la paciente o, si eso no es suficiente, se pueden insertar ligamentos o redes.

"La ciencia está prestando ahora más atención al tema", constata Fink. En su opinión, a ello ha contribuido el hecho de que los equipos de ultrasonidos son cada vez mejores y permiten diagnosticar los daños con mayor frecuencia.

Que el tema está saliendo poco a poco del rincón de la vergüenza también lo demuestra el énfasis con el que se anuncian determinados dispositivos en las redes sociales. "Perifit", por ejemplo, un producto de Francia, parece un consolador pero es en realidad un dispositivo médico que se conecta a un teléfono móvil por Bluetooth.

A través de la aplicación, la usuaria puede entrenar su suelo pélvico jugando literalmente con sus músculos abdominales: contrayendo y relajando los músculos dirige el cursor por el campo de juego y recoge puntos. El fabricante no puede proporcionar ningún estudio sobre sus beneficios, y afirma estar trabajando en ello, pero aún sin resultados.

La ginecóloca y autora Sheila de Liz cree que estos dispositivos son "realmente buenos", y opina que la idea de aprender a evaluar y desarrollar la propia fuerza del suelo pélvico es "genial". Sin embargo, acota, el aparato es más adecuado para las mujeres "que ya conocen bien su suelo pélvico". Según puntualiza la médica, las personas con problemas graves necesitan apoyo profesional.

dpa