Un jurado estadounidense decidió no inculpar a una mujer acusada de complicidad en el linchamiento en 1955 de un adolescente negro que se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos civiles, anunció este martes un fiscal de Misisipi.
Después de horas de deliberación el gran jurado dictaminó que "no hay pruebas suficientes" para acusar formalmente a Carolyn Bryant, de 88 años, en el caso del secuestro y asesinato de Emmett Till hace casi 67 años, señala en un comunicado Dewayne Richardson, fiscal del condado de Leflore.
Los testigos y los investigadores declararon durante más de siete horas, dijo.
Emmett Till, un adolescente negro de 14 años de Chicago, fue secuestrado, torturado y asesinado en 1955 en Misisippi, un estado segregacionista del sur, cuando visitaba a familiares.
Carolyn Bryant, una mujer blanca que entonces tenía 21 años, afirmó que él le tocó un brazo, una mano y la cintura.
A raíz de estas acusaciones, el adolescente fue secuestrado. Su cuerpo fue encontrado 72 horas después en un río.
La madre de Emmett Till exigió que el ataúd permaneciera abierto durante el funeral, para que el mundo se diera cuenta de lo que le habían hecho. Las fotos del cuerpo mutilado pasaron a la historia.
Roy Bryant, el marido de Carolyn Bryant, y J.W. Milam, su hermanastro, fueron detenidos pero un jurado compuesto exclusivamente por blancos los absolvió.
Amparados por esta sentencia, los dos hombres blancos contaron más tarde a una revista cómo mataron al adolescente. Actualmente han fallecido.
En junio un equipo que investiga el asesinato de Emmett Till encontró en el sótano de la corte del tribunal del condado de Leflore una orden de arresto contra Carolyn Bryant.
Como ella nunca fue detenida el hallazgo resucitó la acusación.
En 2004, el Departamento de Justicia estadounidense habia reabiertola investigación, pero no prosperó porque el delito había prescrito.
El autor de un libro dedicado al caso aseguró en 2017 que Carolyn Bryant le había confesado que el chico nunca la agredió.
El Departamento de Justicia reabrió el expediente, pero sus investigadores no lograron determinar si ella inventó la agresión y la investigación volvió a cerrarse en diciembre de 2021.
En marzo, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó la ley Emmett Till, que convierte el linchamiento en un delito federal y establece una pena de hasta 30 años de prisión.
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