Un balneario termal renace entre las heridas de la violencia yihadista en Irak

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De pequeño, Hicham iba a menudo con su padre a los baños del Hamam al Alil, pero desde que reabrió este balneario de aguas termales en el norte de Irak, viene solo: a su padre, policía, lo ejecutaron los yihadistas no muy lejos de allí en 2016.

Hamam al Alil ("el baño del enfermo", en árabe) goza de una gran reputación desde hace años por sus aguas sulfurosas con propiedades terapéuticas.

Pero la localidad donde se halla, a unos treinta kilómetros al sur de Mosul, también es conocida por los crímenes cometidos por el Estado Islámico (EI) cuando controlaban esta zona de Irak.

La reapertura el mes pasado de los baños en las orillas del río Tigris permite soñar con la vuelta a la normalidad, aún cuando las heridas de la presencia de los yihadista, que fueron expulsados hace seis años, y de la reconstrucción están muy vivas.

"Perdí a mis seres más queridos", cuenta Hicham Khaled, sentado en bañador cerca de la piscina circular.

Su padre, coronel de policía, fue ejecutado por el EI.

A un centenar de metros del balneario aparecieron cientos de cuerpos de personas ejecutadas en noviembre de 2016.

"Me da mucha pena. Mi padre y yo solíamos venir juntos a los baños. Ahora, él se ha ido y yo me quedo", añade este joven de 21 años, que trabaja como masajista en el centro.

- Psoriasis -

En las salas decoradas con azulejos, hombres y mujeres se permiten un momento de relajación terapéutica a cambio de 5.000 dinares (un poco más de 3 dólares).

En bañador o pantalón corto, los clientes se echan por el cuerpo las aguas calientes y verdosas del centro... a pesar del nauseabundo olor característico del azufre.

Un señor mayor que se ha bajado de su silla de ruedas, se deja bañar mientras estira los brazos.

El centro, construido en 1984, puede acoger a entre 75 y 100 personas. Hombres y mujeres se bañan en espacios separados.

Salam Adel Hasan viene desde Bagdad: "vine hace 20 años, era muy rudimentario, no como ahora. La renovación fue un éxito, me encanta", afirma.

Tras la derrota del Estado Islámico los baños recobraron su popularidad, a pesar de que el edificio se encontraba casi en ruinas, con los azulejos rotos y las ventanas reventadas.

Para darle una segunda juventud, las autoridades iraquíes llevaron a cabo trabajos en 2019 por valor de medio millón de dólares.

Los materiales de construcción fueron seleccionados para resistir a la degradación que provoca el azufre, explica a la AFP Ahmed Aziz Ahmed, adjunto a la dirección del establecimiento.

"Al día siguiente de la inauguración, empezamos a recibir grupos de visitantes de todo el país", explica con orgullo Ahmed.

Y también turistas británicos y alemanes, añade.

- Como los mongoles -

Ahmed Aziz Ahmed compara la destrucción del Estado Islámico a la invasión de los mongoles, que arrasaron y saquearon Mosul en el siglo XIII.

A finales de 2016, antes de que les expulsara el ejército iraquí (con ayuda de la coalición internacional) de la localidad de Hamam al Alil, el EI ejecutó a cientos de personas.

Las fosas, descubiertas cerca de la facultad de Agricultura albergaban "al menos 300 policías", según Human Rights Watch (HRW), citando el testimonio de los vecinos.

Una veintena de víctimas fueron encontradas con los pies y las manos atadas, y los ojos vendados, según un informe del gobierno que citó HRW.

A día de hoy, los responsables locales denuncian la lentitud del gobierno central para identificar a las víctimas, por lo que la cifra exacta de fallecidos se desconoce.

Los yihadistas "actuaban por la noche, los mataban y los enterraban con una pala excavadora", explica Ahmed.

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