La ley de nacionalidad a los escolares migrantes divide al Gobierno italiano

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Roma, 3 jul. La ley que pretende introducir el "Ius scholae" en Italia, el derecho a la nacionalidad para los niños migrantes, nacidos o no en el país, después de cinco años de escolarización comenzará su tramitación en el Parlamento en la segunda semana de julio y es uno de los principales motivos de división en el Gobierno de Mario Draghi.

En Italia se habla desde hace años de leyes que otorguen la nacionalidad a los niños migrantes, pero nunca han salido adelante por la oposición de la derecha, por lo que un menor con padres extranjeros, incluso si nació en territorio italiano, puede solicitar la ciudadanía solo después de haber cumplido 18 años y si hasta ese momento ha residido "legal y continuamente" en el país.

Este proyecto de ley fue presentado por el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y apoyado completamente por el Partido Demócrata (PD) cuyo secretario general, Enrico Letta, aseguró que "no darán ningún paso atrás" en su batalla para que se apruebe.

El texto establece que un niño nacido en Italia o llegado antes de los doce años puede solicitar la ciudadanía después de haber completado un ciclo escolar de cinco años, que solo puede consistir en la escuela primaria o algunos años de escuela primaria y otros de secundaria o de la secundaria superior.

La solicitud de nacionalidad puede ser realizada por ambos padres, con residencia y trabajo estable en Italia, o un solo progenitor.

La ley ha encontrado la oposición de la Liga, que forma parte de la coalición gubernamental junto el PD, el M5S y Forza Italia, y del opositor Hermanos de Italia.

"El Ius scholae es una locura porque daría la nacionalidad a todos los delincuentes de las bandas, mientras que para los niños extranjeros que van a la escuela ya están garantizados sus derechos", aseguró el líder de la Liga Matteo Salvini, en Twitter.

La Liga ha presentado más de 7.000 enmiendas al proyecto de ley para bloquear su aprobación y cargó contra sus socios en el Gobierno lo que ha hecho peligrar el Ejecutivo de Draghi.

"Si cae un gobierno es por algo dramático, no cae un gobierno porque un niño italiano en todos los aspectos, después de años de escuela en Italia, finalmente tiene la oportunidad de tener la nacionalidad. Si uno decide abandonar el Ejecutivo por esto, yo no tengo palabras ante una elección de este tipo”, explicó Letta a los medios italianos.

La Conferencia Episcopal Italiana intervino también en el debate para pedir que se superen "los debates ideológicos" y se tenga en cuenta que el país ha cambiado.

El presidente de la Comisión Episcopal para las Migraciones y presidente de la Fundación Migrantes, y Gian Carlo Perego, aseguró en entrevista a los medios que "la nacionalidad es un instrumento de inclusión, de integración, de participación activa en la vida de la ciudad y de la seguridad social. Un instrumento que por razones éticas y de justicia salvaguarda la dignidad de las personas. Es una herramienta democrática”.

El coordinador nacional de Forza Italia, Antonio Tajani, argumentó que la medida "no representa una prioridad", pero reconoce estar "a favor del principio" aunque el partido se muestra totalmente dividido.

El Ius scholae tiene buenas posibilidades de ser aprobado en la Cámara, mientras que en el Senado, sin los votos de Forza Italia, la nueva ley de ciudadanía tiene muy pocas posibilidades de entrar en vigor.

Según los últimos datos del Ministerio de Educación, las escuelas italianas acogen 8,5 millones de estudiantes, de los cuales poco menos de 877.000 no tienen ciudadanía italiana, lo que supone el 10,3 por ciento del total.

En el quinquenio 2015-2020 el número de estudiantes extranjeros nacidos en Italia aumentó de más de 478.000 a casi 574.000, con un aumento de aproximadamente el 20 por ciento. EFE

ccg/jgb