Experta Global Fishing Watch: "Muchas leyes de pesca están desactualizadas"

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Marta Montojo

Madrid, 28 jun. La información es esencial para monitorear las actividades que amenazan los recursos marinos, pero en Latinoamérica "muchas de las leyes de pesca están desactualizadas" y eso impide fiscalizar a esas embarcaciones furtivas, juzga en entrevista con EFE la Gerente del Programa en Latinoamérica de Global Fishing Watch, Mónica Espinoza.

Esta organización sin ánimo de lucro, dedicada a analizar datos para rastrear buques de pesca, colabora con gobiernos, periodistas y otras entidades investigadoras interesadas en atajar el problema del furtivismo y de la sobreexplotación de los caladeros que ha llevado a que, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación), más del 30 % de las especies marinas del mundo ya estén sobrepescadas.

"El océano es clave para toda la vida en la tierra, regula el clima, absorbe carbono, nos provee de alimento", enumera Espinoza, quien lamenta que, sin embargo, "está sumamente afectado por la actividad pesquera, sobre todo por la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada".

"Somos un par de ojos extra para los objetivos de los países", resume, algo importante pues "el océano es sumamente vasto, lejos del alcance de muchas personas y, en algunos casos, de muchas autoridades que no tienen los recursos necesarios para hacer el monitoreo adecuado".

Desde su fundación en 2014 por Google, la ONG conservacionista Oceana y Skytruth, Global Fishing Watch adquiere la información de compañías satelitales -datos AIS, (sistemas de identificación automática), que transmite la posición de los buques- para, "mediante machine learning, y big data", procesarla e identificar comportamientos de flotas.

El AIS surgió como forma de garantizar la seguridad de navegación, para saber dónde estaba cada embarcación, "porque en el mar, como sabemos, no hay carreteras"; pero ahora se puede conocer, además de la posición del buque, su rumbo y su velocidad", y detectar posibles patrones con los que advertir a las autoridades.

"Combinando esa información con la de procedencia, bandera o arte de pesca, uno puede determinar mediante los algoritmos que ha creado nuestro equipo de investigación dónde puede haber un aparente esfuerzo pesquero", precisa Espinoza.

"Si bien el mar está muy lejos, es un recurso que nos pertenece a todos y hay un interés creciente en comprender qué es lo que está sucediendo allí", recalca Espinoza.

Recientemente, Global Fishing Watch ha publicado un mapa en el que por primera vez se pueden visualizar las "flotas oscuras", es decir, conjuntos de embarcaciones que "apagan sus transmisores" según se acercan a las zonas económicas exclusivas de los países o a áreas de alto valor ecológico donde no está permitido pescar.

Estas herramientas que desarrollan, las ofrecen "en abierto" y de manera gratuita para favorecer la transparencia y el acceso a esa información con el que a veces no cuentan incluso gobiernos que tienen agencias con competencias en el mar.

Cada vez más, trabajan con autoridades públicas, pues los gobiernos son "los actores más importantes al poder hacer medidas y cambios, y tener injerencia sobre sus propias flotas".

La idea es ayudar a esos actores a aplicar las medidas correspondientes con las que combatir las actividades ilícitas que añaden presiones económicas a su población -por ejemplo, cuando flotas extranjeras entran en conflicto con las domésticas- y que "van a poner en peligro la salud alimentaria de ciertas comunidades más vulnerables", advierte.

Sin embargo, un desafío actual, y en concreto en Latinoamérica, región en la que ella trabaja, es que "muchas de las leyes de pesca están desactualizadas, "un reto a la hora de hacer un seguimiento a la embarcación y fiscalizarlo".

Aunque no se consideran "enemigos" de nadie, tampoco son bienvenidos por los furtivos del mar, que a veces engañan al rastreo cambiando sus coordenadas para tapar "que están haciendo algo ilícito", de forma que "llegamos a observar barcos navegando por tierra", irregularidades que desde Global Fishing Watch aseguran poder corregir.

Desde la organización señalan que se enfrentan aún a reticencias y a "muchos mitos" de diferentes grupos operadores "con intereses legítimos", que arguyen que revelar su ubicación va a instar a otros buques a pescar en los mismos caladeros, “pero ninguno nos va a admitir que no quieren que actuemos porque sus flotas hacen pesca ilegal”, agregan. EFE

mmt/al/cc