La invasión de Ucrania pone a prueba la afinidad a Rusia de Bulgaria

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"Los rusos son nuestros hermanos eslavos" es un lema común en Bulgaria. Pero la guerra de Ucrania está poniendo a prueba la afinidad hacia Rusia de gran parte de su población.

"Estamos aquí para demostrar que no hay solo +putinófilos+ en Bulgaria", dijo a AFP el experto informático Stanimir Ganev en referencia a aquellos que apoyan al presidente ruso Vladimir Putin.

El hombre de 43 años participó en una manifestación de solidaridad con Ucrania que atrajo a miles de personas en la capital búlgara, Sofía.

Miembro de la Unión Europea y de la OTAN y al mismo tiempo vinculada históricamente con Rusia, Bulgaria debate estos meses sobre su identidad y su pasado.

- Los "libertadores" rusos -

A diferencia de lo ocurrido en otros países europeos, las manifestaciones proucranianas han convivido en Bulgaria con regulares marchas prorrusas, provocando refriegas entre acusaciones mutuas de fascismo cerca del monumento comunista a las fuerzas armadas en Sofía.

En una reciente marcha favorable a Moscú, Galina Stoyanova aseguró que las imágenes de las presuntas atrocidades en Ucrania eran "una producción de Hollywood".

La profesora de 54 años describía a los rusos "como dos veces libertadores" que "se sacrificaron en 1878" para acabar con el dominio otomano de Bulgaria y luego "salvaron a Bulgaria del fascismo en 1944".

En las redes sociales, decenas de miles de internautas siguen ávidamente grupos y cuentas prorrusos.

La actividad de estos grupos se ha disparado desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, según el servicio de verificación de noticias de AFP, que desde entonces ha dedicado un 85% de sus artículos a cuestiones vinculadas al conflicto.

Un estudio en abril del instituto YouGov en 16 países de la Unión Europea y en el Reino Unido mostraba que un 44% de los búlgaros responsabilizaban a la OTAN por la guerra en Ucrania, el mayor porcentaje entre los países sondeados.

"Bulgaria difiere de otros países del antiguo bloque comunista" en los que la época soviética dejó amargo recuerdo, dijo el politólogo Dimitar Bechev de la Universidad de Oxford.

"Los libros de historia búlgaros se centran en la guerra de liberación de 1877-78 y alimentan la mitología de la fraternidad" con Rusia, añadió.

Incluso tras la caída del régimen comunista en 1989, "los vínculos culturales, políticos y sociales" entre los dos países continuaron, dijo.

La mayoría de búlgaros de mediana edad estudiaron ruso en la escuela, todavía entienden el idioma y siguen regularmente las noticias de los medios de ese país.

Y los sentimientos prorrusos todavía son fuertes en parte de la clase política de este país del este de los Balcanes.

El Partido Socialista, con estrechos lazos con Moscú, amenazó con dejar la coalición de gobierno si se aprobaba el envío de ayuda militar a Ucrania.

El presidente Rumen Radev también se opuso a tal medida, defendida por el primer ministro Kiril Petkov, un ferviente proeuropeo elegido el año pasado.

Petkov defendió esta semana limitar "la influencia extranjera en Bulgaria, y con más precisión, la influencia de Rusia".

También económicamente, el país más pobre de la Unión Europea ha dependido durante mucho tiempo de la inversión y las importaciones rusas, especialmente del gas, que Moscú cortó el mes pasado.

- "Persistentes mitos" -

La guerra en Ucrania ha cambiado algunas opiniones.

Esto "ha alterado algunos equilibrios en la opinión pública", indicó en un estudio reciente el instituto Bulgarian Alpha. "Muchos de los que todavía aman a Rusia ahora expresan una actitud negativa hacia el presidente Vladimir Putin", dijo.

La popularidad de Putin pasó del 58% en marzo de 2020 al 32% al comienzo de la guerra y solo el 25% en abril.

El partido de derechas Bulgaria Democrática pidió en el parlamento la semana pasada una declaración para "desputinizar" el país.

Y en los cines, las televisiones y las plataformas en línea cobra popularidad un documental de 2021 sobre la ocupación del ejército soviético de Bulgaria después de la Segunda Guerra Mundial.

"La guerra en Ucrania ha dado una sombría publicidad a nuestra película", dijo su director Svetoslav Ovcharov.

La cinta se basa en archivos desclasificados que muestran las atrocidades cometidas por el Ejército Rojo en Bulgaria.

Para el académico Todor Gabarov, su visualización fue "reveladora".

El mantenimiento del ejército "arruinó" Bulgaria en los años posteriores a 1944, dice su guionista e historiadora Evelina Kelbecheva, que pasó años tratando de deconstruir algunos "persistentes mitos" del papel de Rusia.

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