Promesas climáticas del sector de hidrocarburos no tienen credibilidad, según informe

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Los compromisos climáticos de los gigantes de los hidrocarburos a menudo carecen de credibilidad y se basan en tecnologías costosas cuya eficacia no está demostrada a gran escala, según un informe del grupo de reflexión Carbon Tracker publicado el jueves.

La entidad analizó los objetivos climáticos de 15 grandes grupos que cotizan en bolsa y concluyó que la mayoría, a pesar de incrementar sus objetivos recientemente, no se comprometen a una reducción absoluta de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Carbon Tracker solo incluye a cuatro empresas, todas europeas, que se comprometen a una reducción absoluta de sus emisiones incluyendo los productos usados por sus clientes como, por ejemplo, el carburante empleado por los vehículos.

Al frente de la clasificación se encuentra la firma italiana Eni, con un objetivo de reducción de emisiones del 35% hasta 2030. La siguen la española Repsol, la francesa TotalEnergies y la británica BP.

En un segundo grupo figuran la empresa noruega Equinor, la estadounidense Chevron o la anglo-holandesa Shell, que dejan abierta la puerta a una reducción de su producción de energías fósiles más que hacer reducciones absolutas.

Y al final de la clasificación, otras siete compañías, entre ellas el gigante estadounidense ExxonMobil, se comprometen únicamente a reducir las emisiones en sus propias operaciones.

Estas empresas, todas estadounidenses, obvian el uso final de sus productos, que representa el mayor problema: "un 95% de las emisiones procedentes de sus productos tienen lugar durante la combustión", señala Carbon Tracker.

Los autores del informe critican también las estrategias desplegadas para reducir artificialmente sus emisiones mientras continúan invirtiendo en nuevos medios de producción de hidrocarburos.

Entre estas tácticas figuran la venta de activos, la compra de compensaciones o recurrir a tecnologías como la captura de carbono o la plantación de bosques.

Es una apuesta en tecnologías "que suponen un enorme riesgo a la vez para los inversores y para el clima", advierte Maeve O'Connor, coautora del informe.

"La mayoría de estas tecnologías están todavía en una fase precoz de desarrollo con pocos proyectos grandes funcionando en la escala necesaria para alcanzar los objetivos de las empresas, mientras que las soluciones que requieren plantar árboles precisan de enormes superficies", señala esta analista.

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