Los testimonios escritos de supervivientes del Holocausto se agotan, poco a poco

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Los testimonios escritos de supervivientes del Holocausto nazi se apagan poco a poco en Francia, como las vidas de los que padecieron esos tormentos.

Uno de los últimos títulos, publicado el 5 de mayo, corresponde a Léon Placek, un parisino de 89 años, que sigue ejerciendo de contable a pesar de su avanzada edad.

"J'avais 10 ans à Bergen-Belsen" ("Tenía 10 años en Bergen-Belsen", Éditions du Cherche-Midi) es fruto de la insistencia de su hijo, reconoce Placek.

"¡Me acosó durante quince días! Al final cedí" explicó este anciano superviviente del campo de concentración de Bergen-Belsen a la AFP.

Fue en ese campo en el norte de Alemania donde falleció la adolescente judía Anne Frank, autora de un diario escrito en su escondite en Amsterdam que se convirtió en uno de los principales testimonios de la persecución nazi.

Placek hablaba lo menos posible de Bergen-Belsen a sus hijos. Durante la primera etapa de la posguerra en Francia, los supervivientes no eran alentados a hablar, más bien al contrario,recuerda.

"Éramos como extranjeros, volvíamos de un mundo del cual normalmente no regresas" explica Placek en su libro. "Dudé mucho tiempo en romper ese silencio", reconoce.

"¿Mi palabra? ¿A quién le sirve? ¿Qué podía decir?", recuerda.

Poco a poco llegaron los testimonios escritos, un documental histórico, "Shoah", de Claude Lanzmann, en 1985.

- Una voz no escuchada -

El escritor español Jorge Semprún plasmó sus recuerdos del campo de Buchenwald en 1994.

Más de 9.000 españoles fueron deportados a los campos de exterminio nazis.

En Francia las escuelas de secundaria empezaron a organizar conferencias con supervivientes para los estudiantes. Placek participó en ellas.

Luego acabó por escribir su libro con la ayuda del periodista Philippe Legrand.

El año pasado la prestigiosa colección de La Pléiade sacó una antología de esos escritos.

"Nada podía ser tan violento para los supervivientes como la constatación de que su voz no era escuchada" explica Dominique Moncond'huy, universitaria y autora de la introducción del libro.

- 'Aún resuenan los gritos' -

Lili Keller-Rosenberg, de 88 años, también pasó por Bergen-Belsen después de Ravensbrück. En abril de 2021 publicó "Et nous sommes revenus seuls" ("Volvimos solos" Plon).

Su primera conferencia ante estudiantes data de 1983, recuerda en su libro.

"Ya no quedamos muchos. En [la región de] Hauts-de-France soy la última superviviente que puede atestiguar" lo que pasó, constata al final de su libro.

Génia Obœuf, que sobrevivió a Ravensbrück, murió a los 98 años, antes de poder asistir a la aparición de "Génia et Aimé" (el nombre de su marido). Será publicado el 17 de mayo, un año después de su muerte.

Julia Wallach, superviviente de Auschwitz-Birkenau, esperó a sus 96 años para publicar (previsto en noviembre) "Dieu était en vacances" ("Dios estaba de vacaciones", Grasset), en colaboración con Pauline Guéna.

Recientemente recordaba en una radio su experiencia junto a Joseph Weismann, de 90 años, que logró evadirse del campo de Beaune-la-Rolande.

Weismann explicó su gesta en el cómic "Après la rafle" ("Tras la redada" Les Arènes), en enero.

"Incluso ahora, explicarlo, me cuesta" reconocía Wallach. "¡La llegada a Birkenau...! Aún resuenan los gritos en mis oídos".

hh/jz/zm