El protocolo de Irlanda del Norte vuelve a provocar tensiones entre Londres y Bruselas

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Las tensiones se reanudaron esta semana entre Londres y Bruselas por el "protocolo de Irlanda del Norte", creado para evitar el regreso de una frontera física en la isla de Irlanda tras el Brexit y preservar el Acuerdo de Paz de 1998.

Según los términos de este controvertido acuerdo, la región británica de Irlanda del Norte se mantiene de facto dentro del mercado único europeo, lo que implica efectuar controles aduaneros a las mercancías que llegan procedentes del resto del Reino Unido, una solución que indigna a los unionistas norirlandeses, apegados a su pertenencia a la corona británica.

- Tensiones entre Londres y Bruselas -

El protocolo norirlandés es uno de los principales focos de tensión entre la Unión Eurpea y el Reino Unido. Este último exige que se renegocie en profundidad.

Londres amenaza con suspender unilateralmente algunas disposiciones, lo que hace temer una guerra comercial entre los antiguos socios.

Tras meses de calma antes de las elecciones locales en Irlanda del Norte, el primer británico Boris Johnson volvió a amenazar el martes con una acción unilateral, afirmando que el protocolo es "insostenible en su forma actual".

Bruselas replicó su renegociación "no es una opción".

Según el diario The Times, la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, está estudiando tomar medidas la próxima semana, incluyendo suspender la obligación de inspeccionar las mercancías que llegan a la región procedentes del resto del Reino Unido.

Londres quiere también que se suprima el derecho otorgado al Tribunal de Justicia de la UE para supervisar su aplicación, sustituyéndolo por un arbitraje internacional.

- Opiniones opuestas en Irlanda del Norte -

El protocolo es también fuente de tensión política dentro de la región británica, entre republicanos y unionistas, que durante tres décadas se enfrentaron en un sangriento conflicto que dejó más de 3.500 muertos.

Este nuevo descontento provocó varias noches de violencia en abril de 2021 y obligó a dimitir a dos primeros ministros unionistas norirlandeses, Arlene Foster y Paul Givan, este último en febrero para manifestar su la oposición de su partido, el partido DUP, al protocolo.

Las empresas de Irlanda del Norte critican el papeleo que deben realizar para comerciar con el resto del Reino Unido y piden que se simplifique.

Pero muchos empresarios norirlandeses aplauden que se mantenga el acceso abierto al enorme mercado europeo, vetado a las empresas de la isla de Gran Bretaña.

- Comercio perturbado con Gran Bretaña -

Se culpa al protocolo de provocar dificultades de suministro en Irlanda del Norte, a pesar de que se han establecido y ampliado periodos de gracia en los controles aduaneros para algunos productos, como ciertas carnes refrigeradas y medicamentos.

Las dificultades amenazan con agravarse una vez que sus disposiciones se apliquen plenamente.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, dijo el martes que Bruselas "sigue abierta a discusiones" y quiere trabajar con el Reino Unido para "aportar seguridad jurídica y previsibilidad a largo plazo a los ciudadanos y empresas de Irlanda del Norte".

Pero Truss denunció que las propuestas de modificación hechas hasta ahora por la UE "no han abordado los problemas reales de Irlanda del Norte y en algunos casos han empeorado la situación".

- ¿Qué coste tiene para Irlanda del Norte? -

Según datos regionales publicados a finales de noviembre por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) británica, la economía de Irlanda del Norte se está recuperando de los efectos de la pandemia más rápidamente que otras partes del Reino Unido.

Pero el protocolo podría costar un 2,6% al PIB de la región a largo plazo en comparación con un escenario sin Brexit, según un reciente estudio del instituto Fraser of Allander de la Universidad de Strathclyde en Glasgow.

La causa es la fricción en el comercio entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Pero el estudio señala que su impacto podría verse moderado por el aumento del comercio con la UE.

Para el conjunto del Reino Unido, el coste a largo plazo del Brexit podría ascender al 4% del PIB, según una estimación de la agencia de previsión de presupuestos públicos del gobierno británico.

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