La actividad económica francesa se estancó en el primer trimestre de 2022, con un crecimiento nulo (0%), a raíz del retroceso en el consumo de los hogares en un contexto de inflación y guerra en Ucrania, según una primera estimación oficial publicada este viernes.
De su lado, la inflación continuó acelerándose en abril, a 4,8% interanual, tras haber alcanzado 3,6% en febrero y 4,5% en marzo, de acuerdo con datos del instituto nacional de estadísticas francés INSEE.
Las cifras del crecimiento son muy inferiores a las proyecciones, ya que el INSEE preveía un pequeño avance de 0,25% del Producto Interior Bruto (PIB).
La actividad económica de Francia experimenta así un claro estancamiento tras el crecimiento de 0,8% registrado en el cuatro trimestre de 2021 (cifra revisada al alza de 0,1 punto porcentual) y el fuerte repunte del año pasado en su conjunto (7%).
Tradicional motor del crecimiento francés, el consumo de los hogares retrocedió "con claridad" en el primer trimestre, indica el INSSE, a contrapié de las proyecciones de los economistas, que esperaban que aún resista a principios de año.
La muy fuerte ola ómicron de covid-19 y el alza de los precios acentuada por el inicio de la guerra en Ucrania a finales de febrero obligaron a los hogares a reducir sus gastos, especialmente en los sectores de la restauración y alojamiento y la indumentaria textil.
La inflación alcanzó niveles que no se veían desde mediados de los años 1980, en particular impulsada por el aumento de los precios de la energía, que subieron 26,6% interanual en abril, tras +26,6% en marzo.
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