Perfeccionismo en el trabajo: mejor plantearse metas realistas

Quien en su trabajo siempre intente evitar errores, estará sometido a mucha presión y aprenderá poco. Y si siempre queda insatisfecho con lo que hace eso es contraproducente. Y es que el perfeccionismo en la carrera puede suponer un freno.

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ILUSTRACIÓN - Quien busca resultados perfectos en su trabajo se somete a una presión enorme. Hace falta poder desconectar y relajarse cada tanto. Foto: Franziska Gabbert/dpa
ILUSTRACIÓN - Quien busca resultados perfectos en su trabajo se somete a una presión enorme. Hace falta poder desconectar y relajarse cada tanto. Foto: Franziska Gabbert/dpa

Quien en su trabajo siempre intente evitar errores, estará sometido a mucha presión y aprenderá poco. Y si siempre queda insatisfecho con lo que hace eso es contraproducente. Y es que el perfeccionismo en la carrera puede suponer un freno.

El peligro de ponerse metas demasiado elevadas consiste en "fracasar ante las propias ambiciones", escribe la asesora de carrera Ragnhild Struss, ya que así uno no se permite a sí mismo estar satisfecho consigo mismo y con su rendimiento.

Por eso aconseja plantearse objetivos realistas. Por ejemplo, quien escriba un texto, no debería proponerse incluir en él todos los aspectos de un mismo tema.

En general, sin embargo, el perfeccionismo no es algo malo: en el caso de que se manifieste de manera sana, puede generar que "alguien esté orientado al rendimiento y dé lo mejor de sí mismo para alcanzar una meta", comenta Struss.

Aplicación, disciplina y un trabajo duro muchas veces se dan por supuesto en los perfeccionistas, "lo que puede tener como consecuencia que los resultados efectivamente cumplan con estándares muy altos" y, en definitiva, lleven a éxitos profesionales y privados.

Lo importante, sin embargo, es encontrar un equilibrio, es decir, ser capaz de percibir los éxitos y poder sentirse satisfecho con el trabajo y con uno mismo. Y no solo buscar errores constantemente.

dpa