Biden: Nuevo submarino de ataque fortalecerá seguridad

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WILMINGTON, Delaware, EE.UU. (AP) — En una ceremonia pública demorada dos años por la pandemia de coronavirus, el presidente estadounidense Joe Biden puso en servicio el sábado el USS Delaware, un submarino nuclear de ataque, diciendo que fortalecerá la seguridad nacional, aunque no hizo referencia a la situación creada por la invasión de Rusia a Ucrania.

“Como comandante en jefe, creo que es nuestra obligación sagrada como nación preparar y equipar a esas tropas que enviamos a situaciones de peligro y cuidarlas y cuidar a sus familias cuando regresen a casa”, dijo Biden a una multitud confirmada por invitados y dignatarios congregada en un área restringida del puerto de Wilmington.

El presidente indicó que el más reciente navío de la Marina de Guerra de Estados Unidos en llevar el nombre de Delaware “forma parte de una larga tradición de servir orgullosamente a nuestra nación y fortalecer la seguridad de nuestra nación… no sólo la nuestra, sino también la de nuestros aliados y socios en todo el mundo. De hecho, lo ha estado haciendo desde hace tiempo”.

En abril del 2020, con la pandemia de coronavirus propagándose por Estados Unidos, el USS Delaware fue puesto en servicio bajo el agua, primera vez que eso se hace con un navío de la Armada. Desde entonces ha estado en entrenamientos.

Tras la ceremonia del sábado, el presidente hizo un recorrido privado del submarino. No respondió a las preguntas de la prensa sobre Ucrania.

La primera dama Jill Biden es la patrocinadora del submarino, un papel simbólico de buena suerte para la nave. En sus declaraciones, dijo: Oficiales y tripulantes del USS Delaware, háganse cargo de nuestro navío y denle vida”. Los tripulantes respondieron. “Sí, señora” y, mientras ella aplaudía, marineros uniformados corrieron detrás de la multitud y bajaron al submarino, formando fila en la cubierta.

La ceremonia del sábado se produce al tiempo que la guerra continúa en Ucrania y luego que Biden anunció una propuesta de presupuesto que propone destinar 795.000 millones de dólares en defensa, un aumento para el Pentágono.

La propuesta fue catalogada por demócratas como excesiva, pero líderes republicanos la calificaron de insuficiente.