Ucrania: extranjeros esperan por armas en caos de la guerra

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LEÓPOLIS, Ucrania (AP) — Son idealistas que dejaron sus trabajos por los campos de batalla en Ucrania, en busca de una causa o simplemente para pelear.

Muchos extranjeros han acudido al llamado del presidente ucraniano para que se sumen a la resistencia contra la invasión rusa pero la brigada internacional que han formado es, por ahora, un ejército improvisado y disparejo.

Los reclutados dicen que a menudo quedan esperando por armas y entrenamiento, lo que los deja sintiéndose desprotegidos.

“Puro infierno: llamas, gritos, pánico. Y muchas bombas y misiles”.

Así es como el voluntario sueco Jesper Söder describió el ataque del domingo contra Yavoriv, la base de entrenamientos militares en el oeste de Ucrania atacada por misiles rusos donde murieron 35 personas, de acuerdo con las autoridades ucranianas. Rusia dice que el saldo de bajas fue mucho más alto.

Söder dijo que encabezó a un grupo de extranjeros que incluía a escandinavos, británicos y estadounidenses fuera de la base y a través de la frontera con Polonia.

Le dijo a la Associated Press por teléfono desde Cracovia, Polonia, que no sabía cuántos voluntarios extranjeros estaban siendo entrenados en la base, pero estimó que eran centenares. A diferencia de Söder, que peleó junto con los combatientes kurdos en Siria contra el grupo Estado Islámico, muchos de los voluntarios en Yavoriv no tenían entrenamiento militar, dijo.

Los extranjeros — algunos de los cuales no han disparado nunca, pero están dispuestos a morir — han llegado a Ucrania desde otros países europeos, Estados Unidos y otras partes. Esperan ser equipados, entrenados y preparados para la batalla.

Pero algunos descubren al llegar que no hay armas, equipo protector y entrenamiento adecuado para una fuerza multinacional carente de organización y con una sensación de caos.

Las amenazas de Rusia de atacar a los que llama “mercenarios” extranjeros, como dice que lo hizo en la base en Yavoriv, aumentan el nivel de riesgo.

“Es caótico en estos momentos. Es desorganizado y uno se puede meter en problemas muy rápidamente si no está con un grupo de personas bien alertas”, dijo Matthew Robinson, un británico que había estado viviendo en el sur de España.

Robinson y varios otros voluntarios fueron entrevistados esta semana en las afueras de Leópolis, donde los combatientes extranjeros están recibiendo entrenamiento e instrucción.

Recién llegado, Robinson sigue cauteloso mientras trata de entender las cosas. Dijo que hay “muchas legiones, muchas promesas falsas, mucha desinformación”. Además, hay una “enorme barrera de lenguaje” y “mucha gente aquí que no ha disparado un arma”.

Las amenazas rusas de atacarlos aumentan los peligros que enfrentan los combatientes extranjeros. Rusia dice que mató a 180 “mercenarios” en el ataque del domingo contra la base de entrenamientos y el vocero del Ministerio de Defensa mayor general Igor Konashenkov dijo el lunes que las fuerzas rusas no tendrán “misericordia para los mercenarios dondequiera que se encuentren en el territorio ucraniano”.

Las fuerzas armadas rusas están rastreando los movimientos de los combatientes extranjeros y atacarán de nuevo, dijo.

El recuento de Söder del ataque a la base de entrenamientos indica que no fue indiscriminado.

Afirmó que el bombardeo a la base fue diferente a cualquiera que haya experimentado.

“Ellos sabían exactamente qué atacar. Sabían dónde estaba nuestro arsenal. Sabían exactamente dónde estaba el edificio de la administración. Le dieron al clavo con todos sus misiles”, declaró a la AP.

Jericho Skye, un hombre de 26 años que sirvió en la policía militar del ejército estadounidense, se sintió aliviado por estar en una base en Kiev, lejos del ataque en el oeste, especialmente porque seguía esperando por armas. Mantiene esperanzas de que las armas serán distribuidas pronto y cree que los ucranianos están haciendo lo mejor que pueden en una dura situación.