Diébédo Francis Kéré, voz de la arquitectura social africana, gana el Pritzker 2022

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El burkinés Diébédo Francis Kéré, elogiado por sus construcciones "sostenibles" al servicio de las comunidades, fue galardonado este martes con el Pritzker 2022, convirtiéndose en el primer africano que obtiene la más alta distinción de la arquitectura.

Conocido por sus construcciones de escuelas, centros de salud, viviendas, edificios cívicos y espacios públicos a lo largo de África, Francis Kéré, como es conocido profesionalmente, es tanto "un arquitecto como un servidor", dijo en un comunicado Tom Pritzker, presidente de la Hyatt Foundation, que patrocina el evento.

De 56 años con doble nacionalidad de Burkina Faso y Alemania, donde realizó buena parte de su formación, la arquitectura de Kéré "mejora las vidas y experiencias de innumerables ciudadanos en una región del mundo a veces olvidada", explica la fundación que otorga este Nobel de la arquitectura.

"Nunca en mis sueños más fantasiosos, pensé que este trabajo que hago como servicio a mi pueblo (...) me llevaría a la fundación Pritzker, por lo que me siento el hombre más feliz de la tierra", dijo a la AFP un exultante Kéré este martes en su estudio de Berlín, poco después del anuncio del galardón.

"Estoy totalmente convencido de que todo el mundo merece calidad, independientemente de que seas pobre o rico. Y ésta siempre ha sido mi idea: cómo puedo crear comodidad para los pobres", dijo antes de agregar que "es parte de mi ADN".

La narrativa que proporciona la arquitectura de Kéré "puede ser una fuente de felicidad y alegría continua y duradera", aseguró el jurado que eligió el trabajo de este arquitecto, que pudo ir a la escuela porque era primogénito del líder de la comunidad de la provincia de Gando.

"Eres nuestra dignidad, nuestro orgullo", dijo Ra-Sablga Seydou Ouédraogo, economista y director de Free Afrik, un instituto sin fines de lucro dedicado a la formación, investigación y estudios económicos para África. "Muestras la vía a la juventud africana", agregó.

Es la primera vez desde su creación en 1987 que un africano gana este premio, recuerda Nebila Aristide Bazié, presidente del consejo de arquitectos de Burkina Faso, lo que "representa una gran visibilidad no solo para los arquitectos del país sino para "toda la familia de arquitectos africanos".

- Doble objetivo -

Sus soluciones arquitectónicas responden a un doble objetivo: la funcionalidad y modernidad de sus estructuras, combatir las temperaturas extremas y garantizar la luminosidad para "colmar una necesidad esencial y redimir las desigualdades sociales".

"Siempre estoy pensando en cómo puedo conseguir lo mejor para mi cliente, para los que se lo pueden permitir y para los que no. Es mi forma de hacer las cosas, utilizar mi arquitectura para crear estructuras para servir a la gente", explica Kéré.

Sus edificios están pensados para permitir la entrada de la luz, contienen patios y espacios intermedios que permiten combatir las tórridas temperaturas y techos altos con aberturas para que circule el aire sin necesidad de aire acondicionado, como los centros educativos y la biblioteca que ha construido en Gando.

Un centro educativo atractivo contribuyó a atraer a los alumnos, pasando de 120 a 700 estudiantes.

Los muros del colegio Benga Riverside (2018, Tete, Mozambique) tienen pequeños huecos que filtran la luz y una transparencia "que evocan un sentimiento de confianza en sus estudiantes", resalta el jurado integrado por arquitectos como el chileno Alejandro Aravena, los neoyorquinos Barry Bergdoll y Deborah Berke, el crítico de arquitectura brasileño André Aranha Corrêa do Lago o la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue radicada en Barcelona (España).

Lo mismo ocurre con los muros del Centro de Salud y Seguridad Social de Laongo, en su país natal, de 2014, que están adornados con modelos de marcos de ventanas de diferentes tamaños con vistas de paisajes que pueden disfrutar todos, desde los médicos a los pacientes.

Kéré "conoce desde el interior que la arquitectura no tiene que ver con el objeto sino con el objetivo; no con el producto, sino con el proceso", y sobre todo nos enseña que sus edificios, que están realizados para y con las comunidades, "son directamente de estas comunidades con su hacer, sus materiales, sus programas y sus caracteres únicos", dice el jurado.

Además de Benín -donde está radicado-, Burkina Faso, Malí, Togo, Kenia, Mozambique, Togo y Sudán, la arquitectura de Kéré también se puede encontrar en Dinamarca, Alemania, Italia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Y todos sus trabajos llevan impresa su cultura africana donde la comunidad está en el centro de la estructura social.

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