Nusantara, la futura nueva capital de Indonesia en la selva de Borneo

Indonesia tendrá a partir de 2024 una nueva capital en la isla de Borneo, lejos de la metrópolis Yakarta, que se está hundiendo lentamente en el mar. 

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HANDOUT - La imagen aérea tomada por un dron de la ONG ecologista Jaringan Advokasi Tambang (Jatam) muestra la región oriental de Kalimantan, en la isla de Borneo, donde se levantará la nueva capital de Indonesia. Foto: -/Jaringan Advokasi Tambang (Jatam)/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial en relación con la cobertura sobre (la emisión/la película/la subasta/la exposición/el libro) y mencionando el crédito completo
HANDOUT - La imagen aérea tomada por un dron de la ONG ecologista Jaringan Advokasi Tambang (Jatam) muestra la región oriental de Kalimantan, en la isla de Borneo, donde se levantará la nueva capital de Indonesia. Foto: -/Jaringan Advokasi Tambang (Jatam)/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial en relación con la cobertura sobre (la emisión/la película/la subasta/la exposición/el libro) y mencionando el crédito completo

Indonesia tendrá a partir de 2024 una nueva capital en la isla de Borneo, lejos de la metrópolis Yakarta, que se está hundiendo lentamente en el mar. 

La nueva capital se llamará Nusantara, una antigua palabra javanesa que significa "islas exteriores" y que en el habla cotidiana se utiliza como sinónimo del archipiélago indonesio. 

La zona de Borneo donde se construirá el nuevo centro administrativo aún está cubierta por la selva. Tras la reciente aprobación por parte del Parlamento indonesio se dio luz verde para el inicio de las obras en la provincia de Kalimantan Oriental.

Las razones por las que el presidente Joko Widodo impulsó el proyecto son complejas. La capital Yakarta, que cuenta con once millones de habitantes y suma más de 32 millones en su región metropolitana, no solo es el centro económico de la emergente potencia regional Indonesia, sino que también sufre enormes problemas.

Por ejemplo, problemas con el tránsito. Un estudio llevado a cabo en 2019, el año en que el Gobierno hizo público por primera vez los planes de traslado de la capital, reveló que los conductores pasan en promedio 22 días al año en atascos. Esto genera una fuerte polución ambiental y, a menudo, un velo de smog tóxico se cierne sobre Yakarta. Hace unos años, los habitantes demandaron al Gobierno por este motivo, y finalmente se les dio la razón.

Pero probablemente el motivo más importante para impulsar el traslado de la capital es el hecho de que, según diversas estimaciones, entre el 20 y el 40 por ciento de Yakarta se encuentra ya por debajo del nivel del mar y la ciudad se hunde lentamente. En 2050, toda la zona norte de Yakarta podría estar inundada.

"Pocos lugares se enfrentan a un desafío semejante como la región metropolitana de Yakarta", señala el sitio web del Observatorio de la Tierra de la Nasa. El tiempo apremia.

Se supone que Nusantara se convertirá en el legado del presidente  Joko Widodo antes de que termine su segundo y último mandato dentro de dos años y por eso está urgido a buscar rápidamente un lugar con menos potencial de riesgo.

Sin embargo, el entusiasmo no es compartido por todos. Los habitantes de la zona donde se construirá Nusantara ven el proyecto con preocupación y temen por las tierras de cultivo y sus medios de vida.

"Nuestra preocupación es que perderemos la tierra que cultivamos durante generaciones. Nunca hablaron con nosotros", indica Sibukdin, un líder tribal del distrito de Sepaku, donde se construirá parte de la futura capital.

En la primera fase de construcción se despejarán unas 6.000 hectáreas de selva entre las ciudades de Balikpapan y Samarinda. En total la nueva capital abarcará más de 250.000 hectáreas.

Primero se trasladarán, de acuerdo con los planes, alrededor de un millón de personas al nuevo centro administrativo, lo que incluirá principalmente a funcionarios, personal militar y fuerzas de seguridad. El costo de la imponente empresa asciende a más de 32.000 millones de dólares.

Cabe mencionar que el Gobierno indonesio no está planeando en absoluto un desierto de hormigón, sino una ciudad tan verde como inteligente, en la que no se repetirán los problemas de Yakarta.

Según el proyecto, solo podrán circular vehículos eléctricos por las calles y Nusantara también estará equipada con las tecnologías más modernas.

El diseño del Palacio presidencial es obra del reconocido artista de Bali, I Nyoman Nuarta, que recientemente publicó en Instagram el futurista bosquejo del magnífico edificio, fuertemente orientado a la naturaleza.

Además, según las autoridades, la región está relativamente a salvo de catástrofes naturales como inundaciones, terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. Encontrar un lugar así en Indonesia es más bien una rareza, ya que el país se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que se caracteriza por concentrar algunas de las regiones sísmicas y volcánicas más importantes del mundo.

Nusantara no es la primera capital creada artificialmente. Se suma a Canberra en Australia, Abuja en Nigeria o Naypyidaw en Myanmar.

El Gobierno del país del sudeste asiático espera atraer a numerosos inversores con el proyecto e impulsar el crecimiento económico de Indonesia.

Se espera asimismo que dicho crecimiento alcance en el futuro también a Borneo y no solo a Java, la principal isla del país donde se encuentra Yakarta. 

Indonesia comparte la isla de Borneo con sus vecinos Brunéi y Malasia, aunque la mayor parte está bajo dominio indonesio.

Según el asesor presidencial Rawanda Wandy Tuturoong, el desarrollo del mayor estado insular del mundo, con 270 millones de habitantes, debería ser así más justo y equilibrado.   

No obstante, los ambientalistas critican el proyecto. "El Gobierno debería haber celebrado un referéndum al respecto", dijo Pradarma Rupang, activista del grupo Mining Action Network de Kalimantan Oriental.

"Están impulsando el proyecto con demasiada rapidez, como si nuestra nación se fuera a desmoronar si no trasladamos la capital", reprochó el activista.

Según Rupang, para alimentar a Nusantara con energía, al menos al principio, se necesitarán combustibles fósiles, especialmente carbón. "Esto llevará a la apertura de enormes minas", advirtió.

El analista político Hendry Satrio, de la Universidad de Paramadina, en Yakarta, está convencido de que al presidente lo mueve sobre todo la ambición personal.

"Jokowi (apodo del mandatario) quiere hacer historia. Él espera que este sea su legado", señaló. Acotó también que, al mismo tiempo, hay muchas ciudades indonesias que necesitan ayuda debido a la pandemia de coronavirus.

"La construcción de una nueva ciudad en la actual crisis económica debería ser la última de nuestras prioridades", subrayó el analista político indonesio.

dpa